La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, proclama a los cuatro vientos siempre que tiene la oportunidad que no es independentista. Sin embargo, constantemente se muestra del lado de los partidos independentistas y sus gestos a favor de estos no hacen sino poner en entredicho sus palabras. Algunas fuentes de los partidos de la oposición no independentistas aseguran que, en el fondo, la alcaldesa esta al servicios de los independentistas.

Esa es la conclusión que se puede sacar si se analiza la trayectoria de la alcaldesa desde que su partido ganó las elecciones. Sus constantes muestras de apoyo a la celebración de un referéndum soberanista, a los independentistas presos y sus críticas a las políticas del Gobierno central respecto a Catalunya son una muestra de su posicionamiento real.

LAZO DE QUITA Y PON

Un ejemplo claro de su apoyo a los independentistas se pudo ver en la última Diada. Aquel día, la alcaldesa tenía varios actos, uno de ellos en el monumento a Rafael Casanova, y el otro en el barrio del Carmel. Para el primero, la alcaldesa eligió lucir el lazo amarillo en la solapa de su americana, una concesión de los centenares de independentistas que anualmente se reúnen el 11 de septiembre en los alrededores de la estatua para vitorear a los suyos e insultar al resto. Sin embargo, poco tiempo después, Colau acudió al barrio del Carmel, mayoritariamente más alejado del independentismo, para un homenaje a Salvador Allende que se hacía en la plaza que lleva su nombre. Curiosamente, para esa ocasión ya no lucía el lazo amarillo, ni tampoco la americana en la que lo llevaba. ¿Casual o intencionado?

DURAS CRITICAS

Su postura siempre ha sido de mostrar más apoyo a los independentistas que a los constitucionalistas. Desde pedir al gobierno español, en repetidas ocasiones, que permita la celebración de un referéndum de independencia, hasta mostrar un firme apoyo a los líderes independentistas encarcelados o huidos en el extranjero (hasta uno de sus mas fieles colaboradores, Jaume Asens, acompañó a Toni Comin en su huida), los gestos de la alcaldesa, todos ellos muy estudiados, han estado casi siempre del lado de las tesis independentistas.

Por todo ellos, las críticas le han llovido desde los partidos no independentistas. PP, Ciutadans y PSC la han acusado en repetidas ocasiones de estar al servicio de los independentistas. Jaume Collboni la acusó de ser “mas independentista que alcaldesa” cuando la acusó de haber roto el pacto de gobierno que ambos partidos mantenían en el consistorio por el alma independentista de Colau.

Por su parte, Manuel Valls también sostiene la opinión de que, en realidad, Ada Colau está muy próxima a las tesis independentistas, además de que en repetidas ocasiones ha mostrado su apoyo a algunas de las acciones violentas que han llevado a cabo las juventudes de la CUP, Arran, o los CDR, que en muchas ocasiones han tenido como objetivo a los políticos no independentistas.

DECLARACIONES

También desde el PP y Ciudadanos la han acusado en repetidas ocasiones de estar al servicio de los independentistas. Las duras críticas que tanto Alberto Fernández Díaz, líder del PP en el Ayuntamiento, como la líder de Ciutadans, Carina Mejías, le han hecho por su posicionamiento a favor de los independentistas han puesto en evidencia la postura real de la alcaldesa. La gota que colmó el vaso de la paciencia de Ciutadans fue cuando en un pleno del Ayuntamiento se aprobaron sendas declaraciones institucionales, presentadas por PDeCAT, ERCy CUP, en las que se atacaba al Estado y al Rey y que fueron aprobadas con los votos favorables de los comuns. El partido naranja abandonó el pleno antes de que se leyeran las delcaraciones.

PACTOS

Los partidos no independentistas temen que, a partir de ahora, su aproximación a los partidos independentistas vaya in crescendo. La proximidad de las elecciones municipales han obligado a la alcaldesa a buscar aliados en aquellas fuerzas políticas que pueden favorecer su permanencia al frente del Ayuntamiento. Y a nadie se le escapa que las conversaciones entre BeC y ERC para firmar una alianza si el resultados de las elecciones se lo permite están muy avanzadas y son pocos en el consistorio que ambas fueras políticas han llegado a un pacto de no agresión en lo que resta de legislatura a modo de preparación de su probable pacto postelectoral.

Las declaraciones de Ernest Maragall, candidato de ERC, de que prefiere un pacto de izquierdas antes que uno independentista, postura que no todos parecen apoyar en el seno del partido republicano, ha puesto en el tablero electoral el hipotético acuerdo al que ambas fuerzas políticas pueden haber alcanzado. Un acuerdo que, sin duda, escorará más hacia el independentismo al partido que gobierna la alcaldesa.

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