Si hay algo que no puede reprochársele a Manuel Valls es que se ha tomado en serio su candidatura a la alcaldía de Barcelona y que trabaja incansablemente para ganar votos y mejorar en las encuestas, que no le son muy favorables. Cada semana visita varios barrios de la ciudad, rodeado de miembros de Ciutadans, que le presentan a vecinos y comerciantes para que le expliquen los pequeños problemas -que a veces son grandes- que les afectan como vecindario.

Este miércoles le ha tocado acudir a Ciutat Meridiana, el barrio más pobre de Barcelona, según las estadísticas oficiales. Su visita no ha empezado con buen pie. El exprimer ministro francés ha llegado con una gran comitiva que ha molestado a los clientes del bar de la plaza Roja en el que ha entrado a tomar un café y tener la primera toma de contacto con los vecinos, que no se le han acercado en ese local, intimidados por el séquito que le acompañaba.

EL SÉQUITO

El candidato a la alcaldía ha llegado a Ciutat Meridiana acompañado de más de 15 personas: tres cámaras de televisión - uno de su propia campaña y dos que están grabando un documental para la televisión francesa-, un fotógrafo, cuatro personas vinculadas a su campaña, cuatro miembros de Ciutadans, dos periodistas y tres Mossos d'Esquadra de paisano. Imposible pasar desapercibido.

Manuel Valls dialogando con el propietario de una óptica en Ciutat Meridiana / PABLO ALEGRE



Miembros de la campaña del candidato Valls se han percatado del error y han tratado de reducir el séquito conforme avanzaba la visita, que ha seguido en una óptica en la que dos comerciantes le han mostrado su visión del barrio. La inseguridad, el principal problema, aunque los dos han coincidido en remarcar que la solución es más judicial que de falta de efectivos policiales. El exprimer ministro francés les ha rebatido que él sí que cree que hagan falta más agentes, en total 1.500 más, además de cambiar la ley para penalizar la reincidencia.

SEGURIDAD

El tema de la seguridad ha sido el mantra que más se ha repetido en su recorrido. Los vecinos le han cuestionado por ello, desde diversas perspectivas. Una comerciante de las inmediaciones de la plaza Roja le ha explicado que lo que hace falta es mejorar la “convivencia”, porque hace 30 años ya había gente problemática en el barrio. Una vez se ha ido el candidato, ha explicado a Metrópoli Abierta que lo que “hace falta es más tolerancia y creo que él no tiene el perfil adecuado”.

Manuel Valls dialoga con un joven vecino de Ciutat Meridiana que le comenta los problemas del barrio / P. A.



Otros, en cambio, le paran por la calle, como Iván, un joven estudiante de derecho que se ha presentado como exvotante de Podemos desencantado con sus políticas y dispuesto a apoyar a una opción de centro como Valls, que no promete grandes cosas, pero que “es más transparente”. Al igual que Iván, un anciano que se ha cruzado con el exprimer ministro francés también se retracta de haber votado a Colau y agradece a Valls que se presente en Barcelona.

PERSONAS MAYORES

Valls, precavido, se para a hablar con todo el que le interpela, pero ha evitado hacer grandes promesas que sabe que no va a cumplir. Escucha las quejas de los vecinos y muestra su opinión sin confrontarles cuando su parecer es diferente. Su experiencia política se nota cuando habla con alguien de signo contrario, pues consigue evitar polémicas y mostrar una cara amable.

La presencia de Valls ha despertado expectación en el barrio, por su persona y por el séquito que le acompaña. Las personas mayores son las que más entusiasmadas se muestran y le paran para comentarle algún tema que les preocupa, como los problemas que se encuentran con las escaleras mecánicas, que se estropean continuamente. Las de la calle Costabona llevan dos meses sin funcionar, según le explican miembros de Ciutadans y corrobora una anciana que baja andando y que celebra que por fin haya dos operarios reparándolas.

Valls y su equipo contemplan como unos operarios arreglan escaleras mecánicas / PABLO ALEGRE



ZONA NORTE DE CIUTAT MERIDIANA

“No somos el barrio mas pobre, somos el mas abandonado”, ha ahondado una peluquera a la que ha visitado Valls en su negocio y que se queja de que hace más de 50 años que vive en la calle Perafita y todavía está esperando que arreglen el pavimento.

En la zona alta de Ciutat Meridiana, los vecinos y dueños de negocios exigen la reapertura del mercado de Núria, cuyo cierre ha empobrecido el escaso tejido comercial de la zona. Una mujer que comercia con ropa que guarda en un carro de la compra de supermercado ha explicado a Metrópoli Abierta que desde el cierre del mercado vende mucho menos y asegura que si vota, lo hará por Valls.

HACER LA COMPRA

Para hacer la compra, el supermercado más cercano que tienen los vecinos de la zona norte de Ciutat Meridiana se encuentra en Montcada, pero para llegar al mismo hay que dar un rodeo, por lo que reclaman la construcción de una pasarela por encima de la riera del acueducto. Valls les ha escuchado y ha asumido los problemas, sin hacer grandes promesas que puedan echarle en cara si consigue llegar a la alcaldía.

Acueducto de Ciutat Meridiana / PABLO ALEGRE



A lo que sí que se ha comprometido el candidato de Ciutadans antes de despedirse es a volver a Ciutat Meridiana, por la tarde/noche, y visitar la plaza Roja, donde los vecinos hablan de un foco de tráfico de drogas y conflictividad. Quiere verlo de primera mano, pues el tema de la seguridad es una de sus principales preocupaciones, como trasladas a los vecinos del barrio más pobre de Barcelona, al que hacía 20 años que no acudía, pero al que dice que regresará pronto.

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