Algunos sectores del PDeCAT presionan a la dirección del partido para cambiar la configuración de la lista electoral municipal aprovechando la indefinición de Elsa Artadi, que tenía que ir de número 2 de la candidatura, tras Joaquim Forn. La pretensión de los críticos postconvergentes es que suba enteros Neus Munté, que había ganado las primarias celebradas por esta formación en la primavera pasada, para ponerla de nuevo en la parrilla de salida y restituirla “en un puesto que se había ganado a pulso”.
“No hay derecho a que Neus Munté vaya en sexto lugar o en cuarto lugar. Tendría que ir en segundo lugar. Podemos entender que se ponga como cabeza de lista a Quim Forn por sus circunstancias especiales, pero relegar de manera tan brutal a Munté es una ignominia”, explican a Metrópoli Abierta fuentes internas del PDeCAT.
RELEGADA
Los problemas de esta candidatura se derivan de las continuas injerencias del expresident Carles Puigdemont para controlar la lista del partido y trufarla con independientes afectos a su persona. De ahí la imposición, en un primer momento, de Artadi como número 2: como se prevé que Forn no pueda ejercer de líder municipal, la formación quedaría en manos de una persona de la total confianza de Puigdemont.
Pero el problema era que a continuación tampoco aparecía Munté, sino que se le había ofrecido el puesto a Ferran Mascarell, otro de los protegidos de Puigdemont que había anunciado incluso una candidatura personal de corte soberanista. En el aire quedaba el puesto número 4, que debía ser para una mujer señalada por Puigdemont o sus íntimos. En total, pues, a Munté se la relegaba a la sexta plaza, con posibilidades de no salir elegida concejala, ya que las encuestas vaticinan una debacle de los postconvergentes.
UNA INJUSTICIA
La guerra dentro del PDeCAT es cruenta. “La dirección del partido debería dimitir por dignidad democrática, porque a pesar de que Neus Munté ganó las primarias, no se ha respetado el resultado de las urnas y por motivos personalistas la mandan a un puesto donde no saldrá ni elegida. Es una injusticia”, explican a este diario las fuentes consultadas.
A este problema se le añade también el descontento de la militancia de que no se utilice el nombre del partido en la candidatura. Puigdemont logró que la candidatura concurra a las municipales bajo la marca de Junts per Catalunya, que es la que hizo servir en las últimas autonómicas. La justificación para ello es que esa marca ha prendido en el electorado y que es capaz de arrastrar más votantes que la del PDeCAT, porque es más transversal. Por el contrario, en el partido creen que es la excusa perfecta para “aprovecharse de la estructura del PDeCAT”, pero poniendo en los puestos de futuros elegidos a personas que no son del partido y que le han jurado fidelidad a Puigdemont.
CAMPUZANO, EN CAPILLA
No es la única hecatombe que espera a los postconvergentes. El hasta ahora líder de la formación en Madrid, Carles Campuzano, tiene ya fecha de caducidad. De hecho, el experimentado diputado es uno de los pocos que quedan de la etapa de CiU.
Pero su alineamiento con los sectores moderados y partidarios del diálogo con Madrid le ha condenado y no repetirá como cabeza de lista en las próximas elecciones generales. Puigdemont no le perdona que quisiese tender puentes y sentarse a dialogar para solucionar el tema catalán.
La maniobra para apartarle pasa por poner como cabeza de lista a una persona a la que pueda rechazarse. En Waterloo, lugar de residencia de Puigdemont, se ha hablado de dos nombres de peso para desplazar a Campuzano: la propia Elsa Artadi (que por eso no sería la número 2 de Forn en las municipales) o el encarcelado Josep Rull. La situación sería exactamente la misma que en el Ayuntamiento de Barcelona, con el añadido de que ninguno de los dos cabezas de lista podría tomar posesión de su cargo o de su escaño al estar privados de libertad y, además, con la amenaza de inhabilitación para cargo público si son condenados tras el juicio del 1-O.
La jugada se completaría con Jordi Turull como candidato a las europeas, a pesar de que también se habló de él para encabezar la lista de las legislativas. Para la candidatura del 28 de abril, no obstante, también han llegado a sonar los nombres de Eduard Pujol e incluso de Mercè Conesa, expresidenta de la Diputación y actual presidenta del Puerto, aunque algunas fuentes la descartan de esa quiniela.