Al menos un 70% de las balas que utiliza la Guàrdia Urbana en las prácticas de tiro son defectuosas. Cuando los policías disparan, los cartuchos se encasquillan, lo que supone un riesgo para la integridad de los agentes participantes y los monitores que hay en la sala de tiro. La situación descrita se empezó a producir a principios de año en las galerías de tiro de la policía local barcelonesa.

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha registrado este jueves por la mañana un escrito dirigido a la alcaldesa Ada Colau. El secretario general de CSIF en el Ayuntamiento, Horacio López, advierte de que el caso es "muy grave" porque se pueden producir accidentes laborales. Por ahora, ninguna persona ha resultado herida. La mayoría de prácticas de tiro se hacen en la Jefatura de la Guàrdia Urbana y las comisarías de la Zona Franca y los distritos del Eixample y Ciutat Vella.

SUSPENSIÓN DE LAS PRÁCTICAS

Según CSIF, los riesgos del encasquillamiento de la munición abarca "desde lesiones producidas por la corredera (es la parte del arma que va hacia atrás cuando se dispara) a giros indebidos con la pistola cargada hacia los monitores u otros policías, con la posibillidad de producir o sufrir un impacto". En ocasiones, los agentes cambian los muelles de los cargadores, pero desde CSIF se asegura que no es la solución porque únicamente reduce las incidencias.

En conversación con Metrópoli Abierta, el secretario de Organización de CSIF y agente de la Guàrdia Urbana, Eugenio Zambrano, reclama a Colau la retirada de la munición defectuosa -ya sea por caducidad, humedad o carga de pólvora insuficiente-, y la suspensión de las prácticas de tiro reglamentarias mientras persista el problema. Las peticiones figuran por escrito en la reclamación presentada este jueves por CSIF.

REPOSICIÓN URGENTE

CSIF también plantea que el Ayuntamiento de Barcelona reclame al fabricante o proveedor la reposición urgente, para que se puedan reanudar las prácticas de tiro "con garantías de seguridad", y la redacción de un informe para que se retire del mercado una munición "que supone un riesgo ingente para las personas que la utilizan". CSIF da por supuesto que estas balas no se utilizan en los servicios ordinarios.

Zambrano dice desconocer cuál es el motivo del encasquillamiento de la munición. "No sabemos si el problema radica en la compra de cartuchos de bajo coste o si se ha cambiado de proveedor. No nos dan más información. Ahora la hemos pedido por escrito", explica el dirigente sindical y policía. Sin embargo, recuerda que el pasado verano, el gobierno de Colau recortó 18.750 euros en la compra de cartuchos para las prácticas de tiro de los agentes de la Guàrdia Urbana,

RECORTE EN BALAS

El sindicato afirma que las policías locales de Catalunya deben realizar cada año obligatoriamente dos ejercicios de tiro que, en el caso de la Guàrdia Urbana, suponía antes de los recortes un consumo de 50 cartuchos por agente en cada práctica. Pero CSIF asegura que los comuns han recortado las balas que se utilizan en estas pruebas para ahorrarse los citados 18.000 euros. 

"Entre las dos prácticas anuales, los agentes usan 60 balas, 30 en cada sesión". El máximo anual marcado por ley en las prácticas de las policías locales es de 250 cartuchos. Desde CSIF se defiende que los guardias urbanos hagan un ejercicio de tiro por trimestre, en el que cada polícia pueda usar 50 cartuchos. El número de policías locales de Barcelona que hacen prácticas de tiro son unos 2.500.

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