El pool de empresas independentistas vinculadas al Institut Nova Història facturó varios millones de euros en contratos al Ayuntamiento de Barcelona (y otros varios millones a la Generalitat) con algunas circunstancias que, a primera vista, parecen sospechosas de que no todo se ha hecho con las máximas garantías de transparencia.
Entre esas circunstancias cabe destacar el troceamiento de encargos para evitar ir a concurso, la adjudicación de contratos simultáneos a empresas de los mismos propietarios, coincidencias de precios hasta el último céntimo en contratos dados a diferentes empresas y por conceptos muy diferentes e incluso la curiosa multiplicidad de tareas que una misma empresa puede ejecutar.
LAS EMPRESAS PRIVILEGIADAS
Las compañías que forman parte de este grupo de empresas privilegiadas son Jan BCS, Airun Servicios Culturales, Tasca Serveis d’Animació, Ideafix Team, Lart Saber Comunicar, Aktes Serveis Integrals y Asac Negocis, cuyo nombre parece sonar a broma. De ellas, la que más ha facturado al consistorio barcelonés es Airun, que desde finales del 2016 hasta el pasado mes de octubre facturó unos 2,3 millones de euros a la Administración, de ellos casi el 90% al Ayuntamiento de la capital.
El nombre común que aparece en todas las compañías es el de Albert Codinas, que es también presidente de la Fundació Nova Història, la entidad que acoge a los historiadores o investigadores revisionistas que sostienen teorías fantásticas sobre la historia de Cataluña, como las de que Erasmo de Roterdam era catalán e hijo de Cristóbal Colón (también catalán, por supuesto), o que también eran catalanes Santa Teresa de Jesús, Francisco Pizarro, Miguel de Cervantes, Leonardo da Vinci o William Shakespeare. Este empresario es uno de los que impulsa la candidatura independentista a las Cámaras de Comercio, cuyas elecciones se celebran el próximo mes de mayo. La alcaldesa, Ada Colau, permitió ya la entrega de la presidencia de la Fira de Barcelona al representante de la candidatura soberanista.
SUCULENTOS CONTRATOS
La verdadera historia de Cataluña (y, consecuentemente, de Barcelona), no obstante, se escribe con números y, concretamente, con suculentos contratos que van a cargo del erario público y que alimentan las cuentas de este pool empresarial con actividades de lo más diversas.
Según la documentación en poder de Metrópoli Abierta, Airun se hizo con un contrato de 239.580 euros por el “apoyo técnico a la Banda Municipal de Barcelona en agosto del año pasado. En plenas vacaciones, el 13 de agosto, recibió también otro regalo municipal: un contrato para las “inscripciones, dirección técnica, producción técnica, regiduría y dinamización de los espacios de talleres y actividades de Associa’t a la Festa, que le reportó 174.152,43 euros.
A finales de julio, había recibido 77.791 euros por un contrato de gestión del acto Barcelona Ciutat Diversa y otros 63.920 euros por el “apoyo y acompañamiento social a personas de los programas de trabajo y formación que participan en proyectos ocupacionales de interés colectivo en los distritos del Eix Besòs, Sant Andreu y Sant Martí”.
DIVERSIFICACIÓN ADMIRABLE
En marzo de 2017, Airun había percibido un contrato de algo más de 400.000 euros para “la elaboración de informes de vivienda con la finalidad de fomento de la inserción laboral de las personas en riesgo de inserción”. Este concepto fue ampliado luego, según un documento del Ayuntamiento, la elaboración de documentos necesarios “para el reagrupamiento familiar y para la renovación de las autorizaciones de residencia en virtud del reagrupamiento familiar que se soliciten ante la Generalitat”. Los responsables municipales le concedieron en ese ejercicio un contrato de 302.710 euros por “el diseño, producción y apoyo a la organización para acontecimientos deportivos y actos de promoción deportiva programados por el Institut Barcelona Esports”.
Su actividad es tan diversas que, por ejemplo, la compañía es capaz tanto de llevar la “atención al público de las casetas de Navidad” (actividad por la que obró 52.666 euros) como de acometer la logística y seguridad de las actividades del departamento de Educación Ambiental en los parques de Barcelona (se llevó 42.166 euros) o de organizar los actos del programa Cultura Científica. En este último contrato, curiosamente, presentó ofertas la compañía Airun Infraestructura i Exposicions, se le adjudicó el mismo y luego se firmó el contrato con la empresa Airun Serveis Culturals.
En varios contratos, esta empresa era la única que se presentaba a concurso. En uno de ellos, firmado en julio de 2017 y dedicado a “la dirección facultativa de obras para la renovación de los sistemas de tratamiento de aire en las plantas 3 a 8 del edificio Novíssim”, Airun era licitadora única y la propuesta económica era “el único criterio de adjudicación, de conformidad con lo previsto en el pliego de cláusulas administrativas particulares”, según la documentación en poder de este diario. El objeto de este contrato contrasta con los servicios presuntamente culturales que presta la compañía.
SOSPECHOSAS COINCIDENCIAS
Llama la atención también que la empresa Jan BCS firmase un contrato de 21.635 euros el 14 de febrero de 2017 para “la dinamización de herramientas del mapa B+S” y que ese mismo día la empresa Tasca Serveis Culturals firmase otro contrato paralelo de 10.838 euros por el “servicio de secretaría técnica externa del proyecto del mapa B+S”. Y más coincidencias curiosas: Tasca firmó el 18 de julio del 2018 un contrato de 16.498,90 euros para la “dinamización del casal d’estiu de la Zona Norte” y, unos días más tarde, el 10 de agosto, en plenas vacaciones, Jan BCS firmó otro contrato por otros 16.498,90 euros por el “servicio de gestión de Estiu Jove 2018”.
Tasca es la empresa que lleva la gestión del Centro Cívico Besòs, que le reporta más de 310.000 euros anuales, además de otros gastos, ya que el consistorio le concede otras subvenciones por abrir en domingos o en fechas determinadas. Esta compañía fue premiada con un contrato para organizar el encuentro Dones Creadores de 2017, pero también con otro de “acompañamiento de la comunidad gitana de Hostafranchs” en el mismo año. Otra admirable diversidad de actividades.
La compañía Jan BCS, por su parte, multiplica su actividad, que va desde la dinamización de actividades para jóvenes hasta el monitoraje de casales de ancianos pasando por el control de acceso a equipamientos de la Generalitat, la organización de exposiciones o contratos de lo más diverso con algunos Ayuntamientos (que van desde la divulgación de normas de convivencia pagadas a precio de oro hasta impartición de clases de musicoterapia o cómic).