Barcelona en Comú (BeC) lanzó este miércoles la campaña “Haz una cosa radical: ¡Habla con tu vecina!”. De hecho, el partido lleva seis meses trabajando a pie de calle en una campaña puerta a puerta que ahora se va a intensificar. “Se trata de hacer lo que mejor sabemos hacer, la política a pie de calle, la más cercana, la de los que conocemos nuestro barrio palmo a palmo”, dice el eslogan con el que el partido .
Fuentes cercanas a Barcelona en Comú (BeC) señalan a Metrópoli Abierta que la formación “ha de echar el resto durante los próximos meses. Necesitamos movilizar a la gente y que los ciudadanos visualicen la labor que ha hecho el gobierno municipal y sea consciente de la labor que no le han dejado hacer los rivales”. Porque precisamente una de las excusas que se harán sonar las semanas venideras es la de que no se ha podido cumplir todo lo prometido porque los otros partidos no lo permitieron.
EL PRINCIPAL LASTRE
Esa deficiencia de labor de gestión es el principal lastre que tiene Ada Colau y, por extensión, los comunes. “Lo que haremos saber a la gente son las cosas que hemos puesto encima de la mesa y que no hemos podido materializar porque nos hemos encontrado con la oposición de los demás grupos”, añaden las fuentes. De esta manera, se justificaría, aunque sea en parte, la inactividad e ineficiencia municipal.
Se trata de potenciar el todos contra mí. Sólo una píldora para adornar la intención de BeC: hace una semana, en el acto público Guanyem amb tú, la alcaldesa denunció que todos sus rivales han iniciado una campaña para “echar a los comunes de las instituciones”. Era una exageración, evidentemente, porque no hay una campaña común, sino que hay la disputa democrática por el voto de los ciudadanos e incluso esa disputa se produce entre fuerzas que no comparten electorado, pero sí que esperan ganar afectos con ataques a sus rivales ideológicos. Pero es también una herramienta legítima que Colau puede utilizar.
“COLAU ESTÁ MUY PREOCUPADA”
Reconocen también en el partido de los comunes que las perspectivas electorales de la alcaldesa han disminuido y que ella misma está “muy preocupada”. Pero confían en que la movilización de la militancia en los dos meses que faltan para los comicios sirva para recuperar la movilización y para trasladar un mensaje “de esperanza y de futuro” a los barceloneses, igual que en el 2015.
“Si hubiésemos tenido un mayor margen de maniobra, se hubiesen podido hacer muchas más cosas para transformar la ciudad y, especialmente, para transformar el modelo en muchos aspectos, desde el turismo hasta el tráfico, los transportes públicos, el comercio o la relación del ciudadano con su entorno. Ni siquiera con una mayoría suficiente hubiese bastado una sola legislatura. El mensaje a trasladar, pues, es que necesitamos repetir para seguir transformando Barcelona. Y si es con una mayoría suficiente, fantástico”, señalan las fuentes.
LOS BARRIOS PERIFÉRICOS
En esta estrategia, es fundamental para BeC el voto de los barrios periféricos, especialmente los que votan tradicionalmente izquierda y que, según los sondeos que los asesores de Colau examinan con lupa, no están contentos con la gestión de los últimos 4 años. La intención de los comunes es, pues doble: por un lado lanzar mensajes de carácter generalista y, por otro, captar el voto particular en los distritos obreros.
Los mensajes de carácter generalista son los que no inciden directamente en la gestión municipal, pero tratan de contentar ideológicamente a un electorado diverso. Un ejemplo de esa acción es la placa que Colau inauguró esta semana ante el edificio de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, en plena Via Laietana, que fue destruida dos días después. El posicionamiento de paladín de la libertad y de la lucha antirrepresión es un mensaje populista que tiene éxito entre determinadas capas de la sociedad y las anima a acercarse a BeC o, al menos, trata de que no se vayan a otros partidos.
El pasado mes de diciembre, Colau coincidió con el senador norteamericano Bernie Sanders en un acto en Burlington, estado de Vermont. Allí estaban también algunos de los gurús de las nuevas teorías económicas: el griego Yanis Varoufakis, el economista Jeffrey Sachs o el canadiense Niki Ashton. Allí, la alcaldesa destacó la importancia de las alianzas internacionales “desde abajo” para “poder vencer a los Salvinis, Bolsonaros y Trumps del mundo”. Su proyección como paladín de la nueva izquierda es el complemento a la labor localista en Barcelona. Su asimilación a los grandes gurús internacionales es un elemento importante en esa estrategia.
SOLUCIONES A LA CARTA PARA LOS BARCELONESES
Pero, al final, tan importante como los mensajes generalistas es la lucha puerta a puerta por los barrios. La campaña que ahora intensificará BeC es una técnica de movilización social copiada directamente de las campañas americanas y, concretamente, de las del senador Bernie Sanders, al que le supuso grandes resultados, o las de la latina Alexandra Ocasio.
En su traslación a la capital catalana, los comunes la utilizan con un doble sentido. Por un lado, despiertan la simpatía de los ciudadanos, al hacerles sentir que se interesan por ellos. Y, por otra parte, identifican los problemas que más les preocupan para ofrecerles después “soluciones a medida”. Según el partido, la campaña puerta a puerta surgió de una colaboración con Working Families Party, de los Estados Unidos, que moviliza a su electorado con la proximidad personal. Para ello, según reconocen en BeC, algunos dirigentes se desplazaron a los Estados Unidos con el objeto de estudiar las técnicas electorales en aquel país.