La cuestión nacional está llamada a convertirse uno de los temas centrales de todos los procesos electorales venideros, también de las elecciones locales. Quien lleva la batuta en esta cuestión a nivel municipal son los partidos independentistas, interesados en polarizar la campaña en torno al eje nacional para movilizar a sus votantes. A modo de reacción, los partidos constitucionalistas entran en el debate, siempre rebatiendo las ideas postuladas por los secesionistas.

Uno de los candidatos que se ha mostrado más beligerante y combativo contra el independentismo ha sido Manuel Valls, que cuenta con el apoyo de Cs en su proyecto para la alcaldía de Barcelona. En un acto organizado por la escuela de másters en derecho ISDE, el exprimer ministro francés ha alertado hoy que "el gran peligro" al que se enfrenta Europa, España, Cataluña y Barcelona "es volver a la tribu”. Ha advertido, como hace siempre que puede, de las consecuencias nefastas del nacionalismo. Y lo ha hecho recordando el que está siendo uno de sus mantras durante esta precampaña electoral: evitar que Barcelona se convierta "en una palanca del independentismo". Según él, este es "el debate más importante" que va a tener la ciudad. Por eso, y por "el futuro de Barcelona, son más importantes las elecciones del 26 de mayo que las generales del próximo domingo", ha destacado.  

MIEDO A LA GLOBALIZACIÓN

Valls analiza la realidad sin ignorar la correlación de fuerzas existente. Reconoce que se trata de un fenómeno en auge en todo el viejo continente, con sus múltiples matices y rasgos propios. Pero todos ellos comparten una característica común: "el miedo a la globalización y la sensación de perder las raíces", que "todos los países democráticos conocen, estando muy presente aquí en Barcelona y Cataluña".

Bajo este contexto debe interpretarse, según él, la crisis de los Estados-nación que, al mismo tiempo, los revitaliza y provoca que Europa experimente un auge de los proyectos nacionalistas y populistas. Y ello a pesar de que los grandes problemas actuales sólo puedan solucionarse si son abordados a nivel global y de forma conjunta entre los Estados. Valls ha puesto como ejemplo las crisis migratorias, donde el crecimiento imparable de la población en el continente africano afectará, sí o sí, a los países europeos fronterizos. "¿Qué hacemos con este continente, que está doblando su población?", ha preguntado, para después alertar que "si no hacemos nada", los países europeos fronterizos lo padecerán. Cuestiones como ésta demuestran que, de momento, Europa no sabe abordar "la democracia fuera de los Estados-nación". Por eso, en los debates electorales que están teniendo lugar estos días "se habla más de los problemas locales que de los globales", pese a que vivamos en una realidad hiperconectada.

CAPITAL DEL MEDITERRÁNEO

Mientras, atrás quedan otros proyectos que para Valls son prioritarios, como son la construcción de un eje mediterráneo del que Barcelona debería convertirse en su gran capital: "Barcelona puede ser quien piense en clave mediterránea", ha dicho. Para ello, es imprescindible construir una Barcelona más fuerte frente al mundo, que pasa, a su juicio, por el fortalecimiento y crecimiento del Área Metropolitana de la ciudad. 

Noticias relacionadas