Manuel Valls propone en su programa electoral el traslado del Parlament de Catalunya a la plaza de les Glòries. La noticia ha generado titulares y ha tenido cierta relevancia. Sin embargo, la propuesta no tiene nada de nueva. Ya en tiempos de gobierno del PSC en el Ayuntamiento, la idea se puso sobre la mesa, pero jamás se ha llevado a la práctica. Ni siquiera el Parlament se ha planteado jamás un cambio de emplazamiento, afirman fuentes de la institución. Ahora Valls ha hecho suya una vieja idea del PSC, aunque parece difícil que pueda ejecutarse.

En 1999, el Ayuntamiento de Barcelona, titular hasta entonces del edificio, lo donó a la Generalitat de Catalunya. El acuerdo lo firmaron el alcalde de Barcelona, Joan Clos; el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el presidente del Parlament, Joan Raventós. El pacto concreta que el inmueble tiene que ser la sede del Parlament y que si en algún momento deja de ejercer estas funciones la propiedad volverá al consistorio barcelonés, "con independencia del tiempo transcurrido", subrayan fuentes del Parlament de Catalunya.

El exregidor socialista, Francesc Narváez, recuerda que se empezó a hablar de trasladar el Parlament a Glòries coincidiendo con la cesión del edificio. Sin embargo, el gobierno de Pujol no vio con buenos ojos el proyecto y siempre se negó a que viera la luz, afirma el exconcejal. "Una de las propuestas que se hizo fue dejar el equipamiento de la Ciutadella para temas protocolarios y construir un nuevo Parlament en Glòries". 

HEREU LO PENSÓ, TRIAS LO DESCARTÓ

La idea se recuperó a finales del mandato de Jordi Hereu, pero la llegada de Xavier Trias a la alcaldía, en junio de 2011, dejó la idea en los cajones municipales. En 2012, el teniente de alcaldía de Trias, Antoni Vives, descartó retomar el proyecto, aunque reconoció que en ámbitos profesionales y académicos la idea se veía con buenos ojos. Por aquel entonces, desde el Parlament de Catalunya también se negó -como ahora- que nadie hubiera propuesto oficialmente el cambio de ubicación.

La intención de Valls es que el nuevo Parlament se ubique en un "edificio emblemático, moderno y polivalente" en el parque de Les Glòries. Fuentes de la candidatura de Valls concretan que no se ha propuesto ningún emplazamiento concreto. "Haría falta un concurso de arquitectura y urbanismo para hacer una propuesta que se integre bien en el parque y antes hace falta conocer la decisión del Parlament", la institución que tiene que dar el visto bueno al traslado. Valls quiere un edificio que consolide la centralidad de la plaza y recuerda que en distintas ocasiones el Parlament ha manifestado que está mal ubicado. "El trabajo de los diputados y del gobierno merece un espacio moderno y funcional, que le de notoriedad y lo haga mirar hacia el futuro".

Valls también quiere que Glòries tenga un monumento en homenaje a Ildefons Cerdà e instalar frente al Museu del Disseny un gran espacio para las artes creativas en el que se pueda programar festivales al aire libre durante seis meses al año "y que sea la puerta de entrada al distrito de las Industrias Culturales y Creativas (ICC) en el 22@". La propuesta de Valls para Glòries se completa con devolver la Torre Agbar -de titularidad privada- a su proyecto original. El alcaldable no quiere que sea un edificio de oficinas "sino un gran hotel iconográfico de la ciudad".

CLÚSTER DEL CONOCIMIENTO

La propuesta de Valls de trasladar el Parlament a Glòries contempla también nuevos usos para el parque de la Ciutadella, que el exministro del Interior galo quiere convertir en un clúster del conocimiento a partir de las grandes líneas del proyecto liderado por la Universidad Pompeu Fabra y acompañado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Barcelona Institute of Science of Technology, el Centro de Regulación Genómica y el Barcelona Supercomputing Center, según figura en el programa electoral. En la Ciutadella, Valls también quiere construir un centro de investigación e innovación para el bienestar planetario.

Hace dos años, Metrópoli Abierta ya publicó la situación de abandono en que se encuentra el parque de la Ciutadella y algunos de sus equipamientos más emblemáticos, como el Hivernacle, el Umbracle, el Castell dels Tres Dragons y el Museu Martorell. En aquel artículo, el exgerente de museos con Pasqual Maragall, Jordi Carrió, y la exregidora Itziar González defendían que la Ciutadella fuera un polo integrador de ciencia y cultura y un eje urbano, abierto a su entorno inmediato y al mar. La idea ya se empezó a gestar en tiempos del PSC en el Ayuntamiento.

A finales de enero de 2017, representantes de diversas instituciones ligadas al parque de la Ciutadella, como la Universitat Pompeu Fabra, el Institut de Ciències del Mar o el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona, hicieron llegar una carta a la alcaldesa Ada Colau para empezar a trabajar en la recuperación de la Ciutadella. Tanto Jaume Collboni como Colau quieren que la Ciutadella sea un campus científico y abrir el parque hasta el mar.

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