Jaume Collboni cuenta con una ventaja sobre sus rivales de cara a las municipales. Parte de una centralidad de la que el resto de candidatos carece. Y él lo sabe. Durante una comida organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona, el líder de los socialistas ha apelado al voto útil en torno a su candidatura frente a los empresarios que le escuchaban. "Les pido a todas aquellas personas que sienten la necesidad de un cambio en Barcelona, desde los progresistas hasta los moderados, que concentren su apoyo en el proyecto que represento", ha dicho. Collboni ha hecho un repaso a sus promesas de campaña más destacadas, con un guiño a la actividad económica de la ciudad. Pero lo más importante de su discurso era su moderación, con el que seducía al presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Valls, con el que mantiene una buena relación.
El mensaje del PSC de cara a las municipales es claro. Todos aquellos que quieran alejar a los independentistas y a los comunes del gobierno de la ciudad deben votar a los socialistas, ha esgrimido Collboni. Un mantra repetido hasta la saciedad tanto por él como por Manuel Valls, que comparte un discurso muy parecido --por no decir idéntico--.
EL FANTASMA UTILITARISTA
Sin embargo, la diferencia entre ambos radica en la utilidad del voto, un nuevo fantasma que ha ganado terreno en el actual escenario político multipartidista, y con el que los españoles empiezan a estar familiarizados. La atomización política en todos los niveles de gobierno --estatal, autonómico y municipal-- ha hecho florecer la variable utilitarista a la hora de decidir el voto, y condiciona cada vez más a los electores.
Para reforzar este mensaje, Collboni ha sacado a relucir otro fantasma: el del pacto entre Ada Colau y Ernest Maragall, que según él "se ve venir". En este sentido, ha asegurado que sólo se evitará si "el PSC tiene una mayoría suficiente y amplia".
PACTOS EN EL AIRE
Así, muchos empresarios, por puro utilitarismo, pueden ver en el PSC una alternativa real de gobierno, incluso aquellos que hace años se movían en el entorno de la antigua convergencia, previo a su viraje independentista. "No fragmentemos los apoyos del cambio. Concentrémoslos en el partido que ha dado los mejores alcaldes de Barcelona", ha esgrimido el candidato socialista.
Pero se mantiene en el aire una incógnita, que contrasta con su insistencia de evitar un gobierno de Colau y Maragall: ¿Con quién pactará Collboni? ¿Es más probable un acuerdo con Valls o Maragall? Eso es lo que se preguntaban algunos empresarios presentes en el acto, y así se lo han hecho saber al candidato del PSC, que ha evitado tener un posicionamiento claro al respecto. "Quiero una mayoría suficiente para ganar en solitario", ha dicho, aunque a estas alturas está prácticamente descartado que cualquier partido pueda gobernar por sí solo.
Así pues, Collboni ha proseguido, para aclarar que no dará su apoyo a ninguna opción "que subordine Barcelona al proyecto independentista". De momento, se descarta el pacto con ERC, que lidera las encuestas, aunque no se pronuncia sobre un posible apoyo de los republicanos hacia su candidatura. De su discurso se desprende que la clave será quién resulte ganador de las elecciones, más allá de las posteriores combinaciones que se puedan dar.