Ada Colau arranca su mandato con una polémica decisión: colgar de nuevo el lazo amarillo en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona. Y lo hace con el total desacuerdo de su socio de gobierno, el PSC, que se ha mostrado rotundamente en contra de esta decisión. En cambio, sí que ha encontrado el apoyo de ERC y JxCAT, con los que forman una alianza soberanista. La decisión no se ha votado formalmente porque los grupos municipales se han posicionado en una reunión previa a la constitución de la junta de portavoces.
Así lo ha expresado ante los medios la concejal Janet Sanz, mano derecha de Ada Colau. Según ella, la cuestión se ha abordado en este encuentro convocado para abordar asuntos de rutina de inicio de mandato, y en el que se ha planteado volver a colgar el lazo en base a un acuerdo anterior de la junta de portavoces en el pasado mandato.
Mientras se celebraba el encuentro, la dirección nacional de Cs ha anunciado la ruptura con la plataforma liderada por Manuel Valls, que se ha quedado sin representación en el encuentro porque los dos ediles que han acudido son del partido --Paco Sierra y Mariluz Guilarte--, y ambos han salido sin hacer declaraciones a los medios.
Así, el lazo vuelve a la fachada del consistorio, después de que el Gobierno de Colau lo retirara en marzo para dar cumplimiento a una orden de la Junta Electoral de Zona de cara a las elecciones generales que se celebraron el 28 de abril, cuando también se descolgó una pancarta en apoyo a Open Arms.