El nuevo gobierno de Barcelona deja una nueva correlación de fuerzas en el Ayuntamiento en Barcelona que poco -o nada- tiene que ver con el pacto que PSC y Barcelona en Comú tenían en el anterior mandato, cuando el partido de Ada Colau tenía 11 regidores y los socialistas cuatro. En las pasadas elecciones del 26 de mayo, Colau perdió las elecciones frente a Ernest Maragall. Comunes y republicanos empataron en concejales y si la líder de los comunes ha reeditado el cargo ha sido porque socialistas y la plataforma de Manuel Valls votaron a su favor. Dicho de otra manera, Colau están en la alcaldía de prestado. Por contra, los socialistas doblaron resultados y pasaron de cuatro a ocho regidores.
El pacto entre PSC y Barcelona en Comú presentado este miércoles deja claro que el PSC tendrá casi el mismo peso que los comunes en el nuevo gobierno de la ciudad, con la única diferencia de la alcaldía, que no es poco. El ejecutivo municipal es paritario, con tres tenencias de alcaldía y cinco distritos para cada partido. Ambas formaciones también se reparten algunas de las áreas más importantes -y controvertidas, en algunos casos- del nuevo cartapacio. Mientras el PSC asumirá la seguridad de la ciudad, la promoción económica, el turismo, la hacienda municipal, la movilidad y la coordinación territorial y metropolitana, el partido de Colau controlará el presupuesto, la vivienda, los servicios sociales, el urbanismo y las infraestructuras y la coordinación del gobierno.
NOU BARRIS, EL PSC, Y CIUTAT VELLA, LOS COMUNES
Por territorios, los socialistas gobernarán en Nou Barris, Sant Martí, Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts y Horta-Guinardó, mientras que los comunes asumirán Ciutat Vella, Eixample, Gràcia, Sant Andreu y Sants-Montjuïc. Por un lado, los socialistas tendrán el reto de combatir las desigualdades de Nou Barris, el distrito más pobre de la ciudad, y estarán al frente de Sant Martí, una zona de la ciudad tradicionalmente de voto socialista que tiene entre sus objetivos revitalizar el 22@, mejorar la seguridad y el urbanismo del espacio público, proseguir con la pacificación y reurbanizar el frente marítimo. Al frente de Nou Barris y Sant Martí estarán Marga Marí-Klose y David Escudé, respectivamente, ambos vecinos de las zonas que gobernarán y que conocen al dedillo.
En cambio, los comunes tendrán que lidiar con Ciutat Vella, el distrito con mayor presión turística y uno de los epicentros de la delincuencia de la ciudad, y el Eixample, el distrito con una mayor densidad de población, que presenta com algunos de sus principales problemas la expulsión de los vecinos por el incremento de los alquileres, la contaminación, la pacificación del tráfico, la seguridad, la creación de nuevos jardines y parques y la mejora y construcción de más equipamientos. En Ciutat Vella, la concejalía ha caído en manos de Jordi Rabassa, hombre de confianza de Gala Pin el anterior mandato, y en el Eixample, el máximo responsable será el exgerente municipal y exjefe de filas socialistas, Jordi Martí.
LOS PESOS PESADOS DEL NUEVO GOBIERNO
Gran parte del peso del nuevo gobierno recaerá en Colau y los seis tenientes de alcaldía. La alcaldesa Ada Colau estudió Filosofía y Letras, aunque no se licenció. Antes de entrar en política fue la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y convirtió su lucha por una vivienda digna en su plataforma para dar el salto a las instituciones. Tras cuatro años como alcaldesa, con más fracasos que aciertos, la edil no ha dudado en presentarse a la reelección en el pleno de investidura a pesar la contradicción que le ha supuesto aceptar los votos de Manuel Valls.
El primer teniente de alcaldía será Jaume Collboni. Abogado de profesión, el concejal encabezará el área económica del nuevo gobierno. De él dependerán la promoción económica -le tocará lidiar con las empresas, los sectores económicos de la ciudad y los grandes eventos, con los que Colau jamás se ha entendido-, el turismo, la hacienda municipal y el presupuesto, aunque este último ámbito estará gestionado en el día a día por Jordi Martí. El último mandato, Martí, licenciado en Ciencias de la Educación, ha sido el supergerente municipal y tiene todas la cuentas del Ayuntamiento de Barcelona en la cabeza.
EL URBANISMO PARA JANET SANZ
La segunda teniente de alcaldía será la ecosocialista Janet Sanz. Sanz seguirá al frente del urbanismo y las infraestructuras de la ciudad, aunque de su área también colgarán la movilidad y la ecología. Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, temas como la lucha contra los pisos turísticos, la contaminación y la implantación de un peaje urbano, pasarán por sus manos. De ella dependerán la socialista Rosa Alarcon, regidora de Movilidad y posiblemente próxima presidenta de Transportes Metropolitanos de Barcelona, y Eloi Badia, que será regidor del siempre complejo distrito de Gràcia y responsable de la emergencia climática y transición ecológica. Mientras Alarcón es periodista y ha sido los últimos años jefa de gabinete de la alcaldesa de Hospitalet, Núria Marín, Badia es ingeniero industrial. Badia ha sido uno de los regidores más controvertidos del último mandato por sus intentos fracasados de municipalizar el agua y los servicios funerarios.
Laia Bonet fue el fichaje estrella de Collboni junto con Albert Batlle. Bonet, número 2 en la lista socialista, dirigirá la tenencia de alcaldía de Agenda 2030, Transición Digital, Deporte y Coordinación Territorial y Metropolitana. Exsecretaria del Govern de la Generalitat con José Montilla de presidente, Bonet era profesora de Derecho Administrativo en la Universidad Pompeu Fabra y habla perfectamente castellano, catalán, inglés, francés, alemán y sueco. Desde 2015 hasta hace unos meses fue directora adjunta al presidente de Aigües Ter Llobregat (ATLL). Bajo su mando estará la gestión política del Zoo -que el pasado mandato estuvo amenazado de cambios estructurales que podrían haber llevado al equipamiento al cierre- y los deportes, concejalía que asumirá el abogado y también regidor de Sant Martí, David Escudé.
Con la retirada de Jaume Asens y Laia Ortiz, regidores de los comunes en el mandato pasado, Laura Pérez ha ganado mucho peso en el nuevo gobierno y estará al frente de la tenencia de alcaldía de Derechos Sociales y Feminismo. Muy próxima a Colau, Pérez proviene del ala de Podemos y es periodista de formación. Bajo su tutela estarán las políticas sociales y de vivienda de la ciudad, así como la gestión de la salud y los derechos de la ciudadanía. Esta gran área incorporará a la socialista Marga Marí-Klose (infancia, juventud y personas mayores), Marc Serra (justicia social), Gemma Tarafa (salud) y Lucía Martín (vivienda). Entre estos nombre destaca la socióloga Marí-Klose, experta en políticas de infancia, pobreza y desigualdades y familia.
LUCHA CONTRA LOS DELITOS
Coincidiendo con el verano y la llegada masiva de turistas a Barcelona, las miradas del nuevo gobierno estarán puestas los primeros meses en Albert Batlle, el teniente de alcaldía de Prevención y Seguridad. De él, dependerá la gestión política de la Guardia Urbana, la lucha -junto con los Mossos d'Esquadra- contra el aumento de los delitos en Barcelona y la descontrolada presencia del top manta en las calles de Barcelona. Una de las primeras decisiones que deberá tomar Batlle, exdirector de los Mossos d'Esquadra, será el nombramiento del nuevo jefe de la Guardia Urbana en sustitución de Evelio Vázquez, en el cargo desde 2011.
La sexta tenencia de alcaldía recae en en manos de Joan Subirats, catedrático universitario e ideólogo de Guanyem Barcelona, el embrión de los comunes. Dirigirá el área de Cultura, Educación y Ciencia, que incluirá una concejalía de Memoria Democrática con Jordi Rabassa al frente. Subirats está especializado en políticas públicas y en la gobernanza de las instituciones. También es investigador y fue fundador del Institut de Govern i Polítiques Públiques de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Por su parte, Rabassa es licenciado en Historia y los últimos cuatro años ha ejercido de consejero técnico del distrito de Ciutat Vella.