Los problemas municipales se multiplican con el tiempo: resulta que no sólo hay amianto en el metro (por lo que el consistorio barcelonés tuvo que aguantar duras huelgas de los trabajadores durante los pasados meses), sino que otros edificios del consistorio, también abiertos al público, tienen el mismo problema que algunas estaciones del metropolitano o que determinados convoyes. ¿No quieres caldo? ¡Pues dos tazas!. El consistorio examinó con lupa 10 edificios y en siete de ellos encontró elementos compuestos de amianto que pueden suponer un peligro para la salud.
Así pues, el consistorio se ha propuesto eliminar el fibrocemento en esos siete edificios municipales. Aunque el secretismo en torno a este tema es absoluto, Metrópoli Abierta ha podido conocer un informe en el que el consistorio reconoce la presencia del peligroso material en dos de los edificios más emblemáticos del Ayuntamiento: se trata del Edificio Nou de les Cases Consistorials y el Edifici Novíssim de les Cases Consistorals, ambos en la plaza Sant Miquel. En otras palabras: en la sede central de la maquinaria municipal de Barcelona.
EL PALACETE ALBÉNIZ
Los otros edificios con amianto son el Palacete Albéniz, en Montjuïc; el Palau Foronda, en la Ronda Sant Pau; el Archivo Municipal Contemporáneo, en la calle Bisbe Caçador; el departamento de Internacionales y CRD, de la calle Avinyó; y el Arxiu Prearxivatge, en la calle Ciutat de Granada.
Según un informe municipal, el amianto es “un producto mineral de gran durabilidad y de coste reducido. Está formado por haces de fibras minerales sólidamente unidas y muy resistentes al calor, la abrasión y la tracción. Estas características han hecho que sea un material muy utilizado en productos de gran consumo en la industria y en la construcción”.
PROHIBIDO DESDE EL 2002
El uso del amianto en construcción está prohibido desde el año 2002, aunque la prohibición no afecta a los materiales instalados antes de esa fecha, cuya caducidad es la de su vida útil o su eliminación. “Estos materiales únicamente son peligrosos si se rompen o se desgastan, cuando se produce la liberación del polvo de amianto en su entorno”, dice el informe municipal.
El texto del consistorio es contundente: “Una de las características del amianto es que los haces que lo componen pueden separarse con facilidad en fibras cada vez más finas, hasta llegar a ser microscópicas. Los productos que contienen amianto no presentan riesgo para la salud si las fibras se mantienen fuertemente unidas, pero pueden ser perjudiciales si los materiales se rompen o se desgastan y se inhalan las fibras cuando éstas son liberadas”.
ENFERMEDADES ASOCIADAS
Según ese texto, el riesgo de que se presente una enfermedad relacionada con el amianto está relacionada con varios factores. A saber: “la concentración de las fibras presentes en el aire, la duración de la exposición, la frecuencia de la exposición, la medida de las fibras inhaladas y el tiempo transcurrido desde la exposición inicial”. Las principales enfermedades ocasionadas por el material son mesoteliomas (un tumor maligno poco frecuente), el cáncer de pulmón y asbestosis o fibrosis pulmonar (una enfermedad de los pulmones progresiva de evolución lenta).
El Ayuntamiento barcelonés quiere ahora desterrar el polémico material de todos sus edificios y ha contratado a la compañía Construcciones y Servicios Faus, cuyo contrato asciende a 171.101,84 euros. La descontaminación de amianto se realizará a partir de este mes de octubre y hasta finales del año próximo. Otra empresa, Bigas Grup, optaba también a hacerse con el contrato, pero su oferta era más cara que la de Construcciones y Servicios Faus.
Según los planos a los que ha tenido acceso este diario, en el Palacete Albéniz las estructuras con amianto son tubos en el parterre, tubos de luz y un depósito de agua (ya en desuso), hecho de fibrocemento. En los edificios de la plaza Sant Miquel, son de amianto los bajantes de aguas residuales y las conexiones con la red de alcantarillado. Las piezas de amianto retiradas serán sustituidas por elementos de PVC.