Jordi Rabassa se ha metido en un berenjenal. El concejal de Ciutat Vella presumió en su Twitter de haber enviado una carta al jefe de la Policía Nacional de Catalunya donde le declaraba la guerra al cuerpo policial. En la misiva, Rabassa expresaba el malestar de los vecinos por las protestas frente a la comisaría, e instaba a iniciar un diálogo sobre su futuro en otra ubicación. Según él, Vía Laietana no es un lugar adecuado para un equipamiento de estas características.
El edil --miembro de Barcelona en Comú-- actuó de motu proprio, según se desprende de las declaraciones de miembros de su equipo de gobierno en las últimas horas. Ayer lunes, fuentes municipales desautorizaron a Rabassa. Su tuit y su carta habían generado un gran malestar en el Ejecutivo local, gobierno de coalición entre Barcelona en Comú y PSC.
BONET SILENCIA A RABASSA
Este martes uno de los pesos pesados del PSC a nivel municipal ha salido al paso para dejar claro que lo expresado por Rabassa, pese a ser concejal de Ciutat Vella, no representa la voluntad y programa del gobierno municipal. En otras palabras, aunque sea regidor, no manda ni en su distrito.
Ha sido Laia Bonet, tercera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. De forma disimulada, Bonet ha dejado en papel mojado la carta de Rabassa al jefe de la Policía Nacional de Catalunya. Como si la hubiera escrito un ciudadano anónimo más de la ciudad. Según Bonet, la petición del concejal de Ciutat Vella era de "tipo personal", surgida de la preocupación de los vecinos por el impacto de las manifestaciones en Vía Laietana.
"Entiendo que la reflexión que hacía Jordi Rabassa era desde la preocupación del impacto que han tenido las concentraciones reiteradas alrededor del edificio de la comisaría de Via Laietana en la vida de los vecinos", ha explicado Bonet. Además, la socialista ha reiterado que el Ayuntamiento de Barcelona ni está pidiendo ni pedirá el traslado.