Montserrat Ballarín (Huesca, 1968) es la actual regidora de Hacienda, Comercio y Mercados en el Ayuntamiento de Barcelona. Militante del PSC, Ballarín es doctorada en Derecho y profesora universitaria. Durante su primera etapa en el consistorio, entre 2003 y 2011, con los alcaldes Joan Clos y Jordi Hereu, fue responsable de Hacienda y, posteriormente, de Educación. Entre 2011 y 2015 se dedicó a la docencia en la Universitat Pompeu Fabra. Jaume Collboni la recuperó para las listas socialistas en 2015. Desde entonces es regidora municipal. En esta entrevista en exclusiva con Metrópoli Abierta avanza que el presupuesto municipal de Barcelona para este año se tendrá que rehacer por la pandemia.

Usted ha sido uno de los concejales del Ayuntamiento de Barcelona, junto con la alcaldesa Ada Colau y el primer teniente de alcaldía Jaume Collboni, que estuvo aislada en casa durante dos semanas. ¿Cómo ha pasado este confinamiento?

A nivel personal y de salud, muy bien. No he tenido síntomas del Covid-19. Cuando salió en prensa mi aislamiento por haber estado en contacto con una persona con Covid-19, mucha gente creyó que yo también lo tenía. Tuve que aclarar el malentendido, pero enseguida pude ponerme a trabajar a pleno rendimiento. Soy afortunada de tener en casa todos los medios para el teletrabajo y, además, la suerte de contar con una familia que nos apoyamos mucho.

Ya ha terminado sus dos semanas de aislamiento, ¿cómo afronta ahora el día a día?

Estoy trabajando desde el minuto cero. Los días son intensos: de 12 a 14 horas de trabajo, incluidos sábados y domingos. ¿Qué hago? Intentar resolver los temas más inminentes que se plantean en las áreas en las que tengo responsabilidad y coordinarme con el resto de gobierno. Estoy en contacto permanente con los trabajadores municipales y con los sectores de la economía de proximidad que están, lógicamente, viviendo con gran preocupación la situación actual y el futuro. Les aseguro que el Ayuntamiento está trabajando al 200% estos días y quiero agradecer a todo el personal el esfuerzo y la vocación de servicio público que están demostrando una vez más y lanzar un mensaje a los barceloneses: ¡saldremos adelante!

Han pospuesto ustedes el aplazamiento del pago de impuestos varios meses, entre ellos la tasa de terrazas y el cobro de la tasa turística. ¿Se han planteado ustedes una exención fiscal mientras dure la pandemia o hasta 2021?

Hemos prorrogado hasta julio el pago de los impuestos a los ciudadanos y empresas, más allá del tiempo fijado inicialmente por el decreto de alarma, y hasta octubre en el caso de las terrazas. Estos meses de prórroga son para que la ciudadanía y los titulares de actividades económicas no se preocupen por los tributos municipales, para darnos tiempo a hacer las cosas bien. También hemos fijado ya la exoneración de algunas figuras durante el tiempo de alarma, como las tasas de terrazas y los precios públicos de residuos comerciales. Somos muy conscientes de lo complicada que resulta la situación para muchas personas y negocios, y desde el Ayuntamiento estamos y estaremos a su lado para salir de ésta.

Hemos prorrogado hasta julio el pago de los impuestos a los ciudadanos y empresas, más allá del tiempo fijado inicialmente por el decreto de alarma

La crisis ha cogido a las administraciones por sorpresa.

Los acontecimientos de las últimas dos o tres semanas eran impensables a principio de año y estamos ante una crisis que todo apunta que durará un tiempo. Desde el gobierno municipal ya hemos tomado las primeras medidas y estamos estudiando y trabajando para tomar otras nuevas, a medida que la situación evolucione. Ahora lo prioritario es evitar que los que se ven forzados a bajar la persiana no estén, además, sobrecargados con impuestos y tasas. Cuando el temporal amaine, deberemos contar también con recursos, entre otras cosas, para impulsar medidas de reactivación económica, promoción a todos los niveles o apoyo, por ejemplo, a Pymes y personas autónomas.

¿El Ayuntamiento está haciendo frente a gastos importantes por la crisis sanitaria?

Estamos haciendo frente a muchísimos gastos extraordinarios y no presupuestados, como la compra de Equipos de Protección Individual (EPI), la contratación de servicios para garantizar la seguridad o ayudando a que la sanidad pública en Barcelona no colapse.

Todo parece indicar que una vez superada la pandemia se entrará en una situación de crisis económica. En Cataluña ya hay más de medio millón de personas afectadas por ERTEs y algunos expertos ya anuncian que se producirá el cierre de muchas Pymes y empresas. ¿Qué radiografía hace usted de la situación económica que dejará el coronavirus?

Todavía es pronto. No tenemos aún información suficiente para saber el alcance real de la crisis en términos económicos. Dependerá en gran medida de cuándo se levanten las medidas de alarma y confinamiento y, sobre todo, de cómo se aborde desde Europa la reactivación económica. Nosotros como Ayuntamiento hemos tomado medidas para asegurar la liquidez de las empresas, ya sea mediante la continuidad de los contratos públicos o la garantía del pago a tiempo a nuestros proveedores, pero necesitamos como agua de mayo el compromiso conjunto de todos los países que el presidente Pedro Sánchez reivindica estos días en Europa.

No tenemos aún información suficiente para saber el alcance real de la crisis en términos económicos. Dependerá en gran medida de cuándo se levanten las medidas de alarma y confinamiento

¿Qué sectores prevé usted que se puedan ver más afectados en Barcelona?

Son muchos los sectores que están sufriendo con esta situación. Por mis responsabilidades actuales, estoy siendo testigo más directo de la situación del comercio no alimentario, la restauración y las personas autónomas. Hemos de recordar que el comercio y servicios de proximidad forman parte del ADN de Barcelona. Sin ellos, Barcelona perdería su identidad y eso no nos lo podemos permitir.

Desde algunos partidos de la oposición, como Barcelona pel Canvi y Ciutadans, se plantea la necesidad de cambiar las ordenanzas fiscales de este 2020. Argumentan que tras la crisis sanitaria, el aumento planteado no es asumible para ciudadanos y empresas. ¿Se plantean ustedes revisar las ordenanzas?

La actual crisis ha cambiado las previsiones presupuestarias, tanto en ingresos como en gastos. Los cambios que se planteen tienen que ser de gran precisión y justos, teniendo en cuenta, por encima de todo, cómo ha empeorado la situación de muchas actividades económicas de Barcelona y su repercusión en el empleo. Como ya he dicho, habrá que afrontar en profundidad la situación una vez conozcamos todos los parámetros, no antes.

El presupuesto para 2020 es de más de 3.000 millones y hace especial énfasis en las inversiones sociales (también vivienda) y en la emergencia climática. ¿El presupuesto aprobado sigue siendo válido?

Hace tan solo unas semanas, no era tan solo válido, sino que era un muy buen presupuesto para afrontar el mandato. En apenas un par de semanas, el panorama se ha trastocado profundamente y en estos momentos parece claro que el presupuesto necesitará ajustes. Todo ha cambiado a velocidad supersónica. Pero hasta que no veamos la luz al final del túnel resulta imposible responder con precisión qué podemos mantener y replantear, más allá de las intuiciones que podamos tener y de los nuevos datos que vamos obteniendo en el contexto actual. Será necesario volver a evaluar los ingresos y gastos, a nivel global, y nos tocará hacerlo con rigor y responsabilidad.

En apenas un par de semanas, el panorama se ha trastocado profundamente y en estos momentos parece claro que el presupuesto necesitará ajustes.

¿Qué cambios estudian introducir en el presupuesto tras la crisis del coronavirus?

Por lo que he explicado, ahora aún es imposible concretar. Pero está claro que habrá que afrontar las nuevas necesidades sociales y ayudar a los titulares de actividades económicas que lo están pasando peor. Estamos estudiando cuáles pueden ser las fórmulas más adecuadas para hacerlo.

La regidora del PSC, Montserrat Ballarín / SERGI VARGA PSC



Uno de los sectores que más crítico se ha mostrado con el Ayuntamiento por el aumento de la tasa de terrazas ha sido la restauración. ¿Qué reflexión le hace el Ayuntamiento a un sector que ahora con el Covid-19 puede verse afectado de manera notable?

Se ha aplazado al mes de octubre el pago de dicha tasa, veamos cómo evoluciona todo y cuál es la mejor manera de ayudar al sector de la restauración. Todos tenemos claro que solo saldremos de esta crisis si vamos todos a una. Y la restauración sabe que tendrá al Ayuntamiento y a la ciudadanía a su lado para ayudarles a salir de este agujero, del que aún no sabemos su profundidad.

Barcelona es una ciudad en la que los sectores del comercio, restauración y hotelero son muy importantes. ¿Qué medidas impulsará el Ayuntamiento para paliar las pérdidas de estos sectores?

Son sectores claves para la economía y la ocupación. Desde el Ayuntamiento estamos trabajando en muchas propuestas, pero solo podremos superar todo lo que se nos viene encima si aplicamos la fórmula que ha hecho grande Barcelona: una estrategia pactada entre el sector público y el privado que también cuente con el valor que aporta el tercer sector.

¿Prevé un descenso importante del turismo en la ciudad los próximos meses?

Veamos cómo evoluciona todo. Después de los atentados del 11-S de 2001 parecía que sería muy difícil volver a coger un avión, y poco después todos volvimos a volar con normalidad, eso sí, con muchos más controles en los aeropuertos. Hay que ser realistas, pero no derrotistas.

Ahora habrá una oportunidad para atraer turismo del resto de España y hacer una promoción internacional que vaya más allá del parámetro de la cantidad.

¿Impulsará el Ayuntamiento una campaña para recuperar el turismo autóctono y extranjero?

La promoción turística se hace a través del Consorci de Turisme de Barcelona, donde está también el sector privado. Allí es donde se deberán tomar las decisiones al respecto. Pero mi opinión es que ahora habrá una oportunidad para atraer turismo del resto de España y hacer una promoción internacional que vaya más allá del parámetro de la cantidad.

¿Se ha notado una caída de ventas importante en los mercados de Barcelona estas semanas de confinamiento?

Los mercados municipales son un servicio público esencial y están haciendo un gran trabajo estos días, junto a Mercabarna, que es el mercado mayorista que los abastece. Lo más destacable es el gran aumento de la demanda de reparto a domicilio, que se han incrementado notablemente.  Las ventas varían por mercados y por días. Los que tenían una clientela de proximidad tuvieron mucha venta cuando comenzó el período de alarma y luego se ha ido normalizando. Aquellos que vendían más a restaurantes o turistas, han perdido ventas. Como equipamientos de proximidad y servicio público que son, resultan de gran utilidad para abastecer a las personas que tienen más dificultades para desplazarse a realizar las compras.

¿Pondrán en marcha alguna medida concreta para paliar la crisis en estos equipamientos municipales?

El Institut Municipal de Mercats está trabajando intensamente con los comerciantes de todos los mercados alimentarios para facilitarles su trabajo y extremar las precauciones, proporcionándoles materiales y servicios adicionales. Hemos contratado a 55 personas que durante los viernes por la tarde y los sábados por la mañana garantizan que se respeten las distancias entre las personas y ordenan las colas. Estoy muy orgullosa de la sólida alianza que se ha establecido entre los comerciantes y el Ayuntamiento durante estos días. Todo un ejemplo de cómo se puede sumar en momentos difíciles. Los mercados municipales no alimentarios, al no ser servicio esencial, están cerrados. Estaremos a su lado, lo quiero subrayar, para ayudarles cuando puedan volver a abrir.

Muy probablemente muchas familias tendrán enormes problemas para pagar el alquiler o la hipoteca de sus casas. Podemos estar a las puertas de otra crisis inmobiliaria sin precedentes en una ciudad que ya tiene unos precios de la vivienda muy elevados. ¿Lo ve así?

Confío en que no será así.

El Ayuntamiento de Barcelona ha suspendido el pago del alquiler de más de 8.000 viviendas municipales y casi 400 locales comerciales de propiedad municipal

¿Qué medidas deben tomar las administraciones para ayudar a estas personas a pagar sus viviendas y evitar ser desahuciadas?

De manera específica, el Ayuntamiento de Barcelona ha suspendido el pago del alquiler de más de 8.000 viviendas municipales y casi 400 locales comerciales de propiedad municipal. La suspensión durará tres meses y las cuotas se prorratearán en los 18 meses posteriores, pudiendo rebajarse los alquileres cuando haya afectaciones por la crisis. También el Ayuntamiento se ha dirigido por carta a los propietarios para que tengan en cuenta esta situación y rebajen precios a sus inquilinos. Muy importante también es que el gobierno de España paralice durante seis meses los desahucios y prorrogue automáticamente los contratos vencidos en este tiempo. En todo caso, cuanto más extraordinarias sean las circunstancias, más extraordinarias deberán ser las medidas que políticamente se adopten.

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