El plenario del distrito de Les Corts aprobó el pasado martes dos propuestas que pedían modificar la ordenanza municipal que regula los clubes cannábicos de Barcelona con el objetivo de limitar el número de asociaciones. La votación evidenció las distancias que separa al PSC y Barcelona en Comú, los socios de gobierno en la plaza Sant Jaume, en esta materia.
A pesar de que los textos aprobados non son vinculantes, el distrito lanzó un mensaje político al Ayuntamiento de Barcelona que podría abrir un debate sobre estos locales que han causado quejas entre algunas comnunidades de vecinos.
El grupo socialista votó al lado del PP, Ciutadans, ERC, Barcelona pel Canvi, ERC y Junts per Catalunya (todos los partidos excepto BComú) una propuesta de este último grupo para revisar la ordenanza bajo criterios "sanitarios" y de "salubridad" con el objetivo de "racionalizar su distribución y reducir su número". Los independentistas señalan que el cánnabis es la droga más consumida al mundo, un hecho que "supone un auténtico problema de salud pública".
'RESPIRAMOS DROGA'
"Estamos respirando droga cada día", se quejaba un vecino de Les Corts en el plenario. Los vecinos del número 67 de la calle Marquès de Sentmenat están en pie de guerra contra el club que abrió el 17 de febrero en los bajos de su edificio. La comunidad de propietarios ha presionado al consistorio en los últimos meses para impedir la apertura del local y ha trasladado sus quejas a los partidos políticos.
Otro residente alertó de la peligrosidad y toxicidad de los efectos del cánnabis. Los residentes quieren que las comunidades autoricen la apertura de estos clubes. "No puede ser que la libertad asociativa coarte la mía", señalaba otra vecina.
'DESREGULACIÓN' DEL SECTOR
El grupo neoconvergente considera que en 2016 el gobierno de Ada Colau provocó una "desregulación" de estos con una nueva ordenanza que flexibilizó las condiciones de apertura de las salas de fumadores de marihuana. La formación insiste en que no es partidaria de cerrar estos clubes, pero que es necesario reducir la cantidad de establecimientos para evitar que los adolescentes tengan un acceso fácil a los porros.
Los primeros clubes aparecieron a partir de 2010. En los últimos años, el número ha ido creciendo hasta los actuales cerca de 200 locales. JxCAT señala el caso concreto de Les Corts donde recientemente han abierto, al menos, cuatro clubes en una distancia de 350 metros.
EL PSC, ABIERTO AL DEBATE
El regidor de Les Corts, el socialista Xavier Marcé entiende que detrás de la propuesta de JxCAT hay un "debate de profundo calado político" por lo que anunció su voto positivo. "Hay un debate que no está resuelto y nos parece bien que se discuta", afirmó Marcé, que recordó que Les Corts acoge tan solo siete clubes del total de salas de fumadores.
Desde Barcelona en Comú, Lucía García cualificó de "hipócrita" la propuesta porque el plan especial urbanística se encuentra en un proceso judicial. La consellera afirmó que se debe esperar la sentencia para poder incluir modificaciones en la ordenanza.
PROPUESTA DEL PP
Los socialistas también respaldaron una propuesta del PP, apoyada por todos los grupos excepto ERC y los comunes que pide ampliar la distancia mínima entre los clubes cannábicos, fijada actualmente en 100 metros, y establecer 150 metros de separación. Los conservadores piden que el plan especial urbanístico contemple también una distancia con centros educativos de cualquier índole, parques y jardines.
La actual ordenanza solo contempla distancias para los centros de enseñanza obligatoria, equipamientos comunitarios y centros de consumo controlado para personas drogodependientes.
La votación del martes ha evidenciado la diferencia de opiniones entre socialistas y comunes, estos últimos, más permisivos con estos clubes, que permiten el consumo de cánnabis en el interior a través de un sistema de cuotas entre los socios.
CONTROLAR A LOS SOCIOS
Por su parte, la declaración institucional de Ciutadans, que finalmente no llegó a votarse, pedía medidas para "controlar" los socios que acceden al local y prevenir el tráfico de drogas. El partido naranja propone que solo puedan entrar aquellas personas que necesitan el efecto del cánnabis a causa de una enfermedad.