El pleno extraordinario sobre el coronavirus que celebra este viernes el Ayuntamiento de Barcelona ha empezado con una media hora de retraso y guardando un minuto de silencio en recuerdo de las personas fallecidas por la pandemia que azota todo el mundo desde mediados de marzo. La intención del consistorio es celebrar un acto de homenaje a los muertos cuando la situación sanitaria lo permita.
En el inicio del pleno, en el que la oposición no podrá presentar propuestas ni votar, la alcaldesa Colau ha subrayado que la pandemia es uno de los más grandes retos a los que "tendremos que enfrentarnos a lo largo de nuestra vida". La primera edil de la ciudad ha dicho que la crisis no se debe abordar como una guerra. "No es una guerra. Se trata de salvar el máximo número de vidas posibles".
SITUACIÓN DESCONOCIDA
Para Colau, la ciudad y el mundo entero se está enfrentando a una situación desconocida que ya ha contagiado a más de dos millones de personas en el mundo, con más de 125.000 muertos, mientras que en Cataluña el número de muertos supera ya los 7.500, según Colau, que ha hecho suya la nueva forma de contar de la Generalitat de Cataluña, incorporando desde este miércoles las cifras de los fallecidos en hospitales y las que facilitan las funerarias.
La alcaldesa ha asegurado que cuando la crisis sanitaria se haya superado se tendrá que hacer una reflexión para cambiar los protocolos de funcionamiento de las residencias de ancianos, donde se ha producido un importante número de fallecidos tanto en Barcelona como en el resto de Cataluña y España.