¿Podrá el Ayuntamiento de Barcelona volver a la normalidad y dar servicio en todos sus negociados tras el levantamiento del confinamiento? Ésa es la duda que flota en el aire. No está asegurado que los servicios municipales estén al 100% de su capacidad tras la crisis de la pandemia. La vuelta al trabajo y a la normalidad se prevé lenta y difícil, porque cambiarán las normas laborales y ello tendrá sus consecuencias en la operatividad de las unidades.
Desde mediados del mes de marzo, aproximadamente el 80% de los más de 14.000 trabajadores que tiene el Ayuntamiento de Barcelona trabajan desde sus casas, tras las medidas de confinamiento decretadas por el gobierno español el pasado mes de marzo. En otras palabras, más de 11.000 empleados municipales están trabajando en estos momentos desde sus casas. Y ante el desconfinamiento gradual que se prevé realizar las semanas próximas, el consistorio ha comenzado a estudiar las medidas de la vuelta al trabajo. Por ese motivo, este lunes se reunió por primera vez el comité de salud laboral.
Durante estas semanas de estado de alarma, sólo trabajaron los empleados adscritos a los servicios sociales, la Guardia Urbana (cuyos agentes sufren la infección de forma masiva, ya que son un grupo de riesgo) y los bomberos. Los demás trabajadores fueron enviados a casa y se les hace llegar vía telemática la faena a realizar, sin que tengan que hacer acto de presencia en las dependencias municipales.
SIN SUFICIENTES EQUIPOS
El problema en el futuro próximo es cómo compaginar la vuelta a la normalidad con las medidas de prevención necesarias para impedir un rebrote de la pandemia. En algunos servicios, la vuelta se prevé complicada, debido a que los trabajadores no podrán mantener la distancia de seguridad y, además, si están de cara al público, el riesgo de contagio aumenta exponencialmente. En estas circunstancias, se hacen imprescindibles los equipos de protección individuales (EPI), como mascarillas, guantes o pantallas protectoras, como las que ya se han instalado en los supermercados para las cajeras.
El problema será cómo obtendrá el Ayuntamiento más de 14.000 EPI durante los próximos días, ya que por el momento no hay suficientes equipos ni siquiera para los servicios esenciales que se están prestando en la actualidad. La deficiencia es tanta que muchas de las patrullas de la Guardia Urbana no han podido ser equipadas adecuadamente para prevenir infecciones y en la actualidad se calcula que más del 20% de la plantilla de la Policía Municipal está afectada de Covid-19 o tiene claros síntomas de padecer la enfermedad. Incluso a pesar de que los responsables municipales se comprometieron a reincorporar a los agentes asintomáticos sólo tras hacerles pruebas médicas pertinentes después de pasar un aislamiento de 14 días, la falta de personal ha provocado que esa norma no se respete en todos los distritos ni en todas las unidades de mando. Ante estas circunstancias, el Ayuntamiento quiere negociar con todos los afectados (y especialmente con los representantes de los trabajadores) una vuelta a la normalidad con garantías.
EVALUACIONES DE RIESGO INDIVIDUALES
De momento, se están estudiando los planes de contingencia de ese retorno al trabajo, pero faltará realizar las evaluaciones de riesgo de cada uno de los espacios y las medidas de prevención correctas en cada puesto de trabajo, ya que la seguridad ha de estudiarse dependiendo de las características concretas de cada empleo.
Una de las circunstancias que deberán tener en cuenta es que no todos los trabajadores pueden volver a trabajar el mismo día. En este sentido, dependiendo de los negociados, habrá que establecer turnos para que los empleados no estén amontonados, ya que hay espacios en los que es imposible guardar una distancia mínima de seguridad. En otros puestos, habrá que instalar medidas adicionales para evitar el contacto directo con los contribuyentes y mantener, del mismo modo, una cierta distancia.
A diferencia de otros Ayuntamientos, Barcelona no creó ninguna comisión específica para estudiar las consecuencias del Covid-19, ni tampoco pidió la colaboración de los sindicatos o del comité de empresa en la batalla contra la crisis. Sin embargo, tendrá en cuenta a los representantes de los trabajadores a la hora de implementar medidas de seguridad para la vuelta al trabajo. Al menos, eso es lo que ha prometido a las principales centrales sindicales.
Estas medidas se discutirán al margen de la mesa para el pacto de ciudad que quieren proponer los grupos que detentan el poder municipal a todos los partidos políticos con representación en el pleno.