El pasado 14 de mayo, el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH) condenó al Estado francés por la violación de los derechos fundamentales de diversas personas de raza gitana en el desalojo practicado en el norte de París en abril de 2013. En aquel momento, el ministro del Interior de Francia era Manuel Valls, actualmente concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Aprovechando esta circunstancia, ERC ha llevado una declaración institucional contra aquellos hechos en el pleno de este viernes que ha acabado en polémica y en una salida de tono de los republicanos.

Es habitual que las declaraciones institucionales que se leen en los plenos, suelan estar apoyados por la totalidad de los grupos municipales. No ha sido este el caso, aunque ha conseguido el apoyo de la mayoría de los concejales. Junts x Cat, ERC, la Barcelona en Comú de Ada Colau -algo bastante previsible- y el PSC de Jaume Collboni han apoyado la declaración republicana, mientras que Ciutadans, PP y Barcelona pel Canvi no la han firmado.

NACIONALISMO EXCLUYENTE

Así, la declaración de ERC supone que el Ayuntamiento condena la vulneración de derechos fundamentales practicada por Francia, "un ejemplo del peor nacionalismo excluyente emergente en Europa". También reivindica a Barcelona como una ciudad abierta a todas las personas, sin importar la raza, la lengua, la religión, el género o la orientación sexual, y posiciona a la capital catalana como una "ciudad refugio y ciudad referente en la defensa de los derechos individuales y colectivos.

La declaración no tiene ningún efecto jurídico ni administrativo sino que se limita a ratificar "el compromiso de todos los cargos electos con el Código Ético del Ayuntamiento de Barcelona, que se rige por principios éticos", como "el respeto a los derechos humanos, la igualdad de trato entre personas y la ejemplaridad de todo cargo público para garantizar el prestigio, la dignidad y la imagen de esta institución", dice ERC. 

SALTARSE LAS REGLAS DEL JUEGO

Saltándose las normas de funcionamiento del pleno y de las presentaciones de las declaraciones institucionales, la regidora de ERC, Elisenda Alamany ha aprovechado la lectura para pedir la dimisión de Valls, algo que no se recogía en el documento acordado. Las palabras de Alamany han sido recriminadas tanto por Collboni como por Colau. "Se ha saltado las reglas de juego. Ha faltado al respeto al conjunto del pleno", ha subrayado la alcaldesa.

También la portavoz del PSC, la teniente de alcaldía Laia Bonet, ha valorado la intervención de la edil republicana como "una terrible lección de antipolítica" y una "clara utilización política del pueblo gitano". "Se ha cargado las reglas del juego. Ha linchado a una persona". Alamany ha acabado retirando las palabras contra Valls, al que también había dicho que el pleno lo reprobaba, algo que no recoge la declaración.

"INSULTO A FRANCIA"

En su uso de la palabra, Valls ha dicho que la declaración es "un insulto a Francia" y ha recordado la "triste" figura del expresidente del Parlament, Heribert Barrera, del que ha recordado que era "racista". Entre otras perlas, Barrera llegó a proponer un referéndum sobre la admisión de los inmigrantes y dijo que Cataluña desaparecería si continuaban las corrientes migratorias actuales, recogió La Vanguardia en 2001. 

El exprimer ministro francés ha indicado que "nada le sorprende" de los grupos independentistas ni de Colau, a la que ha recordado que es alcaldesa por sus votos, pero que le parecía especialmente preocupante que el PSC se haya prestado a esta "farsa", algo que ve como una "falta de liderazgo", en referencia a Collboni.

Desde las filas populares, Josep Bou ha comentado que ERC lo "mezcla todo" y que la presencia de Valls en el Ayuntamiento de Barcelona es un "privilegio. Paco Sierra, de Ciutadans, ha valorado el texto como una utilización partidista y "mal intencionada del pueblo gitano" y también se ha mostrado sorprendido que el PSC lo haya firmado.

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