Sabido es que el agua de Barcelona es una de las más caras de toda España, debido a los procesos a que hay que someter al líquido caudal para alimentar a varios millones de personas en el área metropolitana, a lo que hay que añadir elevadas tasas de los distintos organismos públicos que intervienen en el proceso de purificación y canalización. Pero dar de beber al personal del Ayuntamiento también sale por un pico a los contribuyentes barceloneses: la alcaldesa, Ada Colau, adjudicó este jueves 2 de julio el contrato de dispensadores de agua en régimen de alquiler de sus dependencias por un monto de 1.355.279,66 euros.

El contrato se dividió en cinco partes, dependiendo del tipo de equipo instalado, de los cuales cuatro de ellas fueron a parar a la empresa Aquadirect Blue Planet y una a Eden Springs España. El alquiler de las fuentes de pie y de los dispensadores de garrafa es por dos años, según consta en el contrato, aunque puede ser prorrogado dos veces por un plazo máximo de 12 meses cada una de ellas.

EN TODAS LAS DEPENDENCIAS

El suministro que han de proveer las empresas ganadoras del concurso  son dispensadores de agua en garrafas, equipos de filtración básica de sobremesa con salida frontal, equipos de filtración con salida frontal y caudal medio, fuentes con salida de agua por la parte superior, a pulsador a pedal tanto de caudal medio como alto. Los dispensadores de agua en garrafas se lo llevó Eden Spring sEspaña, mientras que el suministro de los restantes equipos será adquirido a Aquadirect Blue Planet.

Los dispensadores y fuentes estarán ubicados tanto en las dependencias oficiales del propio Ayuntamiento como en los inmuebles de las empresas públicas municipales o en los organismos que dependen de la Administración local. En las dependencias generales del consistorio se a donde va destinado el grueso de los dispensadores de agua: en ellos, el gasto será de 541.800 euros.

B:SM SE LLEVA LA PALMA

La empresa pública Barcelona Serveis Municipals (B:SM) se lleva también un buen pico: sus fuentes de agua costarán a las arcas pública la nada despreciable cifra de 198.440 euros, mientras que el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS) tendrá dispensadores por un monto de 167.877 euros. A mucha distancia, quedan el Instituto Municipal de Informática (IMI), al que irán destinados equipos por 79.995 euros y Barcelona Activa, a la que se destinarán 76.472 euros.

Llama la atención el dispendio en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), que instalará fuentes por un monto de 32.670 euros, cifra que contrasta, por ejemplo, con la de la empresa pública Bimsa (la que controla la obra pública municipal), que sólo tendrá un gasto de 15.633 euros. El Instituto Municipal de Hacienda sólo gastará 14.034 euros, mientras que la empresa de la que dependen los medios de comunicación, Informació i Comunicació de Barcelona, tendrá fuentes por 24.297 euros; el Instituto Municipal de Educación gastará 15.449 euros; y Cementiris de Barcelona eleva su cifra a 45.980 euros.

CLÁUSULA ECOLÓGICA

Las empresas adjudicatarias han tenido que firmar una cláusula en la que se comprometen a cumplir las normativas ambientales vigentes. Así, han de “hacerse cargo de todos los embalajes del transporte de los equipos, así como de los residuos generados en la instalación de los mismos. La empresa contratista deberá recoger selectivamente todos estos residuos, retirarlos de las dependencias municipales y realizar la gestión correspondiente a cada una de las fracciones, de acuerdo con las ordenanzas municipales y la legislación de residuos”. Así consta en el pliego de cláusulas administrativas del concurso.

El pliego de cláusulas técnicas establece que los equipos de garrafas no podrán suministrar agua caliente, sino sólo agua a temperatura ambiente o refrigerada como mínimo a 9 grados. Tampoco se admite el suministro de agua potable preparada, sino sólo agua mineral natural o aigua de deu, que es el agua de origen subterráneo con una mineralización variable.

GARANTÍAS SANITARIAS

En cuanto a los equipos de filtración básica o las clásicas fuentes, han de estar conectados a la red de agua de los edificios donde se instalen y deberán tener dos sistemas de filtro, que no permita el paso de partículas superiores a 5 micras y que eliminen el gusto a cloro del agua. Su temperatura mínima también será de 9 grados y tampoco dispensarán agua caliente. La temperatura se regula a través de un termostato a un aparato similar.

Los equipos con salida de agua por la parte superior han de tener dos pulsadores: uno es para agua a temperatura ambiente y el otro refrigerada como mínimo a 9 grados. Los pulsadores pueden ser tanto de tipo pedal como manual. Todos los equipos han de ser nuevos y deberán estar sometidos a estrictos controles de aspectos microbiológicos e higienicosanitarios.

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