WWF, una de las mayores organizaciones internacionales en defensa de la conservación de la naturaleza, también rechaza la nueva tasa de residuos que el gobierno de Ada Colau ha puesto en marcha este verano en Barcelona. La ONG ha retuiteado este domingo un artículo de opinión muy crítico del divulgador ambiental José Luis Gallego publicado en El diario.es.
El artículo se titula Barcelona castiga el reciclaje con una nueva tasa de residuos y el subtítulo es: "La tasa Colau es un nuevo ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas para promover la participación ciudadana en el cuidado del medio ambiente", ha escrito Gallego.
SUMA DE GESTOS INDIVIDUALES
A lo largo de varios párrafos, el experto dice que los buenos datos actuales sobre recogida selectiva se deben, en gran parte, "a la suma de gestos individuales de todos los ciudadanos que hoy en día reciclan", alrededor del 85% según Eurostat.
En opinión de Gallego, estos gestos "solo pueden surgir de la concienciación ciudadana y la complicidad individual. Por eso es tan importante fomentar la participación ciudadana desde la colaboración: poniéndoselo fácil a la gente, siempre desde la seducción y eludiendo el enfrentamiento y la provocación". "Reciprocidad: esa es la clave para avanzar hacia una gestión participativa de los residuos domésticos", añade.
"DISPARATE" Y "PIFIA"
Para el divulgador ambiental, lo que acaba de hacer Colau es "exactamente lo contrario" de lo que se debe hacer para conseguir la complicidad de la ciudadanía en el reciclaje. La tasa, prosigue Gallego, "está actuando en realidad como efecto disuasorio ya que, tanto por su elevado coste como por el desacertado momento para aplicarla, ha empezado a desincentivar la participación voluntaria y a echar por tierra todos los esfuerzos que durante muchos años se han venido llevando a cabo en la ciudad -incluido desde el propio Ayuntamiento- para favorecer y estimular el reciclaje doméstico".
Gallego califica la tasa de residuos del gobierno Colau como un "auténtico disparate" y de "pifia" la comercializadora eléctrica, Barcelona Energia, que puso en marcha el Ayuntamiento con "energía supuestamente limpia". "En esta ocasión la tasa Colau es un nuevo ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas para promover la participación ciudadana en el cuidado del medio ambiente".
GENTE ENOJADA
"Mientras la mayoría de los ciudadanos intentamos hacer frente a la grave crisis económica provocada por la grave crisis sanitaria de la Covid-19, aplicarnos una nueva tasa vinculada con el reciclaje va a propiciar que mucha gente, enojada con el Ayuntamiento y sintiéndose traicionada, deje de hacerlo al considerarlo como multa más que como impuesto", concluye Gallego.