Abrir las calles de Barcelona a los ciudadanos no sale gratis. La gran campaña anticoches y para combatir el cambio climático de los dirigentes del consistorio barcelonés que se ha puesto en marcha bajo el lema Obrim Carrers cuesta a las arcas municipales más de 70.000 euros, ya que necesita una logística e infraestructura que la Administración local ha tenido que buscar fuera del propio Ayuntamiento, puesto que la Guardia Urbana no tiene suficientes efectivos para garantizar el cordón sanitario a los vehículos en las calles elegidas.

De momento, ya ha adjudicado dos contratos por este programa: uno es de 32.451 euros y el otro, de 40.118 euros, para los servicios del control de accesos a las calles cortadas al tráfico los fines de semana, aunque se desconoce aún el coste de abrir la calle Aragón, Via Laietana, Sants y Gran de Gràcia.

BUSCANDO UNA CIUDAD MÁS AMABLE

El primero de los contratos, adjudicado el 21 de octubre, se refiere al distrito de Ciutat Vella, aunque en principio no es una de las zonas afectadas. Un informe del consistorio señala que “este contrato es necesario para el desarrollo de la actividad de la actividad y las competencias municipales. El Ayuntamiento está poniendo en marcha diversas acciones para conseguir una ciudad más amable y luchar contra la emergencia climática. Entre las iniciativas más destacadas se encuentra el proyecto Obrim carrer (sic), que propone recuperar las calles para uso exclusivo de los viandantes cada fin de semana”.

n hombre lee un libro en Sants en la conocida calle homónima cortada al tráfico / AYUNTAMIENTO



U

Así, el pliego de condiciones técnicas especifica que la empresa adjudicataria ha de colocar vallas u otros elementos de señalización de restricciones en los sitios donde le diga la Guardia Urbana. También ha de ofrecer un servicio de información para facilitar el acceso a los vehículos autorizados. Este contrato, por un monto de 40.118 euros, durará hasta el 31 de diciembre y fue adjudicado a la compañía Global Attentive, una empresa familiar de Mataró administrada por Gerard Dinarés Guerrero y José Antonio Dinarés Riba. Esta familia regentó las Carpas de Mataró y gestionaba el Xiringuito Nan Beach, un conocido local mataronense.

LABORES DE CONTROL DE ORDEN

El segundo contrato fue para la empresa Wakeful Seguretat, por valor de 33.451 euros, con el objetivo de controlar la afluencia de vehículos en el Eixample. Este distrito, según un informe interno del consistorio, “forma parte del proyecto Obrim Carrers, ideado para luchar contra la crisis climática cortando el tráfico en las principales vías de la ciudad para convertir las calles en espacios abiertos y saludables, transformando las vías en un espacio para las personas”. Así, explica que el consistorio cerrará el Paseo Sant Joan desde el Arco de Triunfo hasta Travessera de Gràcia los fines de semana. “La elevada necesidad de efectivos que esta cobertura representa ha motivado que se incorpore la participación de personal auxiliar para colaborar con la Guardia Urbana en sus tareas de control, regulación y ordenación del tráfico”, dice el informe.

La empresa adjudicataria deberá colaborar con los agentes locales, pero también impedir el acceso de vehículos a la zona, realizar los desvíos idóneos para aislar la calle en los puntos que se les indique y señalizar los itinerarios. No obstante, también debe prestar labores de control de orden y se encargará de “encintar los vehículos que hayan de quedar inmovilizados para evitar su puesta en marcha durante la realización de la actividad”.

FALTAN VARIOS EXPEDIENTES

Este contrato fue adjudicado el 19 de octubre y tiene una duración de un mes. Wakeful, casualmente, también es una empresa de Mataró que tiene como administrador único a Alberto Torrejón. Una de las directivas de Wakeful Seguretat, Daniela Mihaela Ion, fue también administradora única de la compañía Musert Osorip, dedicada al control de accesos y a la seguridad. Cesó en esta firma en 2017, justamente en la fecha en que fueron nombrados administradores solidarios José Antonio y Gerard Dinarés.

 Ambiente en la calle Creu Coberta en Sants durante un corte de tráfico / AYUNTAMIENTO



Según el consistorio, en estos momentos hay dos puntos en los que se aplica el programa Obrim Carrers los sábados y domingos: se trata del eje Creu Coberta- calle Sants, entre plaza de Espanya y calle Arizala, y en Gran de Gràcia, entre la calle Nil Fabra y la plaza Nicolás Salmerón o Jardinets de Gràcia. Se trata de 58.000 metros cuadrados que evitarán que circulen por estas vías hasta 50.000 coches. El proyecto se puso en marcha el fin de semana del 17 y 18 de octubre.

El consistorio también puso en marcha planes similares en las calles Aragó y Via Laietana como prueba piloto, aunque la medida provocó las protestas de los comerciantes, que vieron caer en picado sus ingresos. Sin embargo, no constan todavía expedientes de contratación para las labores de control de accesos en estas zonas.

Noticias relacionadas