Joana Ortega en una imagen de archivo / EFE

Joana Ortega en una imagen de archivo / EFE

Información municipal

Operación Joana Ortega: el sorpaso de la posConvergència en Barcelona

La exvicepresidenta de la Generalitat se aúpa a la cúpula del PDeCAT y teje una gran coalición para las municipales del 2023

29 abril, 2021 00:00

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En 1996, una joven y pujante dirigente de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) llegaba al Ayuntamiento de Barcelona: era Joana Ortega, que comenzaba una meteórica carrera política que sólo 14 años más tarde le llevaría a ser vicepresidenta de la Generalitat con Artur Mas como president. Ahora, Ortega está a punto de asumir la presidencia del PDeCAT, el partido heredero de Convergència, que los próximos días 15 y 16 de mayo celebrará una asamblea nacional extraordinaria para elegir una nueva cúpula. Pero en el trasfondo de esa operación se vislumbra, según diversas fuentes, un complicado proyecto para recomponer el espectro catalanista no unilateralista y como objetivo prioritario dar el sorpaso en el Ayuntamiento de Barcelona en las municipales de 2023.

La protagonista sería, de nuevo, Joana Ortega, a quienes algunos sitúan como una posible candidata, “aunque habrá que ver qué hacen otros nombres alternativos, como Santi Vila”. Una fuente cercana a la política democristiana señala a Metrópoli Abierta que “Joana comenzó su carrera en el Ayuntamiento de Barcelona y ahora le gustaría volver a la política municipal”. Otra fuente destaca que en el 2019 estuvo a punto de disputarle el protagonismo a Elsa Artadi, actual jefa de filas de JxCat. En aquel momento, JxCat no era un partido aún, sino la marca electoral del PDeCAT. Y no dio el paso porque Artadi era la favorita de Carles Puigdemont y todos los cuadros e instituciones la apoyaban frente a cualquier otro rival. Eran órdenes de Waterloo y nadie las discutía.

Joana Ortega, exvicepresidenta de la Generalitat con Artur Mas / EFE

Joana Ortega, exvicepresidenta de la Generalitat con Artur Mas / EFE



CAMINO ABIERTO A UNA COALICIÓN

Pero ahora, con un PDeCAT liberado del yugo de Bélgica, la situación cambia. “Si finalmente Joana se hace con la presidencia del PDeCAT, eso significa que CDC renace y desaparece la sombra opaca de uno de los principales actores de los últimos años, que es Carles Puigdemont. Pero, al mismo tiempo, se abre el camino para poder sondear una alianza de cara a las municipales”, explica a este diario un alto dirigente de uno de los partidos del espectro catalanista, que mantuvo conversaciones con el PDeCAT sobre una alianza para las autonómicas, operación que no cuajó.

Esa posibilidad, reconocen desde el PDeCAT, está ya encima de la mesa. “Joana viene para poner orden y enfilar una alianza bien tejida con otras fuerzas catalanistas. Se vuelve al sendero del diálogo”, subrayan. De hecho, llega con una impronta que la hace apta para el papel de líder de la formación: en este partido hay muchos dirigentes y cuadros que se definen independentistas, y ella “llega ante el mundo indepe con una cierta solera. Tiene en su currículum una condena por la consulta del 9-N, por lo que fue represaliada e inhabilitada, así que es un activo importante para el partido. Nadie le puede discutir nada”. En algunos círculos se considera que el PDeCAT tiene una mínima estructura y una gran herencia, pero le falta una figura de relumbre para marcar perfil.

En este sentido, es muy arriesgado predecir cómo afectará al partido el hecho de que una democristiana puede ser la timonel del barco de Convergència. Pero hay una verdad incontrovertible: tiene imagen, es conocida y es una figura muy presta al diálogo y que no genera grandes rechazos ni se ha visto envuelta nunca en polémicas agrias.

Joana Ortega, votando en la consulta del 9-N / EFE

Joana Ortega, votando en la consulta del 9-N / EFE



DIÁLOGO MÁS FÁCIL

Así las cosas, Ortega sería, de momento, la apuesta del PDeCAT de cara a las próximas municipales, a la espera de ver qué posicionamiento toman otros dirigentes. “Nadie duda de que Barcelona es la principal plaza de Cataluña y que si están en el Ayuntamiento de la capital tienen ya una cierta entidad. Aunque parlamentariamente el PDeCAT pueda pasar inadvertido, si logra entrar en el Ayuntamiento de Barcelona puede convertir a esta institución en un poderoso altavoz mediático”, razona una de las fuentes.

Desde otros partidos catalanistas de la fragmentada galaxia nacionalista, se considera que al PDeCAT lo perdió “la prepotencia con la que trató a todos sus posibles socios. Por eso fue solo a las autonómicas. Con Joana Ortega, eso puede cambiar. Ella sabe mirar a las partes con humildad y el diálogo si ella está al mando será mucho más fácil”.

Joana Ortega en el TSJC por su papel en la consulta del 9-N / EUROPA PRESS

Joana Ortega en el TSJC por su papel en la consulta del 9-N / EUROPA PRESS



 

UN PARTIDO 'RURALIZADO'

La exvicepresidenta del gobierno catalán deberá, mientras tanto, lidiar con los cuadros municipalistas del PDeCAT, algunos de ellos descontentos con los últimos resultados electorales y deseosos de tejer de nuevo una alianza con JxCat. Otros cuadros, sin embargo, prefieren mantener a la formación como la heredera de CDC aunque sea a costa de tener menor representatividad en las instituciones. “El PDeCAT es un partido que se ha ruralizado a marchas forzadas. Sería conveniente pudiese entrar en granes corporaciones o instituciones. Joana deberá aún ganarse la confianza de todos los cuadros porque hay claves municipalistas que no pasan por su figura”. Son los deberes que deberá hacer durante los próximos meses si quiere volver a poner en marcha el tradicional proyecto convergente.

Desde posicionamientos críticos de JxCat, no obstante, aseguran que muchos alcaldes y cuadros locales piden al PDeCAT volver a integrarse con Junts y que “a lo mejor, Ortega llega a las próximas municipales con 50 alcaldes solo, porque los demás quieren apostar a caballo ganador y ese es JxCat”. A ella le corresponderá, si finalmente se materializa su liderazgo, retener a esos cuadros municipalistas e insuflar nueva vida a una estructura maltrecha. Y más si se ha dispuesto como objetivo dar la campanada en las elecciones locales del 23.