PSC: objetivo, Barcelona 2023
Los socialistas aglutinan un 23,56% de los votos en la ciudad y ven la alcaldía de la ciudad más cercana
21 febrero, 2021 00:00Noticias relacionadas
El efecto Illa catapulta al PSC en Barcelona a dos años de las elecciones municipales, previstas para mayo de 2023. Los resultados de las elecciones autonómicas del pasado domingo muestran un claro cambio de tendencia en el voto entre las fuerzas de izquierda de la capital catalana. Si en mayo de 2019, ERC y Barcelona en Comú fueron las fuerzas más votadas, ahora los socialistas han dado la vuelta a la tortilla, y son otra vez el partido mayoritario de izquierdas preferido de los barceloneses.
Si bien las municipales quedan todavía muy lejos y los vaivenes y las estrategias políticas, la gestión de la pandemia y de la crisis económica y quienes sean los candidatos pueden cambiar el sentido del voto, lo cierto es que ahora Barcelona se ha vuelto a teñir de rojo, también en bastiones obreros que tradicionalmente eran suyos, pero que en otras elecciones recientes se habían inclinado por los comunes o Ciutadans. Hacía 12 años que el PSC no ganaba unas elecciones en la ciudad, desde las europeas de 2009.
VICTORIA EN 46 DE LOS 73 BARRIOS
Los datos son muy claros. El PSC ganó el 14 de febrero en 46 de los 73 barrios de la ciudad. Dicho de otra manera, Illa se impuso en seis de los 10 distritos: Sant Martí, Sant Andreu, Sants-Montjuïc, Ciutat Vella, Horta-Guinardó y Nou Barris, donde no cedió ni un barrio. En el cinturón de Barcelona, desde Ciutat Meridiana y Torre Baró a la franja Besòs, los barrios obreros de Sant Martí, buena parte de los territorios costeros de la ciudad, el Raval, el Gòtic, hasta los barrios de la Zona Franca, la Bordeta y Sant-Badal, vuelve a ondear la rosa socialista.
Illa logró en Barcelona 146.370 votos, un 23,56% del total. En Comú Podem, el partido de Ada Colau, se quedó en 57.078 papeletas y el 9,19% del electorado, 2,5 veces menos que los socialistas. Ni ERC, que ganó las elecciones municipales de 2019, hizo sombra al PSC. Los republicanos sacaron 118.491 votos, que se tradujeron en un 19,07%, cuatro puntos y medio por debajo del PSC. En el conjunto de Barcelona ejercieron su derecho a voto 627.992 personas, un 57,13%. Eso significa que 471.326 barceloneses por una u otra razón se quedaron en casa, el 42,87%.
"CAMBIO DE TENDENCIA", SEGÚN COLLBONI
La abstención del 14 febrero de 2021 fue nueve puntos mayor que en las municipales del 26 de mayo de 2019. Ese día, ERC, liderada por Ernest Maragall, ganó los comicios con 160.990 papeletas, un 14,1% del total. Colau se situó en segundo lugar, a unos pocos miles de votos, con 156.157 y un porcentaje del 13,7%. El PSC de Jaume Collboni logró el apoyo del 12,1% del electorado con 138.748 votos, doblando los resultados de las municipales de 2015 (67.475 votos). En mayo de 2019, tanto ERC como PSC multiplicaron por dos el número de concejales –los republicanos subieron hasta 10 y los socialistas hasta ocho-, y los comunes perdieron uno –bajaron de 11 a 10-.
En declaraciones a Metrópoli Abierta, Collboni, actual primer teniente de alcaldía del consistorio barcelonés, sostiene que el resultado electoral del domingo "revalida el cambio de tendencia iniciado en 2019 y demuestra el apoyo de la ciudadanía al proyecto socialista", dice el líder municipal, que considera que su proyecto pone "los problemas de los vecinos en el centro" en cuestiones como seguridad, vivienda y economía.
RESULTADOS NO EXTRAPOLABLES
"Trabajamos para la reconstrucción de Barcelona, la superación de la pandemia y la reactivación económica en momentos de especial dificultad y estamos convencidos de que la victoria socialista en más de la mitad de los barrios es un reflejo de esta forma de hacer. Somos el partido que mejor representa y refleja al conjunto de la ciudad". Según Collboni, los resultados del domingo no se pueden extrapolar a las municipales, pero su intención es seguir trabajando para que la confianza de la gente hacia el PSC siga a al alza "para liderar un proyecto de ciudad".
PARTIDO MÁS ESTABLE Y DE MÁS CONFIANZA
El exconcejal del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Francesc Narváez, opina que los votos que perdieron los socialistas ante la irrupción, hace años, de nuevas formaciones políticas como Podemos y Ciutadans han vuelto al PSC. "Podemos y Ciutadans han tenido tiempo de demostrar su fracaso. Los que abandonaron al PSC, ahora han visto que solo han tenido frustración y han optado por volver a un partido más estable y de más confianza y que sabe gestionar mejor", dice el exedil del distrito de Sant Martí y de Movilidad.
Narváez se muestra cauteloso de cara a las municipales de 2023. "Dos años en política es una eternidad y pueden pasar muchas cosas". Pero sí que piensa que, tras el verano de 2021, habrá una percepción "más positiva a nivel general por el inicio de la recuperación económica y -espera- el final de la pandemia", lo que podría ser beneficioso de cara a los comicios para el PSC.
Concejal desde 1991 hasta 2011 con tres alcaldes, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu, Narváez considera que de cara a las elecciones de Barcelona, el PSC tiene que hacer un esfuerzo para explicar qué cosas comparte con la Barcelona en Comú de Ada Colau, pero también aquello que les diferencia. Cita dos ejemplos: "la participación, "fundamental para el PSC" y que en algunos casos en los comunes se ha convertido en "imposición", y las "frivolidades" que se han hecho en la ciudad en el ámbito de la movilidad y el urbanismo táctico, como la colocación de los bloques de hormigón en la calle de Consell de Cent.
PUGNA ENTRE DOS BLOQUES LIDERADOS POR PSC Y ERC
Jordi Crisol, consultor político y director de la empresa Think O’Clock opina que las elecciones al Parlament de Catalunya han conllevado un cambio de ciclo en la política municipal barcelonesa. "La influencia electoral de Ciutadans en la ciudad ha quedado en entredicho [el partido naranja ha perdido 180.000 votos solo en Barcelona] y el PSC ha vuelto a ganar las elecciones claramente, como hacía años que no pasaba", subraya Crisol.
El experto en consultoría política cree que "el relato de Colau, actual alcaldesa y exactivista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, será muy difícil de adaptar para optar a un tercer mandato". Crisol recuerda que en las pasadas elecciones municipales, Colau ya no ganó, sino que fue Maragall, encabezando la candidatura de ERC. Según el director de Think O'Clock, las próximas elecciones municipales pivotarán sobre dos bloques: "El bloque progresista, urbano y soberanista que representa ERC y el bloque urbano, progresista y constitucionalista que representa hoy el PSC".
"LA CIUDAD PIDE MÁS COLLBONI QUE COLAU"
"Espero que el próximo alcalde de Barcelona sea socialista", dice el arquitecto y urbanista Dani Mòdol. Exconcejal con Collboni de 2015 a 2019, Mòdol recuerda haber vivido "como novato político el momento más bajo del PSC en Barcelona" (durante su mandato solo había cuatro ediles socialistas). "No soy de ningún partido, pero el PSC es el partido que ha llevado a esta ciudad donde ha llegado", defiende el arquitecto, que participó en los primeros diseños de la plaza de les Glòries hace dos décadas.
Según Mòdol, ahora la gente pide "gestión, proyección de futuro e implicación bajo una fuerza progresista como la que encabeza Collboni y no otras alternativas". "Incluso antes de que acabe el mandato, la ciudad pide más Collboni que Colau. Creo que la gente está cansada de experimentos", añade al exregidor. A la pregunta de si ve al actual primer teniente de alcaldía como candidato socialista en 2023, Mòdol responde que sí. "Veo a Collboni como candidato a la alcaldía. Y como alcalde".