Ernest Maragall despierta de su letargo. Dos años ha tardado el líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona en actuar como líder de la oposición. O como mínimo, en manifestarlo. Maragall ha aprovechado que esta semana se cumple el ecuador del mandato de Colau para presentarse como la alternativa al Gobierno de Barcelona en Comú (BComú) y PSC. 

"Aumentaremos la exigencia, evidenciaremos carácter de alternativa y manifestaremos con más intensidad el desacuerdo con las estrategias del Gobierno municipal", ha asegurado Maragall en una rueda de prensa. Las palabras llegan tras dos años de débil oposición al Gobierno de Colau, apoyándole en los grandes proyectos de ciudad.

NUEVA ESTRATEGIA

Sin embargo, ERC quiere dar un giro a su estrategia en Barcelona, hasta ahora invisible pese a haber sido la fuerza más votada en las pasadas elecciones municipales. Según Maragall, la formación entra en un "punto de inflexión". Harán más oposición y se distanciarán del Gobierno municipal. Pero seguirán siendo propositivos. 

El líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, en una rueda de prensa este jueves



El anuncio de Maragall llega tras ejercer durante dos años una oposición muy tibia. ERC se ha convertido en el mejor aliado de Colau en temas clave, como la aprobación de los presupuestos, su apoyo al urbanismo táctico o a la unión del tranvía (proyecto al que ERC se opuso en el anterior mandato, con Albert Bosch al frente). Incluso en algunas cuestiones de ciudad comunes ha encontrado mayor sintonía en los republicanos que en el PSC, como en políticas de movilidad. 

RECELOS INTERNOS

Este entendimiento entre ERC y BComú ha llegado a suscitar recelos entre las filas de los republicanos. Los más conservadores temen que el cambio de paradigma marcado por Maragall respecto a Albert Bosch (su predecesor) pueda castigar al partido de cara a unas futuras elecciones municipales. De ahí el cambio de rumbo, ahora que los republicanos han accedido a la presidencia de la Generalitat y no hay pacto posible con los comunes que se vislumbre. 

El anuncio de Maragall de romper su idilio con el Gobierno municipal llega en un mal momento para los socios del Ejecutivo local. Comunes y socialistas han intensificado sus discrepancias en los últimos meses. El último ejemplo y más claro ha sido el distanciamiento explícito respecto al proyecto del museo Hermitage

Ada Colau y Ernest Maragall en una imagen de archivo / EFE



MODELO ECONÓMICO DISTINTO

El resto de partidos de la oposición aprovechará estas diferencias para hacer mella en el gobierno sociocomún. Hoy, Maragall ha asegurado que ambos partidos no comparten un "proyecto de ciudad". Según él, las diferencias entre BComú y PSC sobre el modelo económico es perjudicial para los ciudadanos, y afecta al liderazgo y rumbo de la ciudad. Para el líder de la oposición, se trata de "un gobierno enfrentado entre los que quieren decrecimiento y los que quieren crecimiento a cualquier precio". La pregunta es por qué modelo apostará el Tete para Barcelona.

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