La crisis de Ciutadans se instala ahora en el Ayuntamiento de Barcelona. En el grupo municipal que lidera Luz Guilarte. La ruptura de Marilén Barceló escenifica las tensiones internas en la formación naranja, agravadas por los malos resultados de Ciudadanos en los últimos procesos electorales. Cuatro años antes, Carina Mejías lideraba el partido con mano dura, con una oposición muy activa a la gestión de Ada Colau y enfrentamientos verbales sonados con la misma alcaldesa y Gerardo Pisarello.
Ciudadanos tuvo su momento de gloria en las elecciones autonómicas de diciembre de 2017, con su victoria en las urnas. Mejías confiaba en repetir liderazgo en las municipales de 2019, pero irrumpió, sorprendentemente, Manuel Valls. El ex primer ministro francés fue la apuesta de Albert Rivera para asaltar el Ayuntamiento de Barcelona. La fusión, sin embargo, tuvo muchas grietas. Demasiadas. Mejías dio un paso al lado y sin hacer mucho ruido abandonó la política municipal. Hace un año, y molesta con algunas decisiones del partido, abandonó la militancia.
MEJÍAS FICHÓ A BARCELÓ
Hoy, Mejías contempla desde la distancia las tensiones internas en Ciutadans. Hace seis años, ella fichó a Barceló en una coyuntura muy distinta a la actual. “La marcha de Marilén no me sorprende lo más mínimo. Pensaba que tarde o temprano recibiría una oferta del PP, pero ha sido más lista, y muy bien asesorada seguirá en el Ayuntamiento, asumiendo la gestión de Barcelona pel Canvi y posicionándose muy bien para que el PP la pueda fichar a medio plazo”, sostiene la antigua presidenta del grupo municipal de Ciutadans en conversación con este medio.
“Ciudadanos es un desastre. Está en un proceso de desaparición que se agrava con los últimos resultados electorales”, insiste Mejías, quien denuncia que la oposición de la formación naranja en el consistorio es, actualmente, muy tibia. “Colau está destrozando Barcelona con su urbanismo táctico y con los graves problemas de seguridad que padece la ciudad. Pero en el Ayuntamiento de Barcelona no hay oposición”, denuncia Mejías.
BATACAZO ELECTORAL
La antigua líder de Ciutadans silenció su malestar cuando el partido se alió con Valls. Mejías no tuvo nada que ver con las negociaciones, pero el batacazo electoral tampoco le sorprendió porque el político francés “llegó para encabezar una candidatura sin conocer Barcelona ni los barceloneses”. “No tenía experiencia previa en la política barcelonesa y chocó con la realidad y con los intereses de Ciudadanos. Quería tener las manos libres pero todo salió mal”.
Barcelona pel Canvi, la plataforma de Valls que contó con el apoyo de Ciudadanos, logró seis concejales en las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019. El resultado, anunciado ya en las encuestas, fue un duro golpe para la formación naranja y para Valls, convencido un año antes de que relevaría a Colau en la alcaldía de Barcelona. Cuatro años antes, Ciutadans logró cinco concejales.
REGRESO A FRANCIA
Valls, el cuarto candidato más votado tras Maragall, Colau y Collboni, fue decisivo cuando votó a favor de la investidura de la actual alcaldesa en lugar del líder independentista. Eva Parera y Celestino Corbacho respaldaron al político francés. Luz Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló votaron en contra y poco después se oficializó la fractura. El exalcalde de L’Hospitalet también abandonó Barcelona pel Canvi y se integró en Ciutadans.
Valls y Parera se quedaron solos en Barcelona pel Canvi. Entre ambos, la relación fue enfriándose, igual que el compromiso del político francés por los problemas de la ciudad. Costaba imaginarse a un Valls muy activo en los plenos municipales, alejado de los grandes focos, y poco a poco maquinó su regreso a la política francesa. Parera, por su parte, comenzó a flirtear con el PP, formando parte de su lista en las elecciones autonómicas del pasado 14 de febrero.
MALA SINTONÍA CON GUILARTE
En Ciutadans, Guilarte tampoco lo ha tenido fácil. Posiblemente ha sido la voz más crítica con la gestión del gobierno municipal, denunciando sus políticas de movilidad y los elevados índices de inseguridad que padece Barcelona. Desde hace casi un año, Barceló empezó a sentirse incómoda en la formación naranja. Nunca ha tenido buena sintonía con Guilarte y el lunes oficializó su ruptura.
Sierra y Corbacho, mientras, siguen fieles a Ciutadans. El primero tiene menos protagonismo que en el primer mandato de Colau y ha activado un despacho de abogados que tiene “un acuerdo de colaboración” con la empresa de Albert Rivera. Sierra ha pedido una reducción del 15% de tiempo que dedica a ser concejal.
CORBACHO SE RETIRA EN 2023
Corbacho, mientras, sigue la actualidad municipal de forma telemática por motivos de salud. El exalcalde de L’Hospitalet, de 71 años, anunció a Metrópoli que abandonará su carrera política en 2023.
En España, en Cataluña y en Barcelona, Ciudadanos acumula problemas desde la salida de Rivera. La caída ha sido pronunciada y el futuro es muy incierto. Mejías, mientras, lamenta que la formación naranja sea tan blanda en Cataluña y en Barcelona en su rechazo al independentismo y al populismo de Colau. Cree que el partido está tocado de muerte.