El nuevo modelo de García Albiol sorprende en Badalona

Hace poco más de un año, el popular Xavier García Albiol llegaba a la alcaldía de Badalona tras la dimisión del socialista Álex Pastor y después de que los partidos de la oposición no se pusiesen de acuerdo para elegir un candidato unitario. De ese modo, le bastaron sus 11 concejales (sobre 27) para poder sentarse en el sillón de alcalde. Se esperaba a partir de entonces una legislatura bronca, dura y de crispación. Pero las cosas no han salido como todos vaticinaban: conforme han ido pasando los meses, las aguas se han ido asentando y García Albiol, lejos de responsabilidades en el partido o en el Parlament, ha comenzado a imprimir un nuevo estilo a la política municipal.

No faltan las críticas de la oposición, pero lejos de alimentar grandes debates y de convertirse en el foco de polémicas, Badalona está entrando en otra dinámica. La última encuesta realizada por GAD 3 le augura a García Albiol un futuro prometedor. El 44,5% de los convecinos califica la gestión del Ayuntamiento en el último año de buena y un 36% la califica de regular, mientras que sólo un 17,8% la califica de mala. Baste decir que sobre el Gobierno de la Generalitat, sólo un 12% la considera buena, un 38,5%, regular y un 46,6%, mala.

SEDUCE A LOS OTROS VOTANTES

Hay un dato que no ha de pasar desapercibido: el 37% de los ciudadanos que votaron a ERC creen que la gestión municipal ha mejorado en el último año. También lo cree así un 30,5% de los votantes de los comunes y un 27,9% de los votantes socialistas. García Albiol recibe una nota de 6,5 sobre 10 y es el único político que aprueba, seguido por el socialista Rubén Guijarro, con un 4,5. El baño de positividad de García Albiol llega cuando el 54,1% de los encuestados prefieren al dirigente popular como alcalde de su ciudad. Algo está pasando en Badalona.

En los círculos cercanos al alcalde de Badalona se habla ya de Modelo Albiol para explicar el método de gobernanza municipal de esta localidad. La oposición independentista insiste en que sus recetas son populistas y en que el alcalde no da la cara en momentos clave. Pero Albiol establece sus prioridades. “Las entidades sociales tienen muy claro que no se puede volver a repetir la situación que ha habido los últimos años. Y si a la situación generada le añadimos las consecuencias de la crisis social y económica generada por la pandemia, vemos que es necesario un proyecto político y con capacidad para transformar la ciudad huyendo de criterios políticos estériles”.

Albiol con un vecino en la presentación de los contenedores

CAMBIO DE TERCIO

Contrariamente a lo que aconteció en su primer mandato, el alcalde badalonés inició un diálogo sin precedentes con los agentes sociales. Los principales sindicatos, la Federación de Empresarios y la Federación de Asociaciones de Vecinos, han tenido en estos meses una buena relación con la alcaldía. Se han limado asperezas y se ha restablecido una cierta confianza.

No pasó desapercibido el hecho de que García Albiol no asistiese a la manifestación para protestar contra los indultos, convocada por PP, Ciudadanos y Vox. El alcalde estaba aquel día en un evento deportivo, un partido crucial que enfrentaba a Unificación Llefià con Guineueta. “Tengo muy claro que por encima de la militancia y del partido está Badalona. Y mi deber es estar al lado de los clubs deportivos. Mi intención es dar lo mejor de mí mismo y a eso dedico mis esfuerzos”, asegura el primer edil. Pero lo cierto es que con esa finta se sacudió de encima la obediencia debida al partido y se acercó más a sus vecinos. ¿Populismo? Según la oposición, sí. Según el alcalde, no: es responsabilidad. Y es establecer prioridades.

Pero esa tónica parece ser la esencia del Modelo Albiol: ya en la campaña electoral, el leitmotiv no eran las siglas del PP, que fueron residuales. Quiso que el suyo fuera un proyecto no circunscrito al partido. García Albiol ofrecía un proyecto que no es sólo del PP, sino que estaba customizado para la ciudad que le vio nacer y crecer.

PACTO PRESUPUESTARIO

Por si fuera poco, los presupuestos de este año han sido aprobados con el apoyo del PSC. Son casi 80 millones de euros, de los que 15 millones se dedicarán a instalaciones deportivas, a ampliar dos colegios (una tarea que le tendría que haber correspondido a la Generalitat) y a construir una guardería municipal. En cartera están la construcción de 12 escuelas y el arreglo de aceras y calles, en lo que se invertirán otros 8 millones. Se trata de un salto cualitativo y cuantitativo respecto a otros ejercicios.

Reunión entre Rubén Guijarro (PSC) y Xavier García Albiol (PP) en Badalona

“El eje de la política municipal en estos meses ha sido el de gobernar para todos, dejando la ideología al margen, preocuparse por el día a día y no entrar en debates políticos”, explican fuentes del entorno del alcalde a Metrópoli. El propio García Albiol explica a este diario que tiene dos grandes objetivos en su agenda: “El primero, resolver los problemas de la gente. Ello quiere decir solventar las deficiencias en materia de seguridad, de limpieza o de mantenimiento de calles. El segundo, proyectar Badalona más allá de su término municipal y ser un referente en Cataluña”.

LOS EJES DE LA GESTIÓN

“Tengo muy claro que, por un lado, se ha de hacer una labor intensa para recuperar la calidad de vida de los vecinos. Pero por otro, hemos de proyectar la ciudad hacia el exterior. Por eso, están previstos tres ejes primordiales de actuación: invertir en investigación sanitaria en Can Ruti; diseñar y consolidar un hub de conocimiento en torno a las tres chimeneas; y realizar grandes infraestructuras como el canal del barrio de Gorg, para convertirlo en la nueva centralidad de Badalona”, explica García Albiol.

El alcalde asegura que “Badalona ha vivido momentos convulsos debido a la inestabilidad política. En los últimos años, no fue capaz de aprovechar las sinergias igual que hicieron otras ciudades como L'Hospitalet o Santa Coloma de Gramenet”. Por eso, asegura que es preciso darle una sacudida a su ciudad y apuesta por un planteamiento muy personal. “No hemos llegado aquí para hacer partidismo. No queremos cambiar la ideología, sino gestionar”, advierte.