Entidades de corte transversal, con intereses distintos, pero unidas en contra de las políticas de la alcaldesa Ada Colau. Un grueso cívico, social y económico importante, que, bajo la plataforma Barcelona es imparable, se manifestó el pasado jueves en la plaza Sant Jaume, y que ahora se enfrenta a un reto mucho mayor: cómo dar continuidad a esas reivindicaciones y cómo lograr que los partidos con representación en el consistorio puedan ser sus mejores altavoces. Queda otra opción, la de constituir una candidatura propia, algo que, sin embargo, ha querido rechazar el portavoz de la entidad, Gerard Esteva, presidente de la UFEC, (Unió de Federacions Esportives de Catalunya), con buenos contactos con los sectores económicos y empresariales de la ciudad.

Las quejas por las políticas de movilidad, por la “suciedad” en la ciudad, y con la percepción de que Colau se ha convertido en la alcaldesa del ‘no’, deberían traducirse ahora en propuestas que sean vehiculadas por los partidos políticos. La intención de Gerard Esteva es que el consistorio sepa “escuchar” las demandas expresadas en la plaza Sant Jaume, por entidades muy distintas, como Tsunami veïnal, el Gremi d’Hotels de Barcelona, Barcelona Oberta o el Gremi del Motor de Barcelona. ¿Pero, cómo reaccionará si se produce un ensordecedor silencio y esas protestas acaban en saco roto?

¿CÓMO LOGRAR APOYOS?

El primero que públicamente, a través de su cuenta de Twitter, expresó la voluntad de reunirse con Barcelona es imparable fue el primer teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, a quien esas entidades le reprochan que no sepa desmarcarse, cuando toque, de las políticas de la alcaldesa Ada Colau. Collboni está en contacto con todas ellas, y conoce sus peticiones. Sin embargo, todavía no se ha concretado una fecha para esa reunión formal con la plataforma.

Manifestación en contra de Colau en la plaza Sant Jaume / METRÓPOLI



En el otro lado de la balanza está Junts per Catalunya, que ha visto con simpatía esas movilizaciones, pero que teme que se desconfigure su candidatura, que, por ahora, encabezará Elsa Artadi. Y la idea que se maneja, por parte de algunos de sus dirigentes en Barcelona, es que se debería llegar a algún tipo de acuerdo, o de influencia mutua, para que de todo ese espacio –un catalanismo conservador-liberal– pudiera impulsar una candidatura a la alcaldía en las elecciones de 2023. Pero, ¿quién la lideraría?

FUSIÓN DEL CATALANISMO CONSERVADOR

Al margen de que Barcelona es imparable pudiera incidir en las políticas de la alcaldesa Ada Colau, al frente de los comunes, lo que está en juego es quién y cómo pone en pie una alternativa del centro-derecha catalanista-soberanista para ser competitiva en las elecciones municipales, con el objeto de impedir un nuevo mandato de Colau o de los comunes, con otro candidato o candidata.

Ada Colau y Jaume Collboni, en el pacto de gobierno / AGENCIAS



Si Gerard Esteva asumiera el liderazgo político –dependerá de cómo se hayan agitado las aguas tras la concentración del pasado jueves– debería superar un gran reto que señalan fuentes del equipo de gobierno del consistorio: el grado de conocimiento en la opinión pública, algo nada fácil de alcanzar en poco más de un año y medio hasta los comicios. En paralelo a ese posible intento, está el proyecto de fusión del catalanismo conservador que representan varios partidos: Lliures, Lliga Democràtica, PNC y el PDECat, –este lunes su dirigente Àngels Chacón reclamó un centro catalanista soberanista– y que están a la expectativa de lo que haga Barcelona es imparable.

EL PACTO DE LA DIPUTACIÓN

En las próximas semanas, la plataforma que representa Gerard Esteva, tiene previsto incidir en las distintas carencias –a su juicio– del gobierno municipal que dirige Colau, con el deseo de comprobar qué complicidades logra con los distintos partidos ya representados en el consistorio.

El peligro, en todo caso, es que todo quede diluido por el día a día, por la dinámica de los partidos que, como ocurre en los mercados económicos, no desean ningún otro competidor.

A pesar de la mayor o menor suerte de Barcelona es imparable, las fuentes consultadas señalan que ese espacio ideológico –con distintas personalidades en juego, como el propio Gerard Esteva, Santi Vila, Àngels Chacón o Elsa Artadi– está llamado a tener un papel fundamental tras las elecciones. Y dependerá de los números de cada uno y de las alianzas posteriores para formar un nuevo gobierno municipal, con un precedente que aparece en todas las conversaciones: el pacto en la Diputación de Barcelona entre el PSC y Junts per Catalunya.

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