Entidades comerciales, vecinales, y deportivas que conforman el tejido social de Barcelona han presentado una enmienda a la totalidad a la gestión de la alcaldesa Ada Colau. Un ‘no’ rotundo a una manera de manejar la ciudad desde el Ayuntamiento por sus políticas de movilidad, sobre el comercio y por el rechazo a distintas iniciativas económicas y sociales. Esa posición se expresó este jueves con la concentración ciudadana en la Plaza Sant Jaume, --que se llenó, con cánticos en contra de Colau-- promovida por la plataforma Barcelona es imparable, cuya cara visible es Gerard Esteva, presidente de la UFEC y que ha despertado una alternativa en la ciudad.

Las aguas han comenzado a agitarse, desde que esas entidades, y después de posiciones contundentes en contra de la gestión de Colau –expresadas de forma notoria por Foment del Treball— han comenzado a movilizarse. Al margen de a quién pueda beneficiar, la concentración en la plaza Sant Jaume constituye un enorme toque de atención a Colau, que se verá condicionada por la oposición de numerosas entidades cívicas, económicas y sociales, de muy distinto signo, en la recta final de su mandato.



Manifestantes durante la protesta contra Colau / PABLO MIRANZO

ENTRE PSC Y JXCAT

Aunque no se ha cerrado todavía ningún encuentro, el primero que se mostró favorable a mantener una reunión con Barcelona es imparable fue el socialista Jaume Collboni. Desde la entidad se mantiene, sin embargo, que no ha habido ningún contacto. Pero la reacción sí se ha producido en el seno de Junts per Catalunya, cuya candidata, Elsa Artadi, se anticipó al acto de este jueves con la presentación de su candidatura. Y esa es una de las claves, que distintas fuentes consultadas señalan con claridad: “Barcelona es imparable no pretende formar una candidatura, pero dependerá de cómo reaccionen las distintas fuerzas políticas”. El propio Gerard Esteva rechaza que ese movimiento pueda transformarse en partido político y que él sea el candidato. Pero, ¿por qué entonces inquieta en determinados partidos?

Los organizadores de la concentración de este jueves señalan que todas esas entidades no tienen un color político claro, que la “pluralidad es enorme”, pero hay sensibilidades, cercanas a dos polos: PSC y Junts per Catalunya, en un sentido amplio, exconvergentes y soberanistas conservadores. Y es en ese flanco donde hay más movimiento.

Concentración en la plaza Sant Jaume en contra de la gestión de Colau / METRÓPOLI



Es el catalanismo conservador, liberal, que lleva meses buscando una fórmula que les permita presentar una oferta electoral. A finales del mes de enero del próximo año, los partidos Lliures, --Antoni Fernández Teixidó-- la Lliga Democràctica –Astrid Barrio-- y el PNC –Marta Pascal-- celebrarán su congreso de fusión, a la espera de que se una el PDECat que lidera la exconsejera Àngels Chacón. La propia Chacón aspira a ser la dirigente de toda esa amalgama, pero también se menciona el nombre del exconsejero Santi Vila. Toda esa posible oferta electoral, sin embargo, analiza atentamente la evolución de Barcelona es imparable. Fuentes de esos partidos aseguran que se podría establecer una candidatura común, que sea alternativa a un tripartito con el que sueña Esquerra Republicana –que ganó las elecciones en 2019, con Ernest Maragall como candidato--, junto a los comunes y la CUP. Los republicanos se muestran esperanzados en mantener su fuerza electoral de 2019 y creen que será fácil ese acuerdo con los comunes y los anticapitalistas de la CUP, que juegan con presentar como candidato a David Fernández, y que se quedaron a las puertas de obtener representación en los anteriores comicios.

Manifestantes durante la protesta contra Colau / PABLO MIRANZO 



EL PACTO DE LA DIPUTACIÓN

Esa alianza del catalanismo conservador –con soberanistas en su seno– estaría a la espera también de la reacción de Junts per Catalunya, que, pese a haber presentado a Elsa Artadi como candidata, podría cambiar de cabeza de cartel. Y nadie se atreve a descartar ahora que distintas personalidades de JxCat se unan a lo que pueda surgir de Barcelona es imparable. En ese mismo flanco está la candidatura del abogado Daniel Vosseler que ha transformado la plataforma de electores que impulsó en 2019 en un partido político, BCN ets tu y que aspira a tener representación en el consistorio, con la máxima de impedir la reelección de Ada Colau.

Lo que se dibuja, por tanto, es algo que puede temer el PSOE, pero que llegaría en el último tramo del mandato de Pedro Sánchez, en vísperas de las elecciones generales: las municipales se celebrarán en mayo de 2023. Y es la posible aproximación entre el PSC y JxCat, o el espacio que se pueda constituir a partir de esas fusiones del catalanismo conservador. Es la alianza que ya funciona en la Diputación de Barcelona, y que irritó a los republicanos. Y que tendría al frente a un alcalde socialista, fuera Jaume Collboni o el posible candidato que decidiera el partido en el último momento. Si tuviera éxito, eso implicaría dejar a ERC en la estacada, el socio en estos momentos fundamental para el Gobierno español en el Congreso, pero tal vez no tan necesario en 2023.

¿Una quimera? Todo el mapa político de Barcelona puede estar en el aire, a partir de lo ocurrido en la plaza Sant Jaume. Hay un tejido cívico, económico y social que ha salido a la calle para decir ‘basta’ a Ada Colau. Pero en los próximos meses esa fuerza social se trabajará para que tenga traducción en una alternativa política.  

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