En estas páginas decíamos hace unos meses que la oposición al Gobierno municipal iba en aumento. Los barceloneses están hartos de bloques de hormigón, de la suciedad, de la inseguridad ciudadana… pero sobre todo de la indefinición de un proyecto de futuro con sentido común y que conlleve amplios consensos. Pero esta oposición no se ve reflejada en ninguna de las formaciones presentes en el consistorio. En pocas palabras, no hay un líder alternativo a Colau pero la oposición aumenta.
El último ejemplo lo tenemos con Barcelona es imparable, el manifiesto que agrupa a 80 entidades de la ciudad y que acusa al consistorio de haber sumido a la ciudad en el "desánimo" y la "paralización", haciendo un llamamiento a cambiarlo. Los partidos del consistorio deberían tomar nota. El PSC, porque el lastre que le representa Colau está haciendo sangrar sus caladeros de votos. Los socialistas se resisten a romper aunque las diferencias cada día son más acusadas, pero cada día bajo la égida de Colau no le ayuda, sobre todo, a Jaume Collboni que tiene su imagen muy asociada a la alcaldesa.
También debería tomar nota ERC, porque Maragall cree que ahora le toca a él, en una suerte de alcaldía hereditaria, y no está moviendo absolutamente nada. La cuenta de la vieja es ganamos por poco, Colau queda segunda, se retira y pactamos con los Comunes. Si entra la CUP, nos servirá de comodín. Así se entienden los continuos pactos y los guiños mutuos entre los comunes y los republicanos.
Lo mismo para la derecha española, que está hecha trizas y se encuentra contra las cuerdas en la ciudad. Desde Barcelona pel Canvi, que ha implosionado, hasta el PP y Ciudadanos, que no levanta cabeza. Sobre todo los naranjas que tienen un pie, sino los dos, fuera del ayuntamiento. Solo Vox podría aparecer en el escenario político municipal, aunque lo haría como marca registrada, sin candidato ni programa para la ciudad. Así como la CUP, que aspira a recoger el mosqueo de la izquierda extrema con su otrora lideresa indiscutible.
Junts per Catalunya, que empieza a ver las orejas al lobo de la inanición municipal. Quizás por eso, Elsa Artadi levantó esta semana la bandera de su candidatura para salir de la irrelevancia y algunos, mal pensados, ven la mano de la antigua Convergència detrás de Barcelona es imparable. Artadi hizo una apuesta de largo rodeada de la plana mayor de Junts, la plana mayor de la Convergència barcelonesa de toda la vida, y la jefa de filas dirigió su discurso a este segmento electoral que está un poco en fuera de juego en la ciudad. Recuperar ese voto fue el leitmotiv de Artadi.
Esta coincidencia, y las coincidencias no existen, hacen presuponer que Junts está agitando las aguas de esta plataforma. No me malinterpreten, no es que Barcelona es imparable sea una plataforma de Junts, pero sí tienen un punto de encuentro en sus intereses. La plataforma que agrupa a entidades de toda inclinación no presenta un líder, y de experimentos con gaseosa ya hemos tenido uno en la ciudad, por lo que tampoco es de descartar que el PSC no vea con malos ojos este movimiento de recuperación del centro convergente. Me explico. Recuperar, reactivar, este espacio podría ser positivo para los socialistas porque su modelo de ciudad es más parecido. Hereu y Trias eran de partidos diferentes, pero sus políticas poco difirieron. Si este segmento electoral revive, incluso de la mano de Junts, podría construirse una nueva mayoría, la histórica sociovergència que alejaría el gobierno municipal de las ocurrencias y de la gestión deficiente, devolvería al PSC la alcaldía y su socio no estaría ni en la izquierda ocurrente, ni en el rencor de un candidato que repudia su pasado y a su expartido. Incluso la diezmada derecha podría ser una muleta en la que apoyar la nueva mayoría.
Veremos si Barcelona es imparable es solo atizar la hoguera contra Colau, una plataforma que reclama atención, o tras ella se oculta algún candidato, o candidata, con aspiraciones. Ahora todos los niegan, pero esperemos. Tiempo al tiempo. De momento, los beneficiados de la operación son el PSC y Junts, aunque el PSC debe tomar decisiones más pronto que tarde para no verse arrastrado, y Artadi tiene que eliminar la naftalina que tiene su proyecto. Sin olvidar, que los comunes aprovecharán la fuerza del judo. Menospreciarán la fuerza de esta plataforma y acusarán al mundo empresarial de estar detrás con el objetivo de agitar a sus fuerzas. Necesita Colau un revulsivo y los aprovechará todos. Este también. La prueba del algodón el próximo día 21. Se contará la gente, pero sobre qué gente está en primera línea.