Cartel de rechazo a la violencia machista contra las mujeres en el Ayuntamiento de Barcelona / FLICKR

Cartel de rechazo a la violencia machista contra las mujeres en el Ayuntamiento de Barcelona / FLICKR

Información municipal

Reinsertar a los hombres sale mucho más caro que formar a las mujeres

Dos contratos del Ayuntamiento tratan de poner a disposición de la ciudadanía centros para combatir la violencia machista

30 octubre, 2021 00:00

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Reinsertar a hombres es bastante más caro que formar a mujeres. Así se desprende de los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona para esas dos tareas. La gestión del Servicio de Atención a Hombres para la promoción de relaciones no violentas (SAH) costará la friolera de más de 2 millones de euros los próximos cuatro años. Este servicio forma parte del apoyo a las familias que padecen violencia machista y, de momento, se ha adjudicado a la Fundació Institut de Reinserció Social un contrato por dos años y medio que costará 1.248.073 euros al erario público.

La gestión del programa de atención a los hombres se realiza desde el Centre Prisma, ubicado en la avenida Marquès de l’Argentera. “El servicio establece programas para atender necesidades vinculadas a la atención a hombres que ejercen cualquiera de las situaciones de violencia machista que prevé la ley 5/2008 del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, así como atender necesidades vinculadas al fomento de acciones para la promoción de modelos de masculinidad positivos e igualitarios que fomenten relaciones respetuosas, saludables y libres de actitudes machistas y sexistas”, dice un informe interno del consistorio barcelonés.

NUEVOS MODELOS DE MASCULINIDAD

El servicio de atención a hombres se creó en el año 2009, con Jordi Hereu de alcalde. Fue el primer centro de estas características dirigido especialmente a “ellos”, lo que entonces se llamó “un centro de referencia para trabajar modelos relacionales respetuosos, igualitarios y libres de violencia que pongan el foco en la intervención con hombres”. Su objetivo era sensibilizar sobre conductas abusivas y sexistas, detectarlas y prevenirlas.

Hoy, el Ayuntamiento quiere “promover la justicia y la equidad de género haciendo sensibilización y fomentando acciones específicas dirigidas a la población masculina”. Quiere, en palabras de sus técnicos, “promocionar modelos de masculinidad igualitarios y equitativos que faciliten la democratización de los cuidados y las tareas del hogar”. También se propone abordar integralmente las violencias machistas en todas sus formas y ámbitos. Para ello, utilizará las herramientas a su alcance: hacer campañas de comunicación con mensajes para prevenir machismos, trabajar en los principios de equidad de género, generar proyectos transversales con entidades sociales para que difundan estos mensajes y ofrecer un espacio abierto a la ciudadanía donde tratar esos temas.

Varones dialogan en el Servicio de Atención a Hombres municipal / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Varones dialogan en el Servicio de Atención a Hombres municipal / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA



LA EXPRESIÓN MÁS GRAVE DEL MACHISMO

Según el Ayuntamiento, los conceptos que incorpora el Centre Prisma son “la interpretación antropológica, cultural e histórica que cada sociedad elabora en el entorno de la diferenciación sexual; la construcción psicosocial de lo femenino y masculino; el sistema sexo-género como conjunto de representaciones sociales, prácticas, discursos valores y relaciones que dan significado a la conducta de las personas en función de su sexo; y el proceso de empoderamiento como elemento central de los procesos de capacitación y acompañamiento en el cambio”.

Desde el consistorio se subraya en las bases del contrato que “la violencia contra las mujeres es la expresión más grave y devastadora del machismo, que se define como las conductas de dominio, control y abuso de poder de los hombres sobre las mujeres y que impone un modelo de masculinidad como superior”.

Así, desde el Centre Prisma se pretende promocionar y difundir “modelos de masculinidad positivos, abiertos, plurales y heterogéneos, alejados de formas de relación desiguales e injustas; el valor de la diversidad social y cultural como herramienta de transformación y cambio en las relaciones humanas; la responsabilización de la población masculina en la democratización de los cuidados y trabajos del hogar; proporcionar una atención y abordaje integral de las violencias machistas en todas sus formas y ámbitos, de manera coordinada con el circuito de atención a la violencia machista de la ciudad de Barcelona; y evaluar las necesidades y el diseño de las acciones y las intervenciones que hace el servicio para valorar el impacto que tienen en los usuarios”.

TAMBIÉN DIRIGIDO AL COLECTIVO LGTBI

El programa presenta varias líneas estratégicas de trabajo: se abordan las violencias que aparecen en el ámbito de la pareja o expareja, en el familiar, sobre jóvenes, sobre acoso laboral, sobre violencias sexuales o sobre trabajo socioeducativo. Sus protagonistas son ciudadanos que viven o trabajan en Barcelona y se hace especial hincapié en acoger en el mismo al colectivo LGTBI. Los tratamientos han de ser voluntarios.

Los informes municipales resaltan que “determinados aspectos de los modelos de masculinidad no eran objeto de debate, revisión o análisis crítico en los contextos sociales y científicos de antes. En el contexto político, social y cultural actual, se comienza a reflexionar sobre modelos de masculinidades dominantes, hegemónicos y tradicionales y los efectos y las consecuencias que pueden tener para las personas”. A partir de ese concepto, se ha articulado un programa denominado Cambiémoslo, para trabajar en ese campo y que tiene la misión de reflexionar sobre la socialización de la masculinidad y los límites y los perjuicios que impone a las personas. De ahí que sus ejes sean la sensibilización de modelos de masculinidades respetuosas y diversas, la prevención de las violencias machistas, la democratización y responsabilización de los trabajos domésticos y la participación y compromiso de los hombres como colectivo social en la justicia de género”.

Charla a hombres en el marco del programa Cambiémoslo / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Charla a hombres en el marco del programa Cambiémoslo / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA



FORMACIÓN DE MUJERES

Ante este complejo programa de control de los machismos, el Ayuntamiento también adjudicó otro contrato a la entidad Surt, Fundació de Dones por 394.659 euros para la gestión de talleres, grupos de apoyo comunitario y acompañamiento a mujeres y chicas de Barcelona, labor que se realiza desde los puntos de información y atención a las mujeres (PIAD). El contrato es por un año y cuatro meses, pero podrían establecer prórrogas por 12 meses hasta un tope de 1,2 millones de euros, que es el presupuesto previsto. Este encargo se hace para desarrollar las herramientas municipales acogidas bajo el paraguas del compromiso firmado en noviembre de 2019 bajo el lema Sumando alianzas: Barcelona, ciudad libre de violencias machistas, que en el fondo define y delimita la hoja de ruta de lucha contra el machismo en la ciudad en el periodo 2019-2023.

Los principales ejes de este programa son la mejora del modelo de atención a las violencias machistas, consolidando los PIAD, el impulso al enraizamiento territorial de estos centros, la incorporación de nuevas líneas de trabajo para prevenir violencias machistas y sexuales y la promoción de modelos positivos y transformadores de masculinidad “definiendo una línea de acción al respecto que integre y vaya más allá de las iniciativas ya existentes: desarrollo de actividades sobre sexismo, masculinidades y cambio social en equipamientos públicos, como por ejemplo en los casales de ancianos y los servicios de juventud”.

REDUCIR EL ESTRÉS Y LOS FACTORES DE RIESGO

Los talleres impartidos pueden ser presenciales o virtuales y su duración es de 1,5 horas estos últimos y dos horas los presenciales (de momento, se evitarán estos hasta el 1 de enero de 2022 para ser cautos en la lucha contra el covid). En ellos, se trabajarán las potencialidades de las mujeres para “convertirlas en factores de protección y prevención de las violencias machistas”, con lo que se las dota de más habilidades y mayores capacidades para su desarrollo personal y social “empoderándolas como ciudadanas de pleno derecho”.

Otra de las finalidades de estas iniciativas es reducir el impacto de las situaciones de estrés en el día a día, avanzarse a situaciones de violencia machista y “reducir los factores de riesgo que se han incrementado por los sucesos vinculados a la pandemia del covid-19, el calendario de confinamiento y el aislamiento social”.