Un plan con bellas imágenes, con un futuro verde para la ciudad, en la que gran parte de los ciudadanos se moverán en bicicleta o a pie. Pero, ¿qué pasa con el tráfico rodado? ¿Qué consecuencias tendrá para los vehículos que deseen entrar en Barcelona? No hay respuestas. Un estudio municipal, al que ha tenido acceso Metrópoli, se centra únicamente en los vecinos, en los habitantes de la ciudad.

La reforma de la Via Laietana y de la Rambla es el objetivo del Ayuntamiento que dirige Ada Colau, con importantes restricciones para el coche. Sucede en todas las grandes ciudades europeas, pero, ¿qué alternativas se ofrecen para los que desean entrar en Barcelona, y que constituyen el grueso de la economía local? Los expertos consultados por Metrópoli, tras el conocimiento del documento del consistorio, llegan a una conclusión. Colau “hace desaparecer” el tráfico en su plan de movilidad, como si se hubiera evaporado por completo, con muy pocos datos sobre lo que sucedería. Más allá de los 'render', las proyecciones sobre el futuro de la ciudad, los comunes, el partido de la alcaldesa tiene entre ceja y ceja la reducción drástica de los vehículos, con la concejal Janet Sanz como estandarte de esa política restrictiva. No hay, se sostiene, "un estudio del impacto del tráfico, de cómo quedará". Eso se logra con el llamado IMD, la intensidad media diaria de vehículos. Se define como el número total de vehículos que pasan durante un año por una sección transversal de la trama urbana dividido por el número de días al año. "Es lo que se le olvida al consistorio de Colau", se sentencia. 

UN PERÍMETRO URBANO AFECTADO ENORME

La afectación de la movilidad afectará a un perímetro importante, entre la avenida Paral·lel, la Gran Via, la calle de Marina, el paseo Marítimo, el paseo de Joan de Borbó y el paseo de Colom. Con la reforma de Via Laietana, se prevé un descenso del tráfico del 54% en el sentido ascendente y del 36% en el descendente. Pero hay contradicciones en el propio estudio del consistorio, con alternativas que ofrecen justo lo contrario: una reducción del 36% en el tramo ascendente y un 54% en el descendente.

Una moto circula por el carril bus-taxi de vía Laietana / ÉLITE TAXI

Lo que ocurre es que todas esas supuestas reducciones de vehículos no aparecen en una mayor circulación por otras vías. Es lo lleva a los expertos consultados, desde el campo de la ingeniería y del urbanismo y la gestión municipal, a sostener que Colau “cree que los coches desaparecerán casi por arte de magia”. Es decir, todo pasa por un voluntarismo del consistorio en el que los ciudadanos con coche propio decidirían dejarlo en casa. Pero la mayor parte de ese tráfico proviene de fuera de la ciudad. Y eso supondría que Barcelona podría perder su “capitalidad” comercial, cultural, económica y social como sostiene Joan Torres, que fue responsable de Movilidad en el Ayuntamiento de Barcelona.

Render de la futura Rambla a la altura de Colón / AJ BCN

La reducción del tráfico aparece como “generalizada”, se apunta, porque solo se experimentaría un aumento en la calle Comte d’Urgell. Si desciende en Via Laietana y en la Rambla, ¿qué pasa en el resto del mapa de la ciudad? En el paseo Lluís Companys, que actuaría como una vía alternativa para llegar hasta la plaza Urquinaona sin pasar por Via Laietana, el tráfico aumentaría un 4%. También la calle Marina, con una circulación del 6% mayor. Y en la calle Comte d’Urgell ese tráfico sería un 27% más intenso. Pero, ¿y el resto de coches?

PROCESO DE PARTICIPACIÓN

El Ayuntamiento ha realizado el estudio a partir de un proceso de participación, una de las grandes apuestas de los comunes, con preguntas sobre cómo les gustaría a los vecinos transitar en bicicleta y a partir de qué itinerarios. Lo que los expertos en movilidad consideran es que el plan no es, en realidad, un estudio sobre ‘movilidad’, porque no se ofrecen alternativas ni se asume la realidad de un tráfico rodado que acude cada día al centro de la ciudad. “No se puede considerar un estudio de movilidad”, se señala con convicción. No se pregunta ni se es consciente, se añade, de qué zonas de aparcamiento se desean, "de cómo llegará la ambulancia, de con qué energía alternativa se contará". 

Las imágenes, en cualquier caso, ofrecen una ciudad ‘pacificada’, sin apenas tráfico rodado, con ciudadanos en bicicleta o paseando, con zonas arboladas. ¿Será posible y habrá conciliación con los vecinos, principalmente, que llegan de fuera de Barcelona? Es el reproche que formulan los expertos, a la espera de que el equipo de Colau sepa concretar esos estudios cuando pasen del papel a la realidad.

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