Junts per Catalunya en Barcelona tiene un problema. Necesita un aterrizaje de verdad, lo antes posible, --como apuntan fuentes del partido-- para recoger buena parte de un voto que apostó en su día por Xavier Trias y que puede decantarse por las nuevas opciones que se preparan, sea Centrem, con la exconsejera Àngels Chacón o con Valents, la formación de Eva Parera. Y para ello es esencial el papel de Elsa Artadi.
Es una de las grandes preocupaciones que se viven en el partido, con la percepción de que se abre una gran oportunidad en Barcelona si se sabe aprovechar. Elsa Artadi es la candidata oficial a la alcaldía, es la líder del grupo municipal, pero es también la portavoz ‘nacional’ del partido. Eso tiene una clara ventaja, como se reconoce: “tiene una plataforma mediática importante, con intervenciones tras la Ejecutiva de partido cada semana”. Pero eso obliga a Artadi, esté más o menos convencida, a seguir la estrategia de Carles Puigdemont y de Jordi Sànchez –ambivalente, pese a su intento de centrar JxCat—con posiciones que impiden por completo ese ansiado aterrizaje.
¿HABLAR SOBRE VILLAREJO?
La última intervención pública así lo acredita, con un reproche severo a la alcaldesa Ada Colau por no hacer caso a las declaraciones del excomisario Villarejo en las que dejaba entrever que en los atentados de las Ramblas el 17 de agosto de 2017 estaban relacionados los servicios secretos del Estado. Mientras Colau ha dado largas a Villarejo, el propio Puigdemont pedía explicaciones y el independentismo más irredento se centraba en el Gobierno de Pedro Sánchez para que admitiera responsabilidades. Artadi se ha sumado a ello, con la petición de una comisión de investigación en el Congreso para “conocer las relaciones entre el CNI y el Imam de Ripoll”.
Sus pasos en el Ayuntamiento de Barcelona van, por ahora, encaminados a reflejar la tensión de la vida política catalana, aunque los concejales de Junts per Catalunya hacen el esfuerzo de atender la gestión diaria, la situación en los distritos y censuran y dejan en evidencia los “excesos ideológicos” de la alcaldesa Ada Colau. Artadi ha señalado, en la línea de Puigdemont, que el Gobierno debe dar respuesta, al recordar que el plenario del consistorio ya aprobó pedir una comisión de investigación en el Congreso en agosto de 2019. ¿Sus preocupaciones? “Preocupa la posición del PSC y de los comunes, ¿quién tiene miedo a que se sepa la verdad?”
EL ESPÍRITU DE TRIAS
Pero, ¿puede con esa línea JxCat sumar esfuerzos en la ciudad de Barcelona? Esas son las dudas que han cobrado fuerza, justo después del barómetro municipal que deja en posiciones muy precarias al partido de Puigdemont y Jordi Sànchez.
Una de las ideas que se manejan es que Artadi deje el cargo de portavoz de JxCat, asumiendo el riesgo de que perderá ese importante altavoz.”Lo que se necesita es hablar de ciudad, de buscar descontentos de todo lo que ha pasado en Cataluña y en la ciudad y recuperar el espíritu de Trias”, señala una fuente de JxCat. Lo que ha representado el mundo convergente en Barcelona no se ha esfumado de la noche a la mañana. Y eso lo sabe Àngels Chacón, que buscará hacerse un hueco con Centrem. No fue casualidad que fuera llamada para intervenir este pasado sábado en el programa de TV3, FAQS, en un cara a cara con Pilar Rahola. Finalmente no acudió por haberse contagiado por Covid.
ACERCARSE AL PSC
El partido sí tiene claro, sin embargo, que deberá competir con Artadi al frente. Esta vez la responsable municipal de JxCat se cree su papel y cualquier operación para buscar a otro candidato o candidata tendrá su oposición. A Artadi el grupo municipal le valora su “enorme capacidad de trabajo” y su tono ejecutivo. Quiere resolver cuestiones “yendo al grano”, sin divagaciones. Pero tras las ejecutivas semanales de JxCat se ve condicionada por los caprichos de la política catalana, por el enorme enfrentamiento entre JxCat y ERC, y se pronuncia sobre cualquier declaración o sobre el tema pendiente de la mesa de negociación entre el gobierno español y el gobierno de la Generalitat. ¿De Barcelona? Algunas respuestas a pocas preguntas de medios de comunicación que no siguen el día a día del consistorio.
Todo lo puede despejar la renuncia de Carles Puigdemont a seguir en la dirección de JxCat, aunque prepare un posible regreso a Cataluña. Esa cuestión dejaría claro el reparto de papeles, con el grupo de JxCat en Barcelona centrado en lograr un apoyo ciudadano que le permita tener posibilidades de ser un actor clave en la gobernabilidad del Ayuntamiento. Y con una idea en el horizonte: ser útiles para un cambio en el Ejecutivo, que deje a Colau sin la alcaldía. ¿Con quién? Con la convicción de que los comunes y ERC han establecido ya un pacto estructural, en Barcelona y en Cataluña, solo queda mirar al PSC, e intentar emular el acuerdo de la Diputación de Barcelona.