Con un discurso enérgico, con la idea de que la querella recibida por las subvenciones otorgadas a una serie de entidades cívicas afines a los comunes “no prosperará y muestra una mala fe”, la alcaldesa Ada Colau ha rechazado aplicar el código ético de los comunes, que indica que debería dimitir tras ser imputada. Esa “mala fe”, la supuesta trama que denuncia la alcaldesa, sería el motivo para no aplicar, en este caso, el código ético.
A casi un año y medio de las elecciones municipales, Colau no ha concretado si volverá a presentar su candidatura. Ha señalado que su partido deberá tomar ya alguna decisión a partir de mayo, cuando falte un año para los comicios. Su voluntad, ahora, es la de gobernar y superar lo que entiende como un conjunto de acciones de determinados “grupos de presión” que impide al consistorio llevar a cabo su proyecto de participación. Y para Colau eso se reduce al sector inmobiliario y al sector del agua, por sus intentos de “parar la especulación de los fondos buitres y remunicipalizar el servicio del agua” que para ella, ahora, está “privatizado”, con una referencia a "Agbar".
TRIBUNAL DE CUENTAS
En una intervención en el Col·legi de Periodistes, Colau ha abordado los reproches formulados por organismos como el Tribunal de Cuentas, que cuestionan el fraccionamiento de los contratos públicos y las diferentes subvenciones que se otorgan desde el municipio, que ha sido el objeto, precisamente, de la asociación que presentó la querella contra la alcaldesa. Colau se ha limitado a asegurar que el Ayuntamiento no ha sido sancionado, y que “se ha reducido de forma sensible ese fraccionamiento y el sistema de subvenciones”. A juicio de la alcaldesa, su equipo de gobierno muestra “la máxima transparencia, y se pueden consultar todas las facturas”.
En un momento en el que su partido, los comunes, han lanzado una ofensiva para, desde el ataque político, dejar un lado el fondo de la querella, Colau ha insistido en que los abogados y los asesores en el Ayuntamiento le indican que “no hay caso, no hay recorrido”. La alcaldesa ha insisitido en que se la ha señalado que “hay mala fe”, porque esa querella se había archivado previamente, y ahora se recogen “literalmente” parte de los mismos argumentos. “Hay párrafos calcaldos en el texto que la Fiscalía archivó”, ha repetido Colau, que considera que hay un ataque “contra los municipios que quieren remunicipalizar el agua”.
Ante eso, Colau entiende que defiende un proyecto “democrático” y que seguirá adelante, sin preocuparse ahora por su candidatura a la reelección. “Queda tiempo, aunque mi organización política deberá tomar decisiones a partir de mayo, no mucho más, porque quedará ya un año para las elecciones”, ha insistido Colau, que ha considerado que sería “un error” plantear las próximas elecciones como un “plebiscito” sobre su figura.