Un correctivo duro, con un conjunto de alegaciones a la reforma de Via Laietana que ha diseñado el consistorio de Barcelona que dirige Ada Colau. El Colegio de Ingenieros, como otros colectivos profesionales, asociaciones y partidos políticos, ha estudiado esa reforma y ha presentado consideraciones que supone el ‘derribo’ del proyecto. La idea principal es que no se puede limitar para viandantes una de “las pocas arterias” que conecta el centro de la ciudad con la fachada marítima, y que se debe pensar no solo en los vecinos de Barcelona sino en los que viven fuera y acuden por motivos laborales y de ocio.

Esa primera alegación, sobre la “pérdida de la finalidad de apertura al mar de Via Laietana”, se argumenta con los datos de circulación antes de la pandemia. Circulaban por esa arteria de la ciudad unas 100.000 personas, unas 20.000 a pie, 50.000 en vehículo privado y unas 30.000 en transporte público. “Por tanto, su función de calle era más de vía de tráfico que espacio de circulación de viandantes”.

Eso se producía, según el colectivo profesional de ingenieros, porque se trata de una de las pocas conexiones que quedan entre la Ronda Litoral y el centro de la ciudad de Barcelona.

NECESIDADES DE TURISTAS Y VECINOS DE FUERA DE BARCELONA

Los ingenieros entran en el propio meollo del asunto: la voluntad del consistorio de reducir las emisiones de CO2 y respetar el medioambiente. Y es que el recorrido alternativo que se propone puede incidir negativamente en el medio ambiente. “La previsión que el acceso desde la fachada marítima se efectúe por el Paseo Isabel II, Marquès d’Argentera, Passeig Picasso, Passeig Pujades y Lluís Companys hasta la calle Llúria implica un incremento del recorrido y, por tanto, de contaminación derivada de los vehículos, que no se compensaría con las medidas alternativas previstas en el proyecto”.

La consideración del Colegio de Ingenieros es que se debe pensar en todos los posibles afectados. “Para reformar Via Laietana se debe tener en cuenta que en este momento en el espacio existe un gran número de oficinas y espacios de servicios como comercios y hoteles que se ven afectados por la reforma. No sólo se debe valorar en la reforma las necesidades de los vecinos, sino también de los turistas y las personas que se ven en la necesidad de trasladarse en vehículo privado a la zona para trabajar”. En estos momentos, se señala en las alegaciones, “los aparcamientos de la zona tienen una ocupación aproximada de entre 800 y 1.200 vehículos al día y no se puede prever una disminución inmediata y de repente de la necesidad de esa ocupación”.

¿FUERA EL CARRIL BICI?

Una de las peticiones del Colegio es que se pueda “suprimir” el carril bici en Via Laietana. El argumento es que el despliegue de esos carriles ya se ha hecto en el conjunto de la ciudad y en los barrios laterales a la vía que se somete a reforma. Se podría “evitar”, por tanto, “que los ciclistas compartan  espacio con los autobuses”, al entender que “la seguridad de los ciclistas sería mayor si se pudiera evitar la coexistencia de vehículos de motor y bicicletas”.

Otra de las consideraciones que se realiza es el “impacto global de la reforma a partir de las obras del Tram 2”, que equivale a más de la mitad del recorrido de la Via Laietana. “Esta falta de información conjunta genera adicionalmente una situación de incertidumbre sobre el impacto global de la reforma y de sus afectaciones a la movilidad de la ciudad, al tejido empresarial, a la actividad económica y comercial, incluyendo los aparcamientos”.

También se considera, y no como una alegación menor, que la reforma de Via Laietana previsa de un plan global para la ciudad. Se señala que hay una falta de planificación urbanística y que no se presenta un estudio de impacto en la movilidad. “La reforma de Via Laietana es quiere fundamentar con un simple proyecto de obras, cuando parece evidente que por su transcendencia sobre la movilidad y el tejido empresarial debería comportar como mínimo la cobertura de un Plan Especial”.

Los ingenieros, por tanto, señalan que la reforma no incluye una serie de factores que la dejan coja y con la percepción de que no se ha tenido en cuenta el impacto global en toda la ciudad y lo que puede representar para los que acceden desde fuera a la ciudad, que, en muchos casos, lo hacen por obligación, por motivos laborales.