El llamado Manchester catalán, en el Poblenou, será el gran pulmón económico de Barcelona. De la industria textil a las empresas tecnológicas que se instalan en grandes oficinas. Esa fue la aspiración del PSC, con los alcaldes Maragall, Clos y Hereu, y el objetivo “se ha logrado” con el nuevo plan urbanístico del distrito del 22@. Pero habrá vivienda social, zonas verdes y equipamientos, tras la negociación en el seno del equipo de gobierno entre socialistas y comunes. El proyecto cuenta con un 30% de vivienda, por un 70% de superficie para el sector económico. ¿Cuál es el secreto de que se haya mantenido, sin embargo, el espíritu inicial del plan urbanístico, con un acuerdo político por el que se atan comunes y PSC?
Los comunes reclamaban que los vecinos tuvieran un papel primordial en el planeamiento urbanístico, y se han incorporado la mayoría de las 77 alegaciones vecinales del distrito de Sant Martí, centradas en la vivienda y en la idea de que, junto al motor económico, debe haber “ciudad”, y eso pasa por zonas verdes y equipamientos, desde guarderías a centros cívicos.
HASTA 115 MANZANAS DEL EIXAMPLE
El proyecto inicial era distinto, un 10% para vivienda, y un 90% para suelo económico. El cambio, sin embargo, no ha ido en detrimento de la construcción de oficinas, como apunta Jaume Collboni. En el año 2000 se había destinado 1,2 millones de techo económico. En 2021 se reservaron 800.000 metros cuadrados más, que están en proceso de trámite, con una previsión de ocho años. Y ahora se ofrece un millón más de metros cuadrados, de techo económico, en el horizonte de 2030, con el objetivo de lograr hasta 60.000 puestos de trabajo. Son 200 hectáreas las que conforman el ámbito del 22@, el equivalente a 115 manzanas del Eixample.
En ese distrito, que será el centro económico de la ciudad, se incluyen actividades digitales, la industria 4.0, las industrias creativas, la economía verde y circular y la economía de proximidad.
La clave para armonizar distintos intereses, según la edil de urbanismo y movilidad, Janet Sanz, ha sido la “mezcla de usos”. No se consiguen más viviendas por una mayor edificación, sino por un aprovechamiento distinto de toda la superficie. Habrá vivienda en un bloque donde también haya oficinas, o equipamientos en los bajos de un edificio de oficinas. Si en 2020 la previsión era la de alcanzar 15.800 viviendas, ahora la cifra se eleva hasta las 17.000. De ese total, unas 12.000 serán viviendas “asequibles”, y el resto serán viviendas en el mercado libre.
EDIFICIOS MIXTOS
Algunas voces han considerado que ese plan puede ser contraproducente con lo que se desea: un mayor dinamismo económico. El presidente del 22@Network BCB, Enric Urreta, se pregunta por los profesionales que pueden llegar al distrito para trabajar. “Queremos favorecer el incremento de vivienda de protección oficial, pero también la necesaria existencia de vivienda libre para garantizar que se pueda cubrir la demanda a todo tipo de personas, sea cual sea su capacidad económica”.
El Ayuntamiento, tras esa negociación entre PSC y comunes, que ha sido dura –centrada en cómo asegurar un millón más de metros cuadrados para techo económico– ha buscado un nuevo mapa para Barcelona, que deberá tener, sin embargo, una correspondencia en el sector privado. “El aumento de la vivienda se consigue por diversas vías, con esa reserva del 30% en las nuevas construcciones, y con edificios mixtos que compatibilizan la actividad económica y la vivienda”, según Janet Sanz, tal y como se plasma en el proyecto. Pero también se protegen y se consolidan más de 1.000 viviendas pendientes de transformación, con el objetivo de “poner en valor” las edificaciones históricas y el paisaje urbano del 22@, como habían pedido los vecinos, como los históricos pasajes del Poblenou.
Parte del incremento de ese nuevo parque de vivienda y el comercio en planta baja que se pueda crear se situará en los llamados ejes verdes que se construirán y en los ejes cívicos de las calles Pere IV y Àvila. “Se trata de trabajar, pero también de vivir”, según Janet Sanz. Esas nuevas viviendas deben llegar de lo que se ha denominado "remontas" y que pueden ser complicadas de ejecutar. Se trata de edificios bajos, típicos del Poblenou, cuyos propietarios tendrán la posibilidad de edificar una o dos plantas más. Pero, en función de los metros cuadrados que se ganen, se deberán ofrecen como vivienda pública. Y muchos propietarios podrían no estimar la idea.
LA OFICINA 22@, UN NUEVO IMPULSO
De todo el distrito del 22@, el 61% ya está edificado o en proceso de edificación. El plan aprobado ahora –inicialmente– corresponde al 39% restante. Y de ese 39%, el 22% es consolidación de lo ya existente, y que corresponde a lo que se ha llamado como "remontas". Con todo ello el consistorio confía en lograr ese objetivo de 17.000 viviendas.
La otra gran clave del proyecto pasa por la Oficina Técnica del 22@, que recupera, en parte, la Societat 22@ que desmontó el alcalde Xavier Trias en 2012, al considerar que se trataba de una especie de contrapoder socialista, aunque se justificó con la necesidad de reducir organismos públicos en plena crisis económica. La oficina la asumió Barcelona Activa, pero su cometido se diluyó. Jaume Collboni, en la presentación del proyecto, se limitó este miércoles a señalar “causas políticas” para dar cuenta del cierre. Ahora el espacio municipal actuará como ventanilla única para centralizar el interés de empresas y ciudadanía. Y se considera que recibirá "un enorme impulso", porque podrá atender toda la casuística, especialmente la de los propietarios que se decidan por las "remontas". Ya hace un año que se puso en funcionamiento y ha atendido 329 peticiones, con tramitación de altas de licencia de actividad y registros urbanísticos.
URBANISMO FEMINISTA
El sello de los comunes llega con su propia retórica al identificar el plan con un “urbanismo feminista”. Según el proyecto, “un punto relevante es que es el primer planeamiento urbanístico que incorpora la mirada del urbanismo feminista en el diseño de espacio y de los nuevos ejes para que se atiendan las necesidades de los hombres y de las mujeres y de todos los colectivos de forma equitativa”.
El plan deberá ser aprobado en una comisión mixta con la Generalitat, además de pasar por la comisión de urbanismo del ayuntamiento y por el propio plenario del consistorio. La tarea es encontrar el compromiso del sector privado. Según Collboni, “ahora es un buen momento, con muchos ojos puestos en la ciudad”.