Las Koplowitz cobrarán 18,3 millones por mantener las fuentes ornamentales de Barcelona

Barcelona tiene 360 fuentes ornamentales y 454 fuentes de beber, un ingente patrimonio público cuyo mantenimiento sale por un pico a los barceloneses. Porque mantener en funcionamiento tal número de surtidores, que sus mecanismos funcionen y velar porque no se deterioren o la necesidad de reparar los actos vandálicos que a veces sufren es una tarea ingente donde se entierran millones de euros cada año.

Para mantener todo en orden, el Ayuntamiento acaba de adjudicar dos contratos con el fin de garantizar el mantenimiento de las fuentes urbanas desde este mes de marzo hasta marzo del 2026: en total, el consistorio deberá pagar más de 22 millones de euros o, lo que es lo mismo, más de 5,5 millones de euros anuales. Para facilitar la labor, los responsables políticos dividieron las adjudicaciones en dos partes: una se ocupa de mantener en funcionamiento las fuentes ornamentales y otra, las fuentes de beber.

LA FAMILIA KOPLOWITZ EN PLENO

Ambos contratos fueron adjudicados el día 18 de febrero. El de las fuentes ornamentales, que es el que representa un mayor desembolso, fue adjudicado a la compañía FCC Medio Ambiente, englobada en el grupo multinacional que preside Esther Alcocer Koplowitz en la que figura su madre, Esther Koplowitz, como vicepresidenta. La multinacional, en la que también participa el millonario mexicano Carlos Slim (a través de su firma Inmobiliaria AEG), tiene como consejero a Pablo Colio. En su consejo alberga también a Alicia Alcocer Koplowitz (consejera dominical a propuesta de su madre Esther Koplowitz), otra de las integrantes de la conocida saga empresarial, así como a Carmen Alcocer Koplowitz (en representación de su empresa Dominum Dirección y Gestión). Al concurso se presentaron tres ofertas, una de las cuales fue rechazada por presentar una baja anormal en el precio ofertado. Al final, prevaleció con claridad la de FCC frente a la de una unión temporal de empresas (UTE) denominada Fonts 3.

La empresaria Esther Koplowitz 

Las fuentes ornamentales más conocidas son la Font Màgica de Montjuïc y la de la cascada de la plaza de Ciutadella. Pero hay otras que también tienen su propia personalidad, como la de la Dama del Paraigua, en la misma Ciutadella, la de las Tres Gracias, en la plaza Reial, la de las Cascadas, en la Avenida del Litoral, la de Gran Via con Paseo de Gràcia, la de la plaza Espanya, la de la plaza Gaudí, la del estanque del parque Joan Miró (junto a la escultura Dona i Ocell), la fuente dels Sis Putti en la plaza de Cataluña, la del irador del Alcalde en Montjuïc, la de la Espanya Industrial, las del estanque del Palacete Albéniz, las nueve del Palau de Pedralbes, la fuente del Drac del Park Güell o todas las ubicadas a lo largo del paseo Sant Joan. Mantener hasta el 2026 las 360 fuentes ornamentales que existen en la ciudad costará al erario público más de 18,3 millones de euros, que es el monto del contrato otorgado a la multinacional de las Koplowitz.

SIETE FUENTES NATURALES

Las fuentes de beber, aunque son más numerosas, comportan un menor desembolso para las arcas públicas: tan solo cuatro millones de euros por estos cuatro años. De las 454 fuentes de beber (la más famosa es la de Canaletes, en la Rambla), 214 se encuentran en zonas de concurrencia masiva y cerca de las playas. Al margen, Barcelona dispone también de siete fuentes naturales, todas ellas ubicadas en las inmediaciones o las estribaciones de la sierra de Collserola. De ellas, sólo hay dos que no tienen agua: la ubicada en el parque del Guinardó (llamada fuente del Cuento) y otra en la calle Collserola, conocida como fuente de la Maduixa Superior

A esta licitación, se presentaron cuatro ofertas, de las cuales una fue eliminada por ser anormalmente baja (pertenecía a la misma empresa que también fue eliminada en la licitación de las fuentes ornamentales). Al final, se llevó el contrato una UTE formada por Aquambiente Servicios para el Sector del Agua y por la constructora Acsa Obras e Infraestructuras, que trabaja usualmente con el consistorio barcelonés.

Fuente histórica de la plaza Reial / JORDI SUBIRANA

Aquambiente es una empresa con sede en Madrid presidida por Asunción Martínez García, que también forma parte de los consejos de administración de multitud de empresas del sector, como Hidraqua Gestión Integral de Aguas de Levante, Aguas Municipalizadas de Alicante (empresa mixta), Concesiones Aguas del Norte, o la Empresa Municipal de Aguas de Huelva. Acsa, por su parte, es una empresa del grupo Sorigué, uno de los principales contratistas que opera con la Administración local barcelonesa. De ese modo, la constructora se sirve de la especialización de la empresa del agua para garantizar el mantenimiento de los surtidores destinados a proporcionar agua potable a los ciudadanos.

UN PATRIMONIO CULTURAL, SOCIAL Y NATURAL

“Barcelona cuenta con una extensa red de fuentes de beber, naturales y ornamentales, con un gran valor cultural, social, histórico y natural, en muchos casos, símbolos emblemáticos del patrimonio artístico de la ciudad”, dice un informe elaborado por Eduard Cuscó, jefe del departamento de Administración de Ecología Urbana del Ayuntamiento. Según este responsable municipal, “las fuentes son protagonistas del

espacio público, de manera que representan soluciones urbanísticas que aportan belleza, riqueza y vitalidad al entorno de los barrios, así como espacios de disfrute y suministro de agua potable para la ciudadanía. Las fuentes de la ciudad son elementos íntimamente ligados al agua, un recurso natural indispensable para la vida, con efectos sobre la salud, el medio ambiente y la sostenibilidad urbana”.

Imagen de la fuente de la plaza Sant Felip Neri tras un ataque vandálico / FEM GÒTIC

Según el consistorio, “estas instalaciones tienen una estrecha vinculación con la salubridad pública: por un lado, dan servicio de agua potable a la ciudadanía a través de la red de fuentes de beber, y por otro, la necesidad de mantener en buen estado de conservación y de calidad el agua de las fuentes ornamentales”. Visto lo visto, el consistorio no está dispuesto a desatender este patrimonio íntimamente ligado a la vida ciudadana.