A un año para las elecciones municipales, la carrera para lograr la alcaldía de Barcelona ya se ha iniciado de forma oficial. Algunos partidos llevan meses en precampaña o metidos en primarias, pero la confirmación de que Ada Colau optará a un tercer mandato, una noticia avanzada por Metrópoli el martes, abre ya la veda de forma definitiva.
En una comparecencia el pasado jueves, Colau aseguró que éste sí será el tercer y último mandato al que se presenta. La alcaldesa dijo que no era tan obvio que fuera a seguir. Citó los costes personales y familiares que tiene estar al frente de una ciudad como Barcelona, pero da un paso adelante porque el suyo es un trabajo colectivo y "hay centenares de proyectos que están en marcha en la ciudad y que se tienen que consolidar", indicó.
COLAU, EL MEJOR VALOR DE LOS COMUNES
Lo cierto es que Colau, quisiera o no, no tenía más remedio que presentarse y forzar el código ético de la formación -que prevé un máximo de dos mandatos consecutivos para los cargos electos, aunque "excepcionalmente" se puede prorrogar otro más siempre que se dé "un proceso de discusión y validación ciudadana"- ante una presumible e importante caída de votos si la alcaldesa decidía no optar a la reelección: Colau es el mejor valor de los comunes y todas las encuestas, a buen seguro, la situarán con posibilidades de ganar hasta el último momento a pesar de las críticas a su gestión y que la ciudad acumula importantes problemas de movilidad, seguridad y limpieza.
La candidatura de Colau también dará tiempo a Barcelona en Comú para buscar el relevo a la alcaldesa, la gran preocupación ahora de los dirigentes de la formación política, apuntan las mismas fuentes que el martes explicaron a Metrópoli que la primera edil de Barcelona optaría a un tercer mandato y que el anuncio era inminente. Ambos pronósticos se cumplieron.
LA ESTRATEGIA: CAMBIO DE ALCALDE HACIA MITAD DE MANDATO
Una de las estrategias, y quizá la principal, con la que trabajan los comunes es que si Colau reedita el cargo esté un par de años al frente de la ciudad y hacia mitad de mandato cambiar el alcalde y aprovechar la maquinaria municipal para dar a conocer al nuevo candidato. Así lo hicieron en dos ocasiones los socialistas, una en 1997, cuando Joan Clos se convirtió en alcalde en sustitución de Pasqual Maragall, y otra en 2006, cuando el propio Clos fue relevado por Jordi Hereu. En ambos casos, los dos alcaldes se impusieron en las siguientes elecciones.
Si Colau no es alcaldesa, el cambio de liderazgo dependerá de lo que ella haga: si se queda en la oposición, como hizo Xavier Trias entre 2015 y 2019, o, por el contrario, abandona el Ayuntamiento, como hizo Hereu en 2011 tras perder las elecciones con los convergentes. Preguntada sobre la posibilidad de estar en la oposición, Colau subrayó: "Si pensara que no puedo ganar, no me presentaría".
Barcelona en Comú baraja distintos nombres para suceder a Colau, y ninguno de ellos es Janet Sanz, la responsable de Ecología Urbana y Urbanismo, una de las áreas de gobierno más importantes para los comunes desde la que se pilota, por ejemplo, los proyectos de las superilles, la conexión del tranvía por la Diagonal y la pacificación de arterias principales como vía Laietana.
MARC SERRA, GEMMA TARAFA Y MARTÍ GRAU
Una de las personas que ha ganado peso durante este mandato es el concejal Marc Serra, actualmente al mando de Sants-Montjuïc y de la concejalía de Derechos de Ciudadanía y Participación, y que se ha convertido en uno de los cargos municipales que más salen en defensa de la alcaldesa en las redes sociales. Otra es Gemma Tarafa, regidora de Salud, convertida durante la pandemia en la portavoz municipal en cuestiones sanitarias. Y la tercera persona de confianza de Colau es Jordi Martí Grau, antaño en el PSC. Tras la marcha de Joan Subirats, el verano pasado, Martí Grau ha visto reforzado su protagonismo y se ha convertido en el teniente de alcaldía de Cultura. Muy probablemente, Martí Grau ocupará uno de los primeros puestos en la lista de los comunes en las municipales.
Todo apunta a que en la lista de los comunes para 2023 habrá cambios importantes respecto a la de 2019. Una de las cuestiones que Barcelona en Comú tiene que resolver es qué pasa con los concejales que ya han cumplido dos mandatos consecutivos, es decir si el partido les aplica el artículo 3.5 del código ético, que dice que no pueden repetir, o se seguirán los mismos criterios que en el caso de Colau. Entre estas personas figuran Janet Sanz, probablemente Eloi Badia (concejal desde octubre de 2015) o Laura Pérez. Colau explicó este jueves que este tema no está resuelto. En la candidatura también podrían ganar peso el asesor de alcaldía y excolumnista de Metrópoli, Ancor Mesa, y el consejero técnico del Eixample, Jordi Matas.
UNAS ELECCIONES GANADAS Y OTRAS PERDIDAS
En los comicios de 2015, Colau ganó con un concejal más que Xavier Trias, 11 frente a 10. En 2019, la alcaldesa fue derrotada por Ernest Maragall (ERC) por unos 5.000 votos más, aunque ambos partidos lograron diez ediles. Colau se hizo con la alcaldía tras un acuerdo con el PSC y el aval de tres concejales de Manuel Valls en la investidura. Valls no quiso que Barcelona tuviera un alcalde independentista.