La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, identifica a lo que entiende como adversarios políticos de cara al final de su mandato. La líder de los comunes ha defendido que no es cierto que no llegue a acuerdos con el sector privado, pero que tiene un modelo “totalmente diferente” al que representa Foment. Frente a la patronal, que ha buscado un diálogo a través de su presidente, Josep Sánchez Llibre, que ha quedado en punto muerto, Colau ha sido clara al rechazar “la oposición política de Foment y de las grandes empresas”.
Ese enfrentamiento ha sido una constante en todos los años de este segundo mandato. En un aco organizado por RTVE, en Fora de Plató, conducido por su director en Cataluña, Oriol Nolis, la alcaldesa ha considerado que Foment se ha opuesto a todo lo que ha querido implementar el consistorio, con una defensa de los “coches en todos los lados”, con una posición que aboga la parálisis “frente a la transformación que necesita esta ciudad”.
“Foment representa el siglo pasado y quiere que nada cambie, pero la población quiere otra cosa”, ha zanjado Colau, que ha insistido en que sí ha podido “colaborar con el sector privado, con medianas y pequeñas empresas en la construcción de viviendas o con cooperativas para distintas iniciativas”.
Sin embargo, la alcaldesa llegó a establecer dos largas reuniones con Sánchez Llibre, que afea a la líder de los comunes que tome decisiones unilaterales, sin un diálogo fluido con los actores económicos de la ciudad. El grupo de trabajo entre el Ayuntamiento y la patronal, que se constituyó para avanzar en proyectos como las superillas, quedó paralizado.
CONGELAR LOS ALQUILERES
La alcaldesa, en toda su intervención, ha defendido sin apenas autocrítica, su “modelo de ciudad”, que ha singularizado frente a otras fuerzas políticas. El tema central, casi único, es la vivienda, el acceso a la vivienda, recordando su pasado como activista. Y la máxima reivindicación, ahora, de Colau, es que se implemente cuanto antes la Ley de vivienda que sigue sin progresar por la falta de sintonía en Madrid entre los dos socios del Gobierno, PSOE y Unidas Podemos. Lo que pretende ahora Colau es que “se congelen los alquileres, como ha ocurrido en Escocia, por lo menos mientras dura la alta inflación que sufrimos”. Pero esa decisión la debe tomar también el Gobierno. Y es a Sánchez a quien la alcaldesa pide una “reacción inmediata”. Sobre la Ley de Vivienda, Colau ha señalado que los comunes podrían votar en contra si no se recogen sus peticiones.
La otra gan cuestión que, precisamente, ha sido objeto de una dura pugna con Foment, es la ampliación del aeropuerto. Para Colau “no tiene sentido”, en parte porque entiende que sería favorecer una entrada mayor de turistas en la ciudad, y también para preservar el medio ambiente. Foment, que ha impulsado una comisión de expertos para la ampliación, cree que en nueve meses se podría presentar una alternativa que ‘salve’ los 1.700 millones de euros que Aena había reservado como inversión en El Prat.