Illa y Collboni declaran la guerra al conseller Elena por la inseguridad en BCN
Los socialistas critican la gestión del conseller Elena por los “incumplimientos constantes” y buscan la erosión del candidato Maragall en Barcelona
11 noviembre, 2022 00:00Noticias relacionadas
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La inseguridad en Barcelona ha encendido todas las alarmas. Pero la situación se vive de forma muy diferente desde Pedralbes o desde la calle Maresme con Cristòbal de Moura, en el Besòs. Y eso lo sabe el PSC, que ha declarado la guerra, sin miramientos, al conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, por “los incumplimientos constantes” de compromisos con la Guardia Urbana o con la falta de despliegue de los Mossos d’Esquadra en barrios y distritos cada vez más apurados. Es todo el PSC, representado por su primer secretario, Salvador Illa, el que se mueve en esa dirección, y con Jaume Collboni como abanderado, porque sabe que se la juega en las elecciones.
Mientras Illa reclama la dimisión de Elena en el Parlament, Collboni se activa en las redes sociales y en todos los actos que protagoniza con un claro mensaje: “Un año por activar el protocolo contra la violencia machista, rechazo para integrarse en una oficina de recepción de denuncias conjunta, y, desde marzo, bloqueo a la Guardia Urbana”, ha señalado Collboni, que es consciente de un hecho que denuncia el grupo municipal socialista con gran enojo: las visitas continuas de Elena a barrios de Barcelona, junto con el candidato republicano, Ernest Maragall, que tienen un “claro objetivo electoral”.
¿Jugar con la seguridad, entre fuerzas políticas y cuerpos de policía? Eso es lo quiere reflejar el PSC, que ha tomado la determinación de plantarse frente al Govern de Pere Aragonès en esta cuestión. La presión llega desde todos los flancos y, en particular, desde los municipios del área metropolitana que gobierna el PSC. “Se debe hablar de seguridad y plantear los problemas y si el culpable es otra administración, se dice”, señalan fuentes metropolitanas socialistas.
La bronca concreta se produjo este jueves, con un cruce de acusaciones entre el concejal de Seguridad, de Units per Avançar, Albert Batlle –integrado en el grupo del PSC en el consistorio de Barcelona—y el conseller de Interior, el exsocialista Joan Ignasi Elena. La defensa de Elena, precisamente, estriba en su propia condición política: “Hay sobreactuación con alguien que estuvo en el PSC”, aseguró. Pero, aunque ese factor pueda pesar, el cabreo en el Ayuntamiento de Barcelona está basado en “hechos”, como “la falta de agentes de Mossos en Barcelona, después de que el Ayuntamiento sí haya hecho un esfuerzo con más agentes de Guardia Urbana”.
El PSC está convencido de que hay una utilización partidista con los Mosos d’Esquadra, y que Elena jugará a favor de Ernest Maragall en las elecciones municipales. El objetivo es exhibir que Esquerra está pendiente de la seguridad, y que la coordinación sería más eficaz con los republicanos al frente del Ayuntamiento y en la Generalitat.
CUERPO A CUERPO CON ELENA
Las dos fuerzas políticas, que pueden estar condenadas a entenderse en el Parlament –Salvador Illa señala cada día su voluntad de pactar los presupuestos con el presidente Aragonès—son también máximos adversarios electorales. Los republicanos plantean las elecciones en Barcelona como un ‘blanco o negro’ entre Maragall o Collboni. Y ese guante lo han recogido los socialistas, que buscarán otros socios para gobernar, o bien los comunes o la plataforma que pueda constituir Xavier Trias.
Albert Batlle, que ha tenido algunas dificultades internas con Jaume Collboni a la hora de plantear el reto de la seguridad en Barcelona, ha cerrado filas con los socialistas para atacar también a Elena. Su preocupación es máxima por la utilización de armas blancas en numerosas situaciones de violencia en Ciutat Vella. Y sabe que eso tiene un coste para los vecinos, para la imagen de la ciudad, y, en definitiva, para las expectativas electorales del PSC. Pero Batlle ha buscado otro tono, más conciliatorio con Interior. Asegura que la coordinación es buena, pero puede haber “pequeñas disfunciones”.
Con explicaciones más técnicas, Batlle aseguró que el departamento que dirige Elena no informó al consistorio sobre una notificación del Ministerio de Interior del pasado mes de marzo, en la que daba acceso a la Guardia Urbana al banco de huellas digitales. Ante las explicaciones de Elena, que rechazó que se hubiera producido ese hecho, el concejal de Seguridad fue taxativo: “Está mal informado y tiene un problema en su casa”. Y remachó con la misma denuncia formulada por Collboni, sobre la decisión del departamento de la Generalitat de “parar” el convenio de violencia machista.
Se le busquen o no las cosquillas a Elena, por su pasado socialista, el PSC ha llegado a la conclusión de que o entra en un cuerpo a cuerpo con el departamento de Interior, como le piden los alcaldes metropolitanos, o puede pagar caro en las urnas una posible indefinición.