Alinearse con el poder tiene sus ventajas. Una de ellas es que el dinero puede caer del cielo en forma de contratos. Eso es lo que acaba de ocurrir con el Instituto Municipal de Parcs i Jardins, organismo público que preside Eloi Badia, el concejal que no se vuelve a presentar a las elecciones el próximo 28-M. Al parecer, el organismo o sus dirigentes tenían necesidad de un contrato para el diseño e implementación de los sistemas de información geográfica en función de las necesidades del instituto. Es decir, unas pretendidas necesidades que quedan al albur de las decisiones de los directivos políticos.

Desde el Ayuntamiento razonan la contratación con un informe justificativo. “Dado el carácter específico y técnico de este contrato, entendiendo que las herramientas de Información Geográfica son de reciente implantación y se requiere que el equipo redactor disponga de técnicos con conocimientos acreditados en esta disciplina de Sistemas de Información Geográfica. En el presente contrato, se prevé que el desarrollo de las herramientas de Sistemas de Información Geográfica sea hecho con programario libre (por ejemplo, QGIS), por dos razones primordiales: que no se favorezca una empresa concreta o marca comercial; que el ser programario abierto pueda haber una mayor concurrencia; y que una vez generada la herramienta tengamos la capacidad desde el Departamento de Evaluación y Planificación de poder incorporar cambios o ampliar la herramienta en función de nuevas necesidades”.

DOS EMPRESAS, UN EMPRESARIO

En las cláusulas técnicas, se afina más la puntería y se dice que el contrato tiene como finalidad “detectar las necesidades, diseñar y poner en marcha diferentes sistemas de gestión geográfica que puedan ser necesarios para las diferentes áreas o departamentos del Institut Municipal de Parcs i Jardins”. Para mostrar la buena disposición del consistorio, se abrió un concurso al que concurrieron 8 empresas. De ellas, fue elegida la asociación de interés económico (AIE) Multicriteri-Mcrit. En realidad, se trata de una asociación de tanto interés económico que las dos empresas que la forman tienen el mismo accionista y el mismo representante: Andreu Ulied.

Multicriteri-Mcrit no se presentó para optar al concurso para ver si sonaba la flauta: en realidad, presentó una propuesta económica tan a la baja que fue tachada de “baja, anormal o desproporcionada”. Para justificar la propuesta económica, la empresa envió al Ayuntamiento un pliego en el que señalaba que pagará a sus técnicos los salarios previstos en el convenio aprobado en 2020, actualizados con un 3,1% de aumento acumulado desde hace tres años. Además, asegura que “el equipo que trabajará en el contrato estará integrado por personal del nivel 1 (el de mayor remuneración) y se tienen en cuenta los gastos de Seguridad Social, que se estiman en un 32,75%”. Se aplica entonces un baremo calculado de horas estimadas de contrato y sobre el valor resultante se calcula un beneficio industrial del 15% y unos gastos generales del 29,75%. Con ello, los técnicos municipales determinaron que quedaba justificada la oferta presentada por Multicriteri-Mcrit.

El empresario Andreu Ulied / REBALANCE

UN TÉCNICO DE CONFIANZA

Con esta justificación se cerraba el círculo: la empresa en cuestión obtuvo 100 puntos de 100 posibles y sus competidoras quedaban a una considerable distancia. Lo curioso de todo es que detrás de Multicriterio y de Mcrit se encuentra la misma persona: Andreu Ulied, un técnico de confianza de la cúpula de los comunes. Por algo es uno de los componentes del consejo asesor de las superillas, la gran baza electoral que quiere jugar Colau en las próximas elecciones. También fue nombrado miembro del comisariado de Barcelona Demà, el proceso que inició el Plan Estratégico Metropolitano (PEMB) en 2020 para rediseñar la Barcelona metropolitana del 2030. Ulied es accionista tanto de Multicriteri como de Mcrit. Curiosamente, en Mcrit, la compañía que se llevó el contrato, también había participado Rossend Bosch, actual responsable de proyectos de movilidad sostenible de la AMB, aunque actualmente ya no tiene cargo en la compañía.

Render de un futuro eje verde de la 'superilla' del Eixample / AJ BCN

Ulied preside, además, la comisión de Urbanismo del Colegio de Ingenieros. Su asociación de interés económico formada por Multicriteri y Mcrit ya se llevó el año pasado un contrato de 72.600 euros (que se doblará el próximo año si se renueva por otros dos ejercicios) para realizar el servicio de “evaluación de propuestas de las convocatorias de ayudas y lanzamientos de retos de la Fundación Bit Habitat”. Esta fundación, que tiene como objetivo promover la innovación urbana en Barcelona, está presidida por la mismísima Ada Colau. Y su sede está en el edificio público Ca l’Alier, una antigua fábrica textil ubicada en la calle Pere IV, el mismo edificio donde está el Centro de Innovación de Cisco Systems.

CINCO CONTRATOS DE BADIA

Mcrit también hizo en 2021, por encargo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), otro organismo presidido por Colau, la asistencia técnica para la redacción de los planes locales de adaptación al cambio climático de los municipios de Badalona, Montgat, Cornellà, Sant Boi de Llobregat, Pallejà y Ripollet, lo que le supuso tres contratos que totalizaban 61.347 euros. En 2022, también recibió otro contrato para los planes locales de Castellbisbal y de Santa Coloma de Cervelló por un monto de 20.449 euros. Todos los contratos de la AMB fueron firmados por Eloi Badia, que además del responsable de Parcs i Jardins es vicepresidente del área de Ecología del AMB.

Y en asociación con el Institut Ildefons Cerdà y la firma Sinob, se hizo con el contrato de asistencia técnica para la puesta en marcha del Observatorio de la Movilidad de Cataluña (OMC), una adjudicación de 204.321,79 euros. La UTE que representaba a las tres empresas se ubicó en la sede social de Mcrit. La cercanía al poder tiene estas cosas: que los contratos se multiplican como por arte de magia.

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