La de ERC en Barcelona es una historia de fracaso si se mira con detenimiento los datos publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en el Ayuntamiento de Barcelona. A poco más de dos semanas de las elecciones municipales del 28 de mayo, los republicanos quedarían como cuarta fuerza en el consistorio, por detrás de los comunes, socialistas y por la lista del candidato de JxCat, Xavier Trias. De no producirse un cambio radical en los pronósticos, ERC habría caído hasta tres posiciones en solo cuatro años.

Y es que los de Maragall salieron más que reforzados en las elecciones de 2019, cuando su lista alcanzó 10 escaños convirtiéndose en la primera opción a la alcaldía. Dicho objetivo no se pudo materializar tras la alianza entre comunes y socialistas que, en el último momento, contaron con el apoyo de la plataforma de Manuel Valls, Barcelona pel Canvi, que aglutinaba a Ciudadanos y Valents. Pese a la distancia ideológica, estos concedieron su apoyo a la actual alcaldesa para frenar en un momento crítico que los independentistas se hicieran con la capital catalana.

RESULTADOS

Sin embargo, los resultados caen, cuatro años después, hasta los 6-7 escaños, por detrás incluso de Xavier Trias, retirado -y ahora retornado- de la política desde 2015. En materia de intención de voto, la izquierda independentista obtendría según las previsiones actuales un 13,2%, una mala noticia si se parte de la base de que, en 2019, Maragall concentró el 21,35% del electorado. Siempre según el sondeo, habría perdido en el mejor de los casos un 6,55% del total de votos.

El candidato de ERC a la alcaldía, Ernest Maragall, presenta la T-Cultura / ERC

Esto, no obstante, respecto al total de barceloneses que acudirían a las urnas. Si se compara con los mismos resultados que obtuvo ERC, significa que su intención de voto podría llegar a reducirse a la mitad.

EFECTO TRIAS

El descalabro de ERC comenzó en el momento en el que Trias inició sus primeros tanteos, con amagos de volver a presentarse por Barcelona. Lo que en su momento se llamó el efecto Trias parece haber funcionado, aunque a medias. El objetivo era encumbrar al exalcalde atrayendo al voto más moderado de los republicanos, así como a otros sectores liberal-conservadores de la capital catalana. No en balde, Trias consiguió reunir de nuevo a Junts y PdeCat creando una lista a medida con sus personas de confianza.

Sin embargo, todo apunta a que los independentistas no se harán con la capital catalana, pues la captación de votos se ha quedado a medias y, si bien sí habrá un sorpasso de Trias a Maragall, la ventaja no será tampoco muy superior. De esta manera, JxCat se mueve en una horquilla que va desde los 6-7 concejales, por unos 6-7 también de ERC, aunque con un porcentaje de voto inferior. El 17,3% de JxCat, por el 13,2% de ERC.

En cómputo, todo apunta a que Colau y Collboni serán quienes se disputen la alcaldía de Barcelona a partir del 28 de mayo. Muy probablemente, tendrán que elegir aliados para esa contienda. Y aquí se pone interesante, porque las alianzas más probables parecen las de Colau y Maragall versus Collboni y Trias o, dicho de otra manera, la primera y la cuarta fuerza contra la segunda y tercera. Los resultados serán muy similares en este caso. Siempre puede ocurrir que socialistas y comunes reediten su colaboración como ya ocurrió los pasados cuatro años, lo que dejaría al bloque independentista completamente desarmado en el consistorio.

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