El PP ha cobrado vigor en Barcelona. Tendrá cuatro concejales en el nuevo consistorio. Pero, ¿servirán para algo? El jefe de filas de los populares, Daniel Sirera tendrá, sin embargo, una dura prueba el 17 de junio cuando se constituya el nuevo ayuntamiento. O apoya a un alcalde independentista o a uno socialista. O Xavier Trias o Jaume Collboni. Las dos opciones tienen sus inconvenientes, pero Sirera insiste en que su partido, esta vez, quiere ser “útil”, y que pondrá los intereses de la ciudad por encima de Alberto Nuñez Feijóo, el presidente del PP, que se juega la presidencia del Gobierno en las elecciones generales del 23 de julio.
Sirera señala que está abierto “a todo”. Pero ha fijado sus líneas rojas, que, en realidad, suponen una petición para ser tenido en cuenta y marcar un perfil que podría ser determinante. La opción de votarse a sí mismo, de que los concejales del PP voten a su alcaldable, implica, en la práctica, dejar que Xavier Trias sea la lista más votada, y, por tanto, permitir que sea el nuevo alcalde de Barcelona el 17 de junio, a la espera de lo que suceda, después, en las elecciones generales.
Sería la opción más ‘neutral’, pero, en realidad, sería una apuesta por Trias, sin tener en cuenta que en la lista de Junts per Catalunya figuran dirigentes que han sido clave en el proceso independentista. Si el PP ha censurado con fuerza al Gobierno de Pedro Sánchez, por entender que ha sido “permisivo” con los independentistas, con los indultos y con la reforma de la ley de sedición, a las primeras de cambio Daniel Sirera estaría facilitando que Junts per Catalunya se haga con el poder en Barcelona.
Entre los que acompañan a Trias y que podrían asumir áreas de gobierno municipal figuran Josep Rius o Ramon Tremosa. El primero fue jefe de gabinete de Carles Puigdemont. El segundo, consejero en el gobierno de Quim Torra. Es un equipo netamente independentista que, a pesar de la obligada tarea de gestión, podría buscar en Barcelona la plataforma para reavivar la causa independentista. Todo ello, además, en un clima de polarización extrema en el campo soberanista con ERC, con la discusión sobre un frente independentista de cara a las elecciones generales del 23 de julio.
EL 'OBSTÁCULO' DE LOS COMUNES
¿Qué valora Daniel Sirera? Las fuentes consultadas señalan que el PP tiene que tener en cuenta que Trias ha sido votado en los barrios de renta alta, donde también se mueve bien el PP. Han sido los votantes ex convergentes que ya no recuerdan o no quieren recordar los excesos del procés los que han ofrecido su confianza en Trias con el argumento de que era el único que podía “echar a Colau”. Y eso el PP de Sirera no lo puede obviar.
La otra opción es votar a favor del socialista Jaume Collboni. Ahora es la única posibilidad del candidato socialista para ser alcalde, sumado los cuatro concejales del PP con los nueve de los comunes y los diez del PSC: los 21 necesarios para recibir la vara de mando. Pero, ¿podría asumirlo el PP de Alberto Nuñez Feijóo? Sirera señaló este jueves y lo lleva repitiendo durante toda la campaña electoral, que él situará los intereses de Barcelona por encima de lo que le interese a su “jefe” en el PP. Ese, sobre el papel, no sería el problema. El obstáculo es que Collboni debería contar con los comunes, donde todavía está Ada Colau. Sirera afirmó que contar con otro dirigente de los comunes no sería tampoco la solución, “porque entre Colau o Janet Sanz no hay tanta diferencia”.
¿TRAS LAS GENERALES?
¿Entonces? Sirera es consciente de que no hay más alternativas. Pero el PP también sabe que tiene una oportunidad de oro para contar en la ciudad, para, incluso, gobernar en Barcelona, y desmarcarse por completo de los dos concejales de Vox, que se centrarán en una oposición dura a cualquiera que sea el gobierno municipal.
Es la disyuntiva de Daniel Sirera, un político pragmático, nada dogmático, fiel a las siglas del PP y a una forma de entender la política que pasa por decisiones de gobierno, por complementar mayorías y por influir. Los socialistas saben también que no tendrán otra alternativa, porque con ERC todo será inútil, por la ojeriza de Oriol Junqueras contra los socialistas, a los que ha convertido en sus particulares enemigos políticos.
Si no prosperan todas esas combinaciones, el PSC bajará la cabeza, asistirá a la investidura de Trias como alcalde y esperará a que transcurran las elecciones generales para buscar, después, algún acuerdo que pedirá el mismo candidato de Junts per Catalunya, muy consciente de que no podrá conducir la ciudad de Barcelona con sólo once concejales.