Barcelona gastará casi 2,4 millones de euros para vigilar el correcto funcionamiento de los túneles viarios que existen en la ciudad. La primera fase de esta tarea, de tres años de duración, fue adjudicada el pasado 19 de septiembre, pero podría prorrogarse por otros dos años, según está previsto en las cláusulas del contrato. Esta primera parte del contrato costará a las arcas municipales 1.434.970 euros. El mantenimiento integral de los túneles viarios es competencia del departamento de Grandes Infraestructuras del Ayuntamiento, que debe velar por el correcto funcionamiento y la aplicación de la normativa vigente en materia de seguridad de este tipo de túneles.

El exhaustivo control permitirá conocer al momento desde el número de luminarias sustituidas hasta la superficie de asfaltado, los consumos energéticos, las incidencias, los tiempos de resolución de las incidencias o el número de limpiezas realizadas, por ejemplo. A nadie se le escapa que Barcelona dispone de muchos túneles viarios, aunque algunos son de corto trayecto, como por ejemplo el de plaza España. Otros, como el de la ronda de Dalt, en Vall d’Hebron, o el de plaza Lesseps, rondan los 200 metros de longitud.

CADA TÚNEL CON SU PROBLEMA

Pero luego hay otros de especial importancia y de considerable longitud, como el de la Rovira, los de la ronda Litoral, o el de la ronda General Mitre que es preciso vigilar de cerca, ya que en algunos casos no cumplen la normativa exigida. En total, la capital catalana dispone de casi 40 túneles viarios por los que pasan cientos de miles de coches diariamente. Todos los túneles están conectados a la central de servicios municipales. El túnel de Vallvidrera, que pertenece a Tabasa, tiene una longitud de más de 2,5 kilómetros. En realidad, el túnel comienza por debajo del paseo de la Bonanova y desemboca en el otro lado de la montaña del Tibidabo, aunque el trayecto total está formado por cuatro túneles más.

Túnel de la plaza de Espanya en Barcelona / AJ BCN

Uno de los más veteranos es el túnel de la Rovira, con una longitud de 1,3 kilómetros y que dispone de control de gálibo, panel informativo, megafonía, detección de incendios o barreras en los accesos. Sin embargo, no tiene salidas de emergencia. El túnel de la plaza Cerdà, en cambio, tiene 2,2 kilómetros y dispone de salidas de emergencia, barreras, control de gálibo y panel informativo. Los túneles de Mitre con Via Augusta no tiene control de altura, pero sí tiene panel, detección de incendios, barrera y semáforo en sus 560 metros de longitud.

TRES NUEVOS TÚNELES

En las cláusulas del contrato se prevé una posible modificación de hasta el 20% y un monto de 237.185 euros, “por necesidades del servicio, incremento de medidas, obsolescencia, mejora de la seguridad, nuevas partidas necesarias para garantizar el correcto funcionamiento de los trabajos y funcionamiento de los túneles. También por modificación del ámbito, para incluir nuevos túneles, que comportará un incremento de medidas, nuevas partidas necesarias para garantizar el correcto desarrollo de los trabajos y funcionamiento de nuevos túneles: Rambla del Carmel (afectación del túnel de la Rovira o de Dante), cobertura de la ronda de Dalt y Viario segregado de Sagrera”.

Al concurso municipal se presentaron tres empresas: SGS Tecnos, Tekia Ingenieros y la unión temporal de empresas (UTE) formada por Meta Engineering y Geoconsult. Ganó la primera, aunque los responsables municipales calificaron su propuesta de baja desproporcionada, al ser sensiblemente inferior a la de sus competidoras. Ante la oficina municipal, la que a la postre resultaría ganadora adujo experiencia en el sector, maquinaria e instalaciones, acuerdo de suministros de materiales más baratos, costes salariales dentro del convenio sectorial correspondiente pero muy ajustados. “Por último, presenta un cuadro valorativo comparativo entre el presupuesto de licitación y el cuadro de costes que justifica su oferta, aplicando costes de gasto indirectos y porcentajes de gastos generales (13%) y beneficio industrial (6%), obteniendo el importe ofertado y su baja”.

Acceso al túnel de la Rovira / AJ BCN

Para los técnicos municipales, “se considera bien justificada” la oferta económica, así como los coeficientes de los costes y beneficio industrial o la justificación del coste indirecto. “La justificación presentada por la empresa SGS Tecnos justifica de forma correcta su oferta ateniéndose al pliego de condiciones técnicas, al ser coherente el coste directo y el indirecto justificados en relación a la información y documentación aportada”. Por tanto, su oferta “resulta suficiente para ejecutar el contrato de acuerdo con lo que dicen los pliegos de condiciones técnicas”. Esta valoración positiva fue crucial para que se pudiese hacer con el contrato, puesto que en el apartado económico, con un peso de 25 puntos sobre 100 barrió a sus rivales.

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