El año se cierra sin presupuestos en el Ayuntamiento de Barcelona. La exigencia de los grupos de la oposición para que la negociación de las cuentas de 2024 fuera en paralelo a la entrada en el gobierno municipal ha llevado a Jaume Collboni a quedarse sin presupuestos. El alcalde socialista de Barcelona ha firmado la prórroga del presupuesto de 2023, con la intención de gobernar en solitario por lo menos hasta primavera, cuando confía en lograr un acuerdo con tres posibles socios: los comunes, Junts per Catalunya o Esquerra Republicana.

Collboni señaló este jueves que su idea es la de negociar un acuerdo que pueda fructificar “en primavera”. Y conociendo las reclamaciones de esos tres grupos municipales, eso implica dos cosas: pacto de gobernabilidad, con la entrada en el ejecutivo local, y acuerdo sobre los presupuestos para 2024. La cuestión es que los socialistas no saben todavía qué dirección tomar, porque esperan que se despejen algunas incógnitas y la principal es saber el futuro político de Ada Colau, la líder de los comunes.

Jordi Martí, Xavier Trias y Ramon Tremosa, en el Ayuntamiento de Barcelona METRÓPOLI

Con Junts per Catalunya hay coincidencias. El PSC ha establecido dos comisiones mixtas: una centrada en el programa electoral, sobre las áreas de gobierno, lo que podría llevar a la conclusión de que el acuerdo podría ser inminente. La otra guarda relación con los presupuestos, con las partidas para cada área de gobierno. Sin embargo, fuentes de JxCat señalan que “no hay nada de nada”. Es decir, se habla, se comentan diversas cuestiones internas de la propia máquina municipal, pero no se ha llegado a una negociación para formar un gobierno de coalición.

LA OPCIÓN DE ERC

El posible acuerdo con los comunes tiene dos caras. Por un lado, Collboni señala a sus interlocutores que el partido de Ada Colau votó su elección como alcalde. Y el PSC de Barcelona prefiere “un pacto de izquierdas en la ciudad”. Pero es la propia Colau la que ha buscado el enfrentamiento con Collboni, con críticas frontales en los últimos plenos del Ayuntamiento. La palabra que utiliza Colau es “decepción”, y la repite cada vez que tiene ocasión. La distancia con los socialistas es cada vez más grande, pero no se han roto los puentes. En una de las últimas votaciones en el pleno municipal, el PSC se abstuvo frente a una iniciativa de JxCat para modificar el Peuat que pretendía mayores facilidades para los pisos turísticos. La abstención fue muy medida, con la voluntad de los socialistas de bascular entre los comunes y JxCat a la espera de que se clarifique la situación.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni EUROPA PRESS

Entre esos dos posibles socios aparece Esquerra Republicana. Interlocutores socialistas pronuncian las siglas de los republicanos. “¿Y Esquerra?, en el día a día no estamos para nada alejados”, señalan. Un acuerdo con ERC, ahora ya sin Ernest Maragall al frente, tendría una virtud, indican las mismas fuentes: facilitaría el apoyo de comunes y de JxCat en función de cada asunto municipal, porque ninguno de esos dos socios ha excluido a ERC. Es más. Xavier Trias llegó a un acuerdo para su elección como alcalde con los republicanos, que se frustró en el último momento gracias al apoyo que recibió Collboni de los comunes y del PP de Daniel Sirera.

CONTENCIÓN PRESUPUESTARIA

Para los socialistas, en todo caso, el gobierno en minoría durante esos meses ha sido positivo. Una de las cuestiones importantes es que, sin presupuesto nuevo para 2024, en los próximos meses el Ayuntamiento de Barcelona se ahorrará dinero. Y la nueva política que quiere impulsar el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, se caracteriza por la contención. La idea es que el Ayuntamiento ya no puede ser tan expansivo como en los últimos años. Hay áreas en las que se ha gastado mucho, y la prórroga de las cuentas puede ayudar en esa política más restrictiva.

El horizonte es ahora la primavera, a finales de marzo y durante el mes de abril. Collboni, entonces sí, buscará un acuerdo para resolver esa doble necesidad: presupuestos y socio estable.