Aislar Barcelona del ruido, establecer acuerdos que sólo tengan como prioridad la ciudad de Barcelona. Es lo que desea el alcalde Jaume Collboni, que afronta la recta final para lograr un pacto de gobernabilidad en el consistorio. Sin embargo, si ese ruido procede de las filas de un partido político, con incidencia en la ciudad, la cuestión es ya más peliaguda. Collboni censura la deriva de JxCat con la cuestión de la inmigración, al asociarla con delitos y, en concreto, con los multirreincidentes, la plaga que asola en determinados barrios de Barcelona.
La voluntad de JxCat de lograr competencias “integrales” en inmigración, en la negociación que mantiene con el Gobierno socialista de Pedro Sánchez, puede tener implicaciones en Barcelona, de la misma forma que un grupo de alcaldes de la comarca del Maresme, de JxCat, han reclamado que se expulse a los multirreincidenes de sus municipios. A juicio de Collboni, la formación de Xavier Trias está “cometiendo un error grave”.
El alcalde entiende que se ha instalado un discurso sobre esa relación, entre inmigración y delincuencia. “Es un error, porque los partidos centrales, y JxCat lo es, no pueden caer en esa asociación por la influencia que ejercen en otros. Alimentan a otras fuerzas políticas, que defenderán esa posición de forma más radical. Y el tema de la delincuencia no tiene nada que ver con la procedencia de nadie”, clamó Collboni este martes en una entrevista en el programa Café d’Idees de La 2 de RTVE.
El propio equipo de Collboni en el Ayuntamiento se muestra preocupado, porque existe el temor de que JxCat incida cada vez más en ese mensaje, con la pretensión de competir por un electorado que, sin la bandera del proceso independentista, tenga ahora como prioridad la seguridad. Esa apuesta por controlar de forma férrea la inmigración se une a la pretensión de algunos dirigentes de JxCat de “multar” a las empresas que no vuelvan a Catalunya, después de haber trasladado sus sedes sociales en octubre de 2017, tras el 1-O.
Las dos cuestiones han causado estupor. “No se puede pactar con una fuerza política que tome esa deriva”, señalan las fuentes consultadas. En todo caso, las conversaciones se mantienen, con muchos puntos en común en el área económica y, de hecho, en el área de seguridad.
Collboni insiste en que “los partidos centrales deben actuar de otro modo”, sin cuestionar que existe un problema real y grave en Barcelona con los delincuentes multirreincidentes. El PSC, a partir de una iniciativa acordada con el PDECat, --los cuatro diputados en el Congreso que no se sumaron al proyecto de JxCat en el Congeso en la pasada legislatura, forzó un cambio en el código penal para endurecer las penas sobre los multirreincidentes, incluso con la posibilidad de ir a la cárcel a partir de la reiteración de delitos y de una cuantía sustraída que supere los 400 euros.
Pero todo depende de la agilidad de los jueces, y eso, por ahora, no se ha producido. La solución, para Collboni, no es agitar la bandera contraria a la inmigración, sino “incrementar la planta judicial para los juicios rápidos, con más juzgados penales centrados en los hurtos”. El alcalde asegura que lo va a pedir tanto al Gobierno central como al Govern de la Generalitat. “Lo que hay que hacer es aplicar las leyes, al margen de quién sea el delincuente, pero nunca se debe vincular inmigración y delincuencia, como ha hecho Junts, lo que es claramente un error”, remacha.
DOS REPROBACIONES "PRECIPITADAS"
Esa clara diferencia de modelo complica la negociación para establecer un acuerdo de gobernabilidad. Collboni sigue explorando todas las posibilidades, y esta semana se entrevistará con Ada Colau, aunque también ha manifestado su contrariedad con la líder de los comunes. A su juicio, la reprobación de Colau sobre la figura del alcalde Collboni, y la posterior reprobación tanto de los comunes como de Junts, han dejado un poso de desconfianza. “Esas dos reprobaciones han sido precipitadas”, a juicio de Collboni, que reclama paciencia por parte de todos.
Sin embargo, el alcalde asume que el Ayuntamiento de Barcelona no se puede gobernar con sólo diez concejales, y que tampoco puede funcionar sin unos nuevos presupuestos para 2024. Al asociar, tanto los comunes como JxCat, la condición de aprobar los presupuestos con la participación en un gobierno de coalición, Collboni entiende que no le queda más margen. Y se compromete a tener un socio y unos presupuestos “antes de la primavera”.