La retórica se ha mantenido en todo momento. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha apostado por un acuerdo “progresista” para gobernar la ciudad. Pero, ¿quién es progresista o con quién se puede llegar a un acuerdo de gobierno? Las incógnitas se han ido despejando, y el equipo de Collboni ve en Esquerra Republicana al socio necesario –aunque no suficiente-- para manejarse en este inicio del mandato municipal. Los comunes de Ada Colau insisten en formar parte de ese acuerdo, lo que daría lugar a un tripartito, pero esa posibilidad se descarta por parte de los socialistas. Collboni quiere a los comunes fuera del gobierno local, máxime cuando Ada Colau no tiene ninguna intención de dejar el consistorio, ni tampoco desea ponerle las cosas fáciles al PSC.
Las fuentes socialistas consultadas cierran filas con ese mensaje: los comunes ya no son la primera referencia de la izquierda en Barcelona, y, aunque Ada Colau obtuvo nueve concejales, por los diez del PSC, Collboni entiende que tendrá mayor capacidad de maniobra con un pacto con Esquerra Republicana, ahora dirigida en el Ayuntamiento de Barcelona por Elisenda Alamany, después de que haya dejado su acta de concejal Ernest Maragall.
Para los republicanos se trata de una oportunidad. En estas semanas la propuesta se debatirá en los casales del partido en los distintos distritos de la ciudad. Esquerra, sometida en los últimos meses a una enorme presión por parte de JxCat, ve el momento de cogobernar Barcelona, a la espera de que los socialistas ayuden a Pere Aragonès, el presidente de la Generalitat, a aprobar los presupuestos autonómicos a un año de las elecciones.
¿DURA OPOSICIÓN?
El PSC confía ahora en un ideal, que, sin embargo, puede ser posible. Gobierno con los republicanos en el Ayuntamiento, con una suma de 15 concejales, cinco de ERC por los diez de Collboni. Y, a partir de esa situación, acordar medidas con JxCat o con los comunes, sean los presupuestos, las ordenanzas u otras cuestiones. ¿Argumentos? Con JxCat el mensaje es sencillo: “Fue Xavier Trias quien pactó con ERC para intentar ser alcalde”. Es decir, ¿no colaborará JxCat cuando lo vea necesario sólo porque Esquerra está en el gobierno local? Respecto a los comunes se recuerda la experiencia del mandato anterior: fueron los republicanos los que ayudaron a Colau a sacar adelante las cuentas del consistorio en un gobierno en el que también estaba el PSC.
Ese es el plan ideal en estos momentos del alcalde Collboni, consciente de que es muy difícil gobernar la ciudad con diez concejales, con una agenda que ya ahoga a buena parte de ellos, con consejos de distrito, consejos de empresas municipales y actos sectoriales. Sin embargo, tanto el partido de Xavier Trias como el de Colau podrían optar por una dura oposición.
Lo que sí se asegura Collboni es una alianza contraria a sus intereses. No habrá una alternativa al alcalde socialista en el momento en el que cierre el acuerdo con Esquerra. Y siempre puede recurrir, por tanto, como apuntan las mismas fuentes, a mociones de confianza, que permiten, entre otras cosas, sacar adelante unos presupuestos municipales. Es lo que hizo Xavier Trias al final de su mandato, en su etapa de alcalde.
La relación de Collboni con los comunes se ha visto muy condicionada en las últimas semanas por los intentos de reprobación contra él de Ada Colau. Los comentarios constantes, públicos y privados, sobre la “decepción” con el alcalde Collboni, han molestado a los socialistas. El equipo del alcalde de Barcelona sigue sin entender qué quiere realmente Colau. Collboni sí lo sabe: los comunes, mejor fuera del gobierno.