El alcalde Jaume Collboni, en su comparecencia en el Ayuntamiento de Barcelona

El alcalde Jaume Collboni, en su comparecencia en el Ayuntamiento de Barcelona EUROPA PRESS

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Barcelona se juega 715 millones por el lío político de los presupuestos

El alcalde de Barcelona quiere aprobar los presupuestos de 2024 y sacar adelante proyectos de envergadura como la cobertura de la Ronda de Dalt, el nuevo Port Vell o las obras de las Ramblas e inyecta presión a sus posibles socios

14 febrero, 2024 23:30

Ejercer toda la presión necesaria en el momento oportuno porque el máximo objetivo es aprobar los presupuestos de Barcelona para 2024. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, pone la directa para que la ciudad tenga unas nuevas cuentas y no se pierda todo lo que ha consignado para nuevas inversiones: "No se pueden perder 715 millones de inversión". Para ello, ha convocado una comisión extraordinaria de Economía, para el próximo martes, en la que se presentarán, de nuevo, los presupuestos del Ayuntamiento, con el objeto de que los distintos grupos tomen partido y sean conscientes de "lo que se juega la ciudad".

La apelación del alcalde de Barcelona a sus posibles socios es directa. En una comparecencia en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, Collboni señaló que debe primar "la responsabilidad", porque hay muchas obras y mejoras en la ciudad que dependen de esas cuentas: "En muchos casos detecto que hay coincidencia en determinados proyectos, pero todos ellos necesitan dinero, recursos, y para que salgan adelante Barcelona debe tener presupuestos".

Lo que se perdería, en el caso de una prórroga de las cuentas, es una pérdida de 715 millones de euros destinados a inversiones, con proyectos tan importantes como la cobertura de la Ronda de Dalt, la estación de la Sagrera, las obras de las Ramblas, la reforma en Zona Franca, con la construcción de viviendas en La Marina del Prat Vermell, la ampliación de la Fira de Barcelona o el Nuevo Port Olímpic, vital para el gran acontecimiento de este año: la Copa América. Son proyectos que Collboni entiende que son "fundamentales" para la ciudad en los próximos años, y que, deberán marcar, de hecho, su mandato.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni EFE

El alcalde ha emplazado directamente a sus dos posibles socios, en primer lugar a Esquerra Republicana, partido con el que ha intensificado las conversaciones, y en segundo término a los comunes, que se resisten a secundar los presupuestos sin vincularlos a una entrada en el gobierno municipal. La propuesta de Collboni es diáfana. Recuperar los presupuestos que ya presentó en el mes de octubre el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, con un incremento ahora del 2%, una cifra que asciende a 71 millones de euros, gracias al incremento en la previsión de ingresos que llega desde el fondo del Estado para los municipios. La petición es que "por lo menos los grupos, por responsabilidad, permitan la tramitación de estas cuentas", en palabras de Collboni. 

El equipo del alcalde se aferra a la propia gestión del día a día y de los proyectos en marcha para justificar esa petición, consciente de que no se ha cerrado, todavía, ningún acuerdo de gobernabilidad. El argumento central es que, si bien la ciudad vive un buen momento económico, con inversiones como las de AstraZeneca en los últimos meses, con un porcentaje de paro de los más bajos en las últimas décadas, la maquinaria municipal puede consolidar esa situación gracias a las inversiones que se incluyen en el presupuesto.

La bala de oro

La paradoja, a juicio de Collboni, es que muchos de los proyectos del gobierno municipal socialista se comparten, y se llega a acuerdos en las comisiones municipales, pero luego no se desea destinar los recursos necesarios, que "sólo pueden llegar si la ciudad cuenta con unos nuevos presupuestos".

La apelación es directa a ERC y comunes, porque Collboni quiso relacionar las distintas votaciones en juego. Aunque el celo es grande, sobre la necesidad de "no mezclar carpetas", Collboni señaló que el "contexto político invita" a una colaboración en el Ayuntamiento, en el Parlament de Catalunya y en el Congreso de los Diputados. Y, en caso de que no haya ese esfuerzo colectivo, Collboni dispone de una bala de oro, la moción de confianza, un instrumento que permite, si no hay una alternativa para sustituirlo como alcalde, la aprobación automática de las cuentas del consistorio. Esa misma posibilidad es la que utilizó, de hecho, Xavier Trias, el actual líder de JxCat en el Ayuntamiento, en su etapa como alcalde, en la parte final de su mandato, cuando no encontró a ninguna fuerza política en la que apoyarse. 

Sin embargo, ¿es lo que desea Collboni? Las fuentes socialistas consultadas admiten que ese instrumento siempre está ahí. Pero quieren negociar y acordar los presupuestos con sus posibles socios, sin vincular, todavía, una posible entrada en el ejecutivo local. Jaume Collboni va de la mano, en todo momento, de Salvador Illa, el primer secretario del PSC. Y aunque Illa en sus manifestaciones públicas señala siempre que es Collboni quien debe tomar todas las decisiones y que el partido le dará todo su apoyo, lo cierto es que los socialistas actúan con la máxima coordinación: acuerdo con Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona, y negociación del PSC con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y aprobación de los presupuestos de la Generalitat para encarar el final del mandato de ERC, antes de las elecciones autonómicas.

El teniente de alcalde de Economía del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls,  en la Cámara de Comercio

El teniente de alcalde de Economía del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls, en la Cámara de Comercio MA

La premisa, en todo caso, es clara: "Barcelona necesita unos nuevos presupuestos". La frase, de Collboni, la corroboró el portavoz de JxCat, Jordi Martí, aunque también insistió en que su grupo no secundará esas cuentas si no se produce una negociación para entrar en el ejecutivo local y constituir un "gobierno municipal fuerte".

Collboni es la personificación en los últimos meses de la prudencia. Mide cada palabra, cada gesto. Es el alcalde y va ganando tiempo. Mes a mes. La expresión que más verbaliza, en público y en privado, es “paso a paso”. Pero también sabe que una ciudad de la envergadura de Barcelona necesita unos presupuestos para, entre otras cosas, aprovechar esos 715 millones de euros en inversiones. 

Comisión extraordinaria de Economía

Los grupos municipales que podrían ser socios del PSC se mantienen en sus tesis, pero con algunas diferencias. Los comunes, a través de la concejal Janet Sanz, insisten en vincular los presupuestos con la negociación de un gobierno de coalición. Sanz aseguró que la importancia de unas cuentas municipales exige un pacto previo de gobierno. Pero Esquerra Republicana no se pronunció de forma categórica. Los republicanos han admitido que mantienen conversaciones “avanzadas” con el PSC, aunque no se ha cerrado ningún acuerdo de gobernabilidad, en parte por las dudas de Aragonès y Junqueras, que necesitan calibrar si les conviene de cara a sus posibilidades en las elecciones autonómicas.

El equipo de Collboni ha lanzado, por tanto, un órdago que debería fructificar en las próximas dos semanas. Primero, con la convocatoria, para el próximo martes, de una comisión extraordinaria de Economía, para que se presenten los presupuestos y los grupos se posicionen. Previamente, el equipo de gobierno ya habrá aprobado las cuentas, algo que sucederá en los próximos días. La otra fecha clave es el 29 de febrero, cuando el alcalde tiene previsto dirigirse a los medios de comunicación en el tradicional ‘el alcalde responde’, que se ha organizado en el Dhub, para mostrar “la nueva centralidad de la ciudad”, en la zona de Les Glòries y el distrito 22@. Para ese día, Collboni querría anunciar el acuerdo con Esquerra.

La dirigente de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda Alamany

La dirigente de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda Alamany

Si los republicanos responden, desde esa petición de “responsabilidad”, por parte de Collboni, los socialistas entienden que los comunes no podrán ir en contra de un gobierno municipal “progresista”, y que apoyarán, también, las cuentas municipales. Los comunes, de forma paralela, ya han entablado negociaciones con el equipo de Pere Aragonès en el Parlament, para acercar posiciones sobre los presupuestos de la Generalitat. Y en Madrid, Sumar –donde está ubicado el espacio político de los comunes—espera los votos de ERC para sacar adelante, junto al PSOE y con el resto de socios parlamentarios, los presupuestos del Estado de 2024.

El grupo de Junts per Catalunya se ha descolgado en las últimas semanas, al considerar que Collboni ha apostado “sin duda” por Esquerra y los comunes. Entiende que Collboni sigue jugando y que gana tiempo, que es alcalde y que JxCat no puede, si quisiera, proyectar una alternativa política. Eso genera una enorme frustración en el grupo de Xavier Trias, que ya se prepara para una labor rigurosa de oposición.

Con todos esos elementos, Collboni ha dado el paso, con una inyección de presión a sus posibles socios, a los que enseña, si se tercia, la carta de la moción de confianza. Y con el mensaje claro y alto: "Barcelona no se puede permitir perder recursos, debe tener unos presupuestos para que el conjunto de los barceloneses mejoren sus vidas".