Collboni irrita al independentismo con el cambio “cultural” en el espacio del Born
La transformación del centro, que explicará ahora “cómo Europa pasó de la edad media a la modernidad” se considera que trata de “tapar la verdad y justificar a los Borbones y al PSC”
28 febrero, 2024 23:15Una transformación de calado que se justifica como una necesidad para explicar bien los distintos periodos históricos, sin cargas ideológicas. El equipo de gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, tenía claro que debía actuar en el Centre Cultural del Born, que ha representado en los últimos diez años un icono del independentismo, un reclamo para los catalanes del “territorio” que se acercaban a la capital de Catalunya. El cambio ha irritado a ese independentismo más concienciado, que ve una operación política de gran calado. El escritor y filósofo político Jordi Graupera lo tiene claro: “Quieren hacer un museo del ruido, del ruido que tape la verdad y justifique a los borbones y al PSC”.
Graupera, que optó a la alcaldía de Barcelona con la agrupación de electores Primàries, en los comicios de 2019, se encuadra en lo que se ha denominado el ‘cuarto’ espacio del independentismo, que considera que tanto ERC como Junts per Catalunya han abandonado el proyecto rupturista original. Con figuras como la ex consejera Clara Ponsatí y con el impulso de la ANC, ese cuarto espacio aspira a tener representación en el Parlament. En un mensaje en las redes sociales, Graupera expresa con contundencia el rechazo al proyecto del nuevo Born: “En el corazón de los primeros bombardeos indiscriminados sobre civiles de la modernidad, el caso más claro de una monarquía absolutista intenta subyugar a una ciudad y una nación comerciales, quieren hacer un museo del ruido, del ruido que tape la verdad y justifique los borbones y al PSC”.
El Born tuvo como primer director, dentro del proyecto independentista, al ex presidente de la Generalitat, Quim Torra, nombrado en 2012, bajo la alcaldía de Xavier Trias. Torra, que lo dirigió hasta 2015, calificó los restos arqueológicos hallados en el Born –que estaba proyectado para construir la biblioteca provincial, con presupuesto a cargo del Gobierno central—de “zona cero de los catalanes”, en comparación con la zona cero de Nueva York en los atentados del 11-S de 2001. Para Torra el Born explica la historia “del desastre de 1714, y de cómo este país es capaz de rehacerse de aquellas consecuencias realmente nefastas”. En sus últimas manifestaciones, el ex presidente ha lamentado el cambio, al entender que se ha abandonado por completo el proyecto inicial. “Hoy entras en el Born y parece, como dijo un turista hace poco, que se haya construido un bello edificio para proteger unas ruinas”, afirmó en un artículo periodístico.
Cambios como en todas las ciudades europeas
El grupo de JxCat en el Ayuntamiento de Barcelona ha protestado por los cambios efectuados por Collboni, pero entiende que ya no habrá marcha atrás. Lo que pretende el concejal de Cultura, Xavier Marcé, es que el Born se integre en un relato de ciudad. Y para ello ha contado con el director del Muhba, el Museo de Historia de Barcelona, Joan Roca, que tiene claro el nuevo objetivo: “Queremos explicar cómo Europa pasó de la edad media a la modernidad con pelos y señales, porque el Born es europeo, catalán y barcelonés, y es un proyecto que nos puede hacer grandes”.
Pero, ¿cómo se plasmará esa nueva idea? El Born ha pasado por dos fases. Con la primera, con Torra a la cabeza, y en el momento más álgido del proceso independentista, el espacio se denominó Born Centre Cultural. Con Ada Colau como alcaldesa, a partir de 2015, pasó a ser el Centre de Cultura i Memòria, y ahora, con Collboni se conocerá como Muhba Born, formando parte, con todas las consecuencias de los equipamientos del museo a lo largo y ancho de toda la ciudad.
En el cambio ha tenido un papel fundamental el concejal Xavier Marcé, que había expresado su malestar por el icono independentista en el que se había convertido el Born, como centro de peregrinaje. Lo que alberga el Born, el ex mercado municipal, es un conjunto de ruinas de casas y equipamientos de la Barcelona del siglo XVIII, que fueron destruidos en la Guerra de Sucesión de 1714. Ahora se busca contextualizar todo ello en paralelo a los cambios de toda la ciudad en esa época.
El nuevo recorrido tendrá varias salas. En la primera, se abordará el cambio en todo el continente, con el título de Europa urbes, 1500-2000. En una segunda sala, se reflejará la Barcelona de 1700, la ciudad gremial, con el auge comercial que experimentó. En la tercera, el visitante se encontrará con el barrio de la Ribera, en 1714, con las ruinas que muestran el asedio al que fue sometida la ciudad en la guerra de Sucesión. En una cuarta, se podrá interpretar la Ciutadella y el Mercat del Born, como nuevo centro urbano. Y en una quinta, se abordará la ciudad fabril, la que refleja la industrialización, en gran medida gracias al sector textil. Habrá también un museo escuela, con una ludoteca para que los más pequeños asimilen mejor ese periodo histórico. Y también se podrá disfrutar del salón de actos Àgora Born.
Para el independentismo más irredento, el que defiende Graupera, Ponsatí o Torra, y gran parte de la ANC (Assemblea Nacional Catalana), el cambio supone una especie de sacrilegio.