Un auténtico terremoto en el sector de los apartamentos turísticos. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, defiende ahora una fuerte limitación de los pisos turísticos en determinadas zonas de la ciudad, con el argumento de que sufren distintos problemas como la inseguridad. Es el caso de Ciutat Vella. Collboni quiere reducir “a cero” los apartamentos turísticos y no renovará las licencias, cuando lleguen a su fin. Para la patronal Apartur se trata de una “caza de brujas”, al considerar que ese no es el problema y que no deben pagar ellos por otras cuestiones que afectan a la ciudad. Hay, señala, "347 millones de euros en juego".
Fuentes del sector señalan que en Ciutat Vella hay, de hecho, menos apartamentos turísticos que en otros distitos, como el Eixample o Sants. En Ciutat Vella hay el 5,5% de los pisos turísticos de Barcelona, casi ocho veces menos que en el Eixample, o la mitad que en Sants, y, en todo caso, menos, -apuntan las mismas fuentes—que en Les Corts o Sant Martí. Sin embargo, en Ciutat Vella sí hay una concentración de hoteles, 227, que suponen el 30% de la oferta hotelera de la ciudad.
El 0'7% del total de viviendas
Como sucediera con el anterior mandato municipal, con Ada Colau como alcaldesa, el gobierno municipal se ha situado al lado de los hoteleros, para combatir los pisos turísticos. En el caso de Ciutat Vella, Collboni quiere impulsar una reforma integral del distrito, que es uno de que más sufre la inseguridad ciudadana. Al lado de entidades vecinales, el alcalde considera que una de las causas el turismo masivo que se instala al calor de los apartamentos turísticos.
La Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur), que dirige Enrique Alcántara, las palabras de Collboni “son irresponsables”. La medida, a juicio de la entidad, podría ser contraproducente: “Eliminar todas las viviendas de uso turístico en Ciutat Vella sólo fomentará la ilegalidad”. El impacto económico de la medida, a juicio de Apartur, supondría dejar de ingresar para la ciudad "unos 347 millones de euros anuales".
El sector indica que las viviendas de uso turístico en Barcelona suponen el 0,7% sobre el total. ¿Muchas, pocas? Lo que señala el equipo municipal es que depende de la concentración de esos pisos turísticos, y en Ciutat Vella se entiende que es enorme.
¿Habilitar pequeños hoteles?
La medida supone también un guiño político. Collboni entiende que los presupuestos que ha elaborado tienen un claro componente “progresista”, y que deberían servir para que los comunes lo apoyen en el próximo pleno del 22 de marzo. Eso no debería implicar, en todo caso, la incorporación de los comunes en el equipo municipal. “Primero las políticas y luego las sillas”, ha señalado este mismo miércoles.
Los pisos turísticos se han convertido, por tanto, en un elemento político notable. Collboni, sin embargo, a diferencia de los comunes, sí se ha mostrado abierto a flexibilizar el Peuat si se encuentran inmuebles singulares cerrados o que puedan ser rehabilitados. Se trataría de pequeños palacetes, --hay algunos en Ciutat Vella—que pudieran ser habilitados como pequeños hoteles.