El PSC denuncia la amnesia de los comunes respecto a la nueva terminal de cruceros en Barcelona
Tras conocerse la concesión a Royal Caribbean, Janet Sanz ha reprochado al gobierno de Collboni el 'favor' a los cruceros, mientras que Laia Bonet le ha recordado que el acuerdo se suscribió durante el mandato de Colau
21 marzo, 2024 18:45Sólo un día después de la adjudicación de la séptima terminal de cruceros en Barcelona, socialistas y comunes se han recriminado mutuamente su papel en todo este embrollo. Tras conocerse la noticia, la portavoz de Barcelona en Comú, Janet Sanz, ha señalado al gobierno de Jaume Collboni por ser el culpable de la construcción de la Terminal G y de no querer limitar el número de cruceristas. Como respuesta a esta acusación, la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, le ha recordado que el acuerdo para construir esta terminal se firmó en 2018, bajo la alcaldía de Ada Colau.
"O miente o no recuerda lo que firmaron. La nueva terminal será posible gracias al acuerdo que Barcelona en Comú firmó con el Port en 2018. Los comunes no se atrevieron a limitar ni la dimensión de las nuevas terminales, ni el número de cruceros, ni el número de cruceristas". Así de contundente ha sido la socialista en la respuesta a Sanz a través de las redes sociales.
O menteix o ni recorda el que va signar.
— Laia Bonet (@laiabonetrull) March 21, 2024
La nova terminal serà possible gràcies a l'acord que Barcelona en Comú va signar amb el Port l'any 2018.
Els comuns no van gosar limitar ni la dimensió de les noves terminals, ni el nombre de creuers, ni el nombre de creueristes. https://t.co/5cbZO8CJH8
El acuerdo de Colau por la séptima terminal
Las palabras de Laia Bonet son ciertas. En plena recuperación del sector, el consistorio gobernado por Ada Colau y el Port de Barcelona (en aquel entonces presidido por Sixte Cambra) acordaron construir terminales en el Moll Adossat. En concreto, la Terminal F --concedida a la compañía MSC y prevista para 2025-- y la Terminal G, la que este miércoles se adjudicó a Royal Caribbean y que está previsto que entre en funcionamiento en 2027. Esa firma de Colau en 2018 supuso un jarro de agua fría para los movimientos sociales contrarios al sector crucerístico.
Este pacto entre ambas administraciones tenía como objetivo alejar las zonas portuarias más próximas a la ciudad debido a los altos niveles de contaminación. Esto pasaba por cerrar terminales cerca del World Trade Center (WTC) y construirlas de nuevo en el Moll Adossat.
Llegada de cruceros más grandes
Sin embargo, el acuerdo también daba paso a aumentar la capacidad a través de las nuevas terminales, que pueden albergar cruceros mucho más grandes. Mientras que en las terminales del WTC podían amarrar barcos de hasta 300 metros, en las nuevas del Moll Adossat la dimensión del barco puede ser ilimitada.
Plataformas ecologistas calificaron este pacto entre Ayuntamiento y Port de "engaño" con la "excusa de alejar la contaminación". A pesar de que pidieron paralizar la concesión, este miércoles se dio a conocer la noticia de que Royal Caribbean construirá la nueva terminal G con una inversión de más de 80 millones. Tras la noticia, la socialista Laia Bonet asegura que desde el Gobierno local recientemente se ha abstenido en el Consejo de Administración del Port de la adjudicación y se muestra partidaria de actualizar un acuerdo que "hoy es insostenible para la ciudad".
Quien se opone frontalmente a la séptima terminal es la plataforma ecologista Stop Creuers, quien a través de un comunicado ha condenado su adjudicación. Asimismo, ha exigido que se “retire por imperativo climático” y ha reclamado un plan para la reducción de los cruceros en la ciudad. "Los cruceros nunca serán sostenibles", ha sentenciado la plataforma.